Mundial 2014: el poder tambi¨¦n juega su partido
Mientras los brasile?os electrizan los estadios, las agrupaciones oficializan candidaturas y negocian listas
El pasado 27 de mayo, cuando Enrique Pe?a Nieto despidi¨® al equipo mexicano que part¨ªa hacia R¨ªo de Janeiro, hizo que los jugadores juraran la bandera en un ritual de Estado. La an¨¦cdota confirma que el f¨²tbol es uno de los factores m¨¢s eficaces para condensar identidades colectivas. Por eso los seleccionados metaforizan la nacionalidad. Los pol¨ªticos buscan servirse de esa empat¨ªa para seducir a sus votantes. Pero, como est¨¢ demostrando el Mundial de Brasil, no siempre el m¨¦todo funciona.
Cuando conquist¨® para su pa¨ªs la sede de la Copa y de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2016, Luiz In¨¢cio Lula da Silva pens¨® en agregar una dimensi¨®n deportiva a un protagonismo universal. Era 2007. La bonanza brasile?a fascinaba a los inversores. Y la canciller¨ªa ensayaba una mediaci¨®n con Ir¨¢n con la fantas¨ªa de conseguir un sitio permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La historia tuvo otras ideas. Para Dilma Rousseff el Mundial se convirti¨® en el juego de las l¨¢grimas. El ruido de las obras se mezcl¨® con el de las protestas. En el partido inaugural la presidenta, que compite por la reelecci¨®n, fue sometida al insulto ensordecedor de las tribunas. ¡°Fue un ataque de las ¨¦lites blancas¡±, se indign¨® Lula. Pero no fue convincente. Seg¨²n la consultora Ibope, la confianza en Rousseff cay¨® 5 puntos despu¨¦s del episodio. El gobierno temi¨® encontrar en la fiesta deportiva el sepelio de su programa electoral. Los candidatos de la oposici¨®n, A¨¦cio Neves (PSDB) y Eduardo Campos (PSB), cautelosos, escondieron la navaja por miedo a que el malhumor los salpicara. Solo una gloria deportiva como Romario, diputado por el PSB, se atrevi¨® a decir que ¡°esta copa es una verg¨¹enza para la naci¨®n¡±.
Para Rousseff el Mundial se convirti¨® en el juego de las l¨¢grimas. El ruido de las obras se mezcl¨® con el de las protestas
La pol¨ªtica se repleg¨® bajo su caparaz¨®n. Mientras los brasile?os electrizan los estadios, las agrupaciones oficializan candidaturas y negocian listas. Neves fue proclamado el 14 de este mes; Rousseff se lanz¨® el 21; y Campos, el pasado s¨¢bado.
Cuando era presidente, Lula pasaba los fines de semana absorbido por el f¨²tbol. Solo pod¨ªan distraerlo por cuestiones muy urgentes. A pesar de esa pasi¨®n, Diego Maradona a¨²n no ha conseguido entrevistarlo para su programa de TV. Sin embargo, Lula est¨¢ asomando, de a poco, la cabeza. Hace 10 d¨ªas brome¨® con que Inglaterra hab¨ªa sido eliminada ¡°porque no sabe jugar en estadios de tanta calidad¡±. El mi¨¦rcoles pasado dijo que la organizaci¨®n del campeonato tuvo defectos porque ¡°Brasil es un pa¨ªs en construcci¨®n¡±. Y culp¨® a la prensa por el malestar social. Relampague¨® de nuevo la posibilidad de una ley para regular al periodismo en caso de que Rousseff sea reelegida. Lula quiere concluir la pol¨¦mica sobre el Mundial, aprovechando que no aparecen sobresaltos.
La campa?a brasile?a no pudo asociarse a la algarab¨ªa deportiva. Pero el v¨ªnculo entre f¨²tbol y poder sigue activado. A pesar de que Rousseff no disfruta de esa fascinaci¨®n global para la que Lula hab¨ªa pensado este torneo, en la trastienda de la Copa la diplomacia juega su partido.
Con el pretexto de alentar a la selecci¨®n de Estados Unidos, Joe Biden se entrevist¨® a solas con la presidenta y termin¨® de disolver el conflicto con Barack Obama. Rousseff hab¨ªa exigido a Obama una disculpa p¨²blica por el espionaje al Gobierno brasile?o. Como no la consigui¨®, cancel¨® una visita a Washington. La exaltaci¨®n de la dignidad nacional produjo una encerrona diplom¨¢tica. Biden la despej¨®. Si retiene el poder, Rousseff no tardar¨¢ en visitar la Casa Blanca.
La presidenta brasile?a y Biden celebraron la reelecci¨®n de Juan Manuel Santos porque garantiza la distensi¨®n entre Colombia y Venezuela, asegurando las negociaciones de paz con la guerrilla. El mantra regional de Brasil es siempre el mismo: la estabilidad es todo.
Santos visit¨® a Rousseff y le ofreci¨® que Brasil oficie como mediador con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional. Washington aplaude la propuesta. Varios dirigentes del PT, como el asesor internacional de Rousseff, Marco Aurelio Garc¨ªa, tienen una relaci¨®n hist¨®rica con la guerrilla colombiana. Durante el Gobierno de Uribe, Brasil prest¨® servicios discretos en la liberaci¨®n de secuestrados.
No siempre la pol¨ªtica exterior va de la mano del deporte. El presidente de Honduras, Juan Orlando Hern¨¢ndez, falt¨® a la conferencia sobre migraci¨®n infantil celebrada en Guatemala para acompa?ar a su seleccionado.
La cumbre futbol¨ªstica modific¨® tambi¨¦n la agenda de los BRICs. La asamblea que todos los a?os se celebra en marzo se realizar¨¢ esta vez el 15 de julio, en Fortaleza. Fue para que Xi Jinping y Vlad¨ªmir Putin asistieran a la final del campeonato. Jinping, a pesar de ser un hincha empedernido, est¨¢ revisando ese programa. En cambio, Putin quiere estar en la tribuna. Rousseff tendr¨¢ que acompa?arlo. ?Habr¨¢ de nuevo insultos? Ser¨ªa raro lo contrario. Ya lo dijo el gran Nelson Rodrigues: ¡°En el Maracan¨¢ se abuchea hasta el minuto de silencio¡±.
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