Altos cargos del partido nacionalista hind¨² restan importancia a las violaciones
Dos dirigentes cercanos a Modi rebajan las agresiones sexuales tras el asesinato de dos j¨®venes
Una nueva ola de indignaci¨®n contra las violaciones vuelve a sacudir a India. No solo por las ¨²ltimas agresiones sexuales, el brutal ataque y asesinato de dos adolescentes de 12 y 13 a?os hace unos d¨ªas. Tambi¨¦n por la respuesta ante lo ocurrido de dos altos cargos del partido nacionalista hind¨² ¡ªel mismo del reci¨¦n elegido primer ministro Narendra Modi¡ª, que han restado importancia a los ataques. ¡°Estos incidentes no se producen de manera deliberada. Ocurren por accidente¡±, declar¨® el ministro del Interior del estado de Chhattisgarh, Ramsevak Pakira.
El dirigente del Partido Bharatiya Janata (BJP) reaccionaba as¨ª ante la violaci¨®n en grupo de las dos menores, primas y de la casta m¨¢s baja, en una aldea del estado norte?o de Uttar Pradesh, el m¨¢s poblado del pa¨ªs. Las dos chicas fueron agredidas por siete hombres y ahorcadas en un ¨¢rbol de mango a las afueras de su pueblo. La im¨¢genes de sus cuerpos sin vida y colgados de las ramas han dado la vuelta al pa¨ªs y han conmocionado a la sociedad india que, despu¨¦s de la violaci¨®n en grupo y asesinato de una joven estudiante en Nueva Delhi en 2012, ha convertido estas agresiones en uno de los grandes debates sociales.
Tras lo sucedido hace a?o y medio, el Gobierno anterior emprendi¨® una reforma para endurecer las leyes; aunque las violaciones se siguen produciendo ¡ªlos ¨²ltimos d¨ªas se han conocido al menos otras tres, en grupo, seguidas del asesinato de las mujeres¡ª y no se persiguen con la diligencia debida, seg¨²n los expertos y las organizaciones sociales especializadas. En el caso de las dos primas de Uttar Pradesh, las familias denuncian, adem¨¢s, que no han tenido el apoyo de las autoridades locales. Estas, por su parte, han acusado a los medios de exagerar la historia.
Las violaciones ¡°algunas veces est¨¢n bien, algunas veces est¨¢n mal¡±, declar¨® el viernes el ministro de Interior del estado vecino, Madhya Pradesh, Babulal Gaur; tambi¨¦n miembro del BJP. Gaur asegur¨® que las violaciones solo pueden considerarse como un delito si se denuncian. Si no es as¨ª, dijo, es un asunto entre hombres y mujeres. Un comentario que no queda lejos de la opini¨®n sobre estos casos de Mulayam Singh Yadav, parlamentario y padre del actual Gobernador de Uttar Pradesh (del Samajwadi Party), que ha llegado a definir en el pasado una violaci¨®n como un ¡°error de chicos¡±. El BJP ha declarado que las opiniones de Gaur no representan al partido. El primer ministro Modi a¨²n no se ha pronunciado sobre los ¨²ltimos cr¨ªmenes.
Ranjana Kumari, directora del prestigioso Centro de Investigaciones Sociales, explica que la posici¨®n de los pol¨ªticos refleja la mentalidad patriarcal de la mayor parte de la sociedad india. ¡°La v¨ªctima es a¨²n m¨¢s victimizada. Se culpa a la mujer de haber sido agredida¡±, dice. Kumari expone tambi¨¦n que muchos de los criminales matan a las mujeres, e incluso las queman, para deshacerse de las pruebas y evitar as¨ª ser castigados.
Denunciar y lograr una condena por estos delitos no es sencillo. Khalid Chaudhary, responsable de la ONG Action Aid en Uttar Pradesh explica la polic¨ªa no siempre hace caso de lo que le refieren las mujeres o sus familiares, sobre todo son de casta baja. En algunas ocasiones quienes denuncian son incluso golpeados o detenidos. Por ahora, tres de los siete presuntos implicados en la violaci¨®n y el asesinato de las dos primas han sido detenidos y dos polic¨ªas han sido suspendidos por intentar cubrir el caso. Aunque Chaudhary asegura que las castas medias y altas, a las que pertenecen la mayor¨ªa de los pol¨ªticos y la polic¨ªa, son impunes en Uttar Pradesh, uno de los estados m¨¢s pobres y con menos gobernabilidad en India. Tambi¨¦n algunos de los violadores pertenecen a la casta con m¨¢s poder en esa localidad. ¡°Es muy com¨²n que las castas dominantes acosen a los de las m¨¢s bajas. Es una forma de demostrar su poder, que controlan a los m¨¢s d¨¦biles, a los m¨¢s vulnerables¡±, dice Chaudhary
El padre de una de las dos menores violadas y asesinadas hace unos d¨ªas ha asegurado a los medios locales que cuando acudi¨® a las autoridades para alertar de la desaparici¨®n de su hija y de su sobrina, la polic¨ªa se neg¨® a aceptar su denuncia. Declara tambi¨¦n que se burlaron de ¨¦l por ser de una casta baja, dalit. Ahora su familia se est¨¢ planteando mudarse a otro lugar porque, despu¨¦s de que el caso haya salido a la luz p¨²blica y causase tanta conmoci¨®n, los familiares de los acusados han amenazado con vengarse.
La violaci¨®n de las dos chicas ha tenido repercusi¨®n en la comunidad internacional. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, asegur¨® estar ¡°especialmente consternado¡± por la violaci¨®n y asesinato de las adolescentes. En un comunicado la ONU conden¨® los hechos y asegur¨® que en India se han creado nuevas leyes contra la violencia contra la mujer, pero que su implementaci¨®n tambi¨¦n debe ser una prioridad.
El peligro de no tener ba?o
Las dos primas fueron violadas y asesinadas cuando se dirig¨ªan a una zona m¨¢s apartada a hacer sus necesidades. Su caso, que no es en absoluto ¨²nico, ha iniciado otro debate en el pa¨ªs, ya que con la falta de ba?os privados las mujeres tienen que salir y sufren graves problemas de seguridad, acoso y abusos sexuales ¡ªalgo que se suma a los problemas de salud p¨²blica¡ª. En India, el segundo pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo, unos 595 millones de personas no tienen acceso a un ba?o, seg¨²n datos de un programa conjunto de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF.
Aunque estas agresiones sexuales no son un problema espec¨ªfico de las clases m¨¢s bajas, las mujeres se encuentran en una situaci¨®n vulnerable cuando pasan por zonas apartadas u oscuras. ¡°Cuando no ten¨ªamos ba?os, las mujeres tem¨ªamos las mordeduras de serpientes y el acoso sexual¡±, asegura Maleshwari Shankarayah, que vive en la aldea en Veltoor, en el estado de Andhra Pradesh. Este lugar tiene ahora sanitarios cubiertos, gracias a la organizaci¨®n de las mujeres. Desde entonces, dice Shankarayah, han recuperado la dignidad y la salud. Para poder construir un ba?o en cada casa, las mujeres de Veltoor crearon un grupo de microcr¨¦ditos. Cada ba?o costaba lo equivalente a entre 25 y 50 euros.
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