Un colaborador del Che para tratar de lavar la imagen del Gobierno
Borrego, de 78 a?os, asesorar¨¢ la reestructuraci¨®n del equipo de Maduro para lograr ¡°una revoluci¨®n dentro de la revoluci¨®n¡±
![Orlando Borrego, escritor y politologo cubano](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JIDILDJX2YYZNJYDURRJC32XWU.jpg?auth=416286733f17c69aaa9fbbfa9eba2d037b983876090a57c483194f2f30e0b8fe&width=414)
La Revoluci¨®n Cubana sigue siendo el salvavidas del Gobierno venezolano en momentos de crisis. En medio de un severo desabastecimiento que ya alcanz¨® a todos los bienes que se ofertan en el pa¨ªs y acosado por una crisis interna del chavismo, el presidente Nicol¨¢s Maduro ha encargado la reestructuraci¨®n del Gobierno a dos de sus m¨¢s cercanos colaboradores ¡ªel vicepresidente Jorge Arreaza y el ministro de Planificaci¨®n Ricardo Men¨¦ndez¡ª, quienes contar¨¢n con la asesor¨ªa de un colaborador del Che Guevara cuando este dirig¨ªa el Ministerio de Industrias en Cuba.
Se trata de Orlando Borrego (Holgu¨ªn, 1936), un economista doctorado en el Instituto de Econom¨ªa Matem¨¢tica de la Academia de Ciencias de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, quien deber¨¢ trabajar a marchas forzadas para lograr antes del 15 de julio ¡°una revoluci¨®n dentro de la revoluci¨®n¡±, como ha prometido el gobernante venezolano en su programa semanal En contacto con Maduro. Durante los primeros a?os del castrismo, Borrego, que luch¨® bajo la tutor¨ªa de Guevara en la Columna 8 Ciro Redondo, fue el m¨¢ximo referente de la Junta Econ¨®mica Militar del Regimiento de La Caba?a, jefe del Departamento de Industrializaci¨®n y viceministro de Industrias hasta 1964. Ese a?o fue elegido ministro de la Industria Azucarera, cargo que ocup¨® hasta 1968, dos a?os antes de la hist¨®rica zafra de los diez millones, que encabez¨® el propio Fidel Castro en un esfuerzo por mejorar las golpeadas arcas de la isla. En los ¨²ltimos a?os Borrego ha estado dedicado al trabajo acad¨¦mico y ha escrito algunos libros: El desarrollo de la industria azucarera en Cuba (1965), El Che en el socialismo (1989) y otros dos textos sobre el legado del c¨¦lebre guerrillero argentino.
Maduro lo ha fichado para intentar dar un golpe de tim¨®n a su cuestionado mandato, pero ha tratado de disimularlo apelando a la complicidad que caracteriza las amistosas relaciones entre Cuba y Venezuela, vigentes desde 2000 cuando Castro y el fallecido presidente Hugo Ch¨¢vez acordaron el env¨ªo de entrenadores deportivos a cambio de petr¨®leo, el primero de una serie de planes conjuntos entre ambos pa¨ªses. ¡°Borrego, mejor conocido como 'Vinagreta', est¨¢ incorporado a un equipo especial. Hay que cambiarlo todo para servir al pueblo, es la consigna¡±, dijo el jefe del Estado venezolano en su programa.
El anuncio podr¨ªa interpretarse como un esfuerzo por introducir un tema distinto al que ha copado la agenda venezolana en la ¨²ltima quincena: las cr¨ªticas del hist¨®rico ministro de Planificaci¨®n de la era chavista, Jorge Giordani, quien en una carta denunci¨® el rumbo extraviado de la autodenominada revoluci¨®n bolivariana. Maduro tambi¨¦n est¨¢ intentando pasar la p¨¢gina del abierto enfrentamiento que mantiene ese sector de la ¡°izquierda trasnochada¡± ¡ªllamado as¨ª por el presidente y al que tambi¨¦n se han unido dos ex ministros de Ch¨¢vez, un ex alcalde y dos miembros de la logia militar que el 4 de febrero de 1992 intent¨® derrocar junto a ¨¦l al Gobierno de la ¨¦poca¡ª con el grupo de pragm¨¢ticos que encabeza el presidente de la estatal Petr¨®leos de Venezuela, Rafael Ram¨ªrez, el nuevo zar de la econom¨ªa.
Esa crisis mantiene en gira por la provincia a las autoridades del Partido Socialista Unido de Venezuela, que a finales de julio celebrar¨¢ su congreso ideol¨®gico y espera elegir a Maduro como su m¨¢xima autoridad. Para ello deber¨¢n nuclear a la militancia en torno a su cuestionado liderazgo. Son constantes los llamados a superar las diferencias, a mantenerse leales a la ¨²ltima proclama de Ch¨¢vez el 8 de diciembre de 2012, cuando nombr¨® a Maduro como su sucesor, y las alusiones al verdadero enemigo del chavismo, representado en lo que gen¨¦ricamente denominan ¡°la derecha venezolana¡±.
No es la primera vez que Caracas acude a alguno de los hist¨®ricos de la Revoluci¨®n Cubana para intentar disimular la crisis. En 2010, Ch¨¢vez anunci¨® la llegada del comandante Ramiro Vald¨¦s, otro hist¨®rico del asalto al Cuartel Moncada y el desembarco del Granma, en medio de una severa crisis del sistema el¨¦ctrico local, para transmitir su experiencia en los recortes del consumo de energ¨ªa en la isla. Aquella colaboraci¨®n fue muy resistida por la oposici¨®n por las sanguinarias credenciales de Vald¨¦s, a quien recordaban como un criminal de guerra. La llegada de Borrego ha ocasionado el mismo rechazo e incluso expresiones burlescas.
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