Despu¨¦s de Normand¨ªa
La conmemoraci¨®n ha supuesto una promesa de distensi¨®n en el conflicto de Ucrania
La jornada del 6 de junio de 2014 tiene todas las papeletas para permanecer en el recuerdo. El septuag¨¦simo aniversario del desembarco aliado en Normand¨ªa ha sido objeto de una bell¨ªsima conmemoraci¨®n, muy colorida y cargada de emoci¨®n, realzada por un largo abrazo entre un antiguo soldado alem¨¢n y un antiguo miembro de los comandos franceses que desembarcaron en Normand¨ªa, una generaci¨®n de combatientes que est¨¢ desapareciendo. Por otra parte, la reina Isabel de Inglaterra, de 88 a?os, era la ¨²nica entre los jefes de Estado que hab¨ªa vestido el uniforme en 1944 (de enfermera). Pero esta jornada ser¨¢ memorable tambi¨¦n por el hecho de coincidir con la candente actualidad de la crisis ucrania. La presencia simult¨¢nea, propiciada por el presidente Fran?ois Hollande, de Vlad¨ªmir Putin y el nuevo presidente ucranio, Petro Poroshenko, en el fondo no ha arreglado nada ¡ªlo cual era imposible¡ª, pero, al decir de Hollande, al menos ha permitido dos avances: el reconocimiento de Poroshenko por parte de Putin y la promesa de una distensi¨®n sobre el terreno.
La actuaci¨®n del presidente franc¨¦s, que se situ¨® en el centro del dispositivo y sac¨® el mejor partido de su calidad de anfitri¨®n, tambi¨¦n deber¨ªa permanecer en las memorias. De hecho, este acontecimiento ha permitido adem¨¢s tomar conciencia de una realidad nueva: cuando la noci¨®n de comunidad transatl¨¢ntica parec¨ªa caer en el olvido, quedar obsoleta, la crisis ucraniana y el nacionalismo imperialista de Putin la han hecho renacer de sus cenizas. Hasta ese momento, viv¨ªamos con el convencimiento de que, antes o despu¨¦s, y de una forma m¨¢s o menos ordenada, Europa estar¨ªa unida. Algunos so?aban con una Europa ¡°del Atl¨¢ntico a los Urales¡±, seg¨²n la f¨®rmula del general De Gaulle. Ese mundo, nuestro mundo, viv¨ªa sobre tres pilares: la econom¨ªa de mercado, la democracia y el multilateralismo.
La conmemoraci¨®n ha supuesto una promesa de distensi¨®n en el conflicto de Ucrania
Sin embargo, hemos visto que la primera no conlleva necesariamente la segunda, mientras que el multilateralismo dejaba cada vez m¨¢s margen a unas l¨®gicas estrictamente nacionales y a las tentaciones proteccionistas. Adem¨¢s, en algunos a?os, hemos pasado de la hegemon¨ªa de la hiperpotencia norteamericana (tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn) a un mundo multipolar (con la emergencia de China, la India y Brasil) y, hoy, a un mundo apolar, como dice el ministro franc¨¦s de Exteriores, Laurent Fabius, sin un polo dominante. Por tanto, un mundo que ya no est¨¢ sometido a ning¨²n liderazgo, pues ya nadie puede desempe?ar el papel de ¡°gendarme global¡±. Es interesante e ir¨®nico comprobar que, mientras Putin, para justificar su militarismo (no olvidemos que acaba de anexionarse Crimea), habla de la "agresividad norteamericana", otros, en Occidente, le reprochan a Barack Obama que teorice su inacci¨®n, que algunos llaman debilidad.
Esta apolaridad puede conducir a la multiplicaci¨®n de los conflictos regionales ¡ªRusia acaba de darnos el ejemplo¡ª, los m¨¢s peligrosos de los cuales podr¨ªan situarse en Asia, dado que China aparece como una amenaza a ojos de sus vecinos inmediatos: Corea del Sur y Jap¨®n, pero tambi¨¦n Filipinas y Vietnam. En el siglo XX, se dijo que Europa hab¨ªa llevado la guerra al mundo. En este comienzo del siglo XXI, lo que hay que temer es que nos acaben trayendo la guerra a Europa.
En estas condiciones, no hay que sobreinterpretar ni sobrevalorar las disensiones que pueden aparecer en el tratamiento de la crisis ucrania entre europeos y norteamericanos, por una parte, y entre los propios europeos, por otra. El consenso general es, a pesar de todo, la firmeza: el G 7 considera que si la escalada militar contin¨²a, habr¨¢ que tomar nuevas sanciones contra Rusia. Pero, dentro de este marco de firmeza, cada cual puede jugar una partida diferente, siempre de acuerdo con EE UU: es lo que acaba de hacer el presidente Hollande, que asumi¨® el riesgo de invitar a Putin y ha obtenido que Putin y Obama se hablen, aunque haya sido solo 10 minutos, y que Putin y Poroshenko hayan iniciado un di¨¢logo que de todos modos tendr¨¢n que continuar.
Traducci¨®n: Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.