El consenso de las materias primas
Latinoam¨¦rica impulsa las relaciones con China, que considera ¡°cooperaci¨®n sur-sur¡±
El 14 de junio, en un acto de la cumbre del G77 (pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo) y China, el presidente Evo Morales se reuni¨® con el enviado del principal ¡°aliado estrat¨¦gico¡± de Bolivia en el campo econ¨®mico, Chen Zhu, vicepresidente de la Asamblea Popular de China. Ambos l¨ªderes acordaron un pr¨¦stamo chino para la compra de cuatro aviones de esta nacionalidad por parte de la aerol¨ªnea estatal boliviana. Dos d¨ªas despu¨¦s, la Nuclear Industry Nanjing Construction Group inici¨® la ampliaci¨®n de la principal carretera del pa¨ªs. Entonces Morales dijo que confiaba en que la empresa realizara la obra a tiempo porque la supervisar¨ªa tanto ¨¦l mismo ¡°como el presidente de China¡±. Esta afirmaci¨®n es una muestra del estatus especial de las compa?¨ªas asi¨¢ticas, a las que se ha encargado la construcci¨®n de carreteras y plantas industriales por 2.000 millones de d¨®lares, lo que las convierte en las mayores contratistas del Gobierno boliviano.
Parte de su ¨¦xito se debe a que en los ¨²ltimos a?os China se ha convertido en el principal acreedor bilateral de Bolivia, aunque la obtenci¨®n de financiaci¨®n no sea un problema para este pa¨ªs. S¨ª lo es, en cambio, para Venezuela, Ecuador y Argentina, que los mercados financieros consideran poco solventes. China entreg¨® a estos pa¨ªses m¨¢s del 70% de los 100.000 millones de d¨®lares que ha prestado a Latinoam¨¦rica entre 2005 y 2013. Incluso Brasil se benefici¨® de este tipo de financiaci¨®n, que casi siempre se paga o garantiza con petr¨®leo y otras materias primas. De este modo, China se asegura la provisi¨®n de recursos naturales, que constituye su gran preocupaci¨®n estrat¨¦gica, a la vez que disminuye al m¨ªnimo el riesgo de perder el dinero que presta.
El mencionado grupo de pa¨ªses petroleros, junto con Per¨², importante productor minero, es tambi¨¦n el principal receptor de la inversi¨®n directa de las gigantescas empresas estatales chinas, por importes que van de los 3.100 millones (China National Offshore Oil Corporation en Argentina) hasta los 28.000 millones de d¨®lares (China National Petroleum Corporation en Venezuela). En total en Venezuela, en materia de energ¨ªa, el importe asciende a 50.000 millones en los ¨²ltimos ocho a?os. Estas inversiones sirven para comprar empresas ya existentes, y est¨¢n orientadas a facilitar la exportaci¨®n de materias primas latinoamericanas a territorio chino.
Los Gobiernos de los pa¨ªses latinoamericanos mencionados consideran que los flujos de dinero chino poseen otra naturaleza que el repudiado endeudamiento del pasado con Estados Unidos y Europa, o que la llegada de multinacionales a la regi¨®n en los a?os noventa (entre ellas, espa?olas). Incluso la califican como ¡°cooperaci¨®n sur-sur¡±, aunque la orientaci¨®n social de estos sea insignificante.
Esta buena predisposici¨®n para con la potencia asi¨¢tica, sin embargo, no se circunscribe al mencionado alineamiento pol¨ªtico, sino que es compartida por los dem¨¢s pa¨ªses latinoamericanos. En este caso se aduce la necesidad de adaptarse a los cambios en el orden mundial y de aprovechar las oportunidades, sobre todo comerciales, que surgen de la industrializaci¨®n del pa¨ªs m¨¢s poblado del planeta.
En los ¨²ltimos a?os China se ha convertido en el principal acreedor de pa¨ªses de la regi¨®n
Este acercamiento comenz¨® en 2009, con el esfuerzo diplom¨¢tico de Pek¨ªn para presentar a China como una potencia no intervencionista y una ¡°sociedad de mercado¡±. Dicho esfuerzo se tradujo en acuerdos que han incrementado fundamentalmente el comercio entre ambos subcontinentes. En este momento, todos y cada uno de los Estados latinoamericanos tienen a China como el primero, el segundo o, m¨¢ximo, el tercer proveedor de sus importaciones, sobre todo consistentes en bienes industriales. Simult¨¢neamente, China solo compra el 10% de las exportaciones latinoamericanas, que en m¨¢s de la mitad son de cobre, hierro y soja, y provienen de Argentina, Brasil (en este pa¨ªs se han realizado 130 proyectos por 30.000 millones de d¨®lares entre 2004 y 2013, sobre todo en agricultura y miner¨ªa) y Chile; por ello, la relaci¨®n resulta deficitaria para Latinoam¨¦rica. Sin embargo, el crecimiento chino mantiene los precios de las materias primas en un nivel sin parang¨®n, lo que explica la prosperidad que la regi¨®n ha vivido durante estos a?os. Y tambi¨¦n que esta se haya vuelto a especializar en bienes primarios.
Con la excepci¨®n de Paraguay, que sigue reconociendo a Taiw¨¢n, los latinoamericanos de todas las corrientes pol¨ªticas se vuelcan con China con una actitud que la soci¨®loga argentina Maristella Svampa llama el ¡°consenso de las materias primas¡±, por analog¨ªa con el ¡°consenso de Washington¡± de los a?os noventa. Se resume en una sola regla: subirse de una u otra manera al coche chino, aunque no se sepa muy bien ad¨®nde va.
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