El Papa urge a que se ¡°proteja y acoja como es debido¡± a los ni?os migrantes
El Vaticano rechaza la pol¨ªtica de deportaci¨®n inmediata anunciada por Washington El secretario de Estado de la Santa Sede asiste a M¨¦xico a un coloquio que trata el fen¨®meno
El Vaticano entr¨® de lleno en la pol¨¦mica desatada por la llegada masiva de menores centroamericanos a Estados Unidos. En una carta le¨ªda por su nuncio en M¨¦xico, Christophe Pierre, el Papa dio un tir¨®n de orejas a quienes en Washington defienden la expulsi¨®n inmediata como ¨²nica formar de enfrentarse a este problema. Lejos del uso de las fuerzas de seguridad, Francisco propugn¨® en su mensaje pol¨ªticas de desarrollo y pidi¨® que se entienda la migraci¨®n como un fen¨®meno frente al que no cabe el ¡°miedo¡± sino la ¡°fraternidad¡±.
¡°Decenas de miles de ni?os viajan sin acompa?antes para escapar de la pobreza y la violencia, persiguiendo una esperanza que la mayor parte de las veces resulta vana. Una urgencia humanitaria de este tipo exige como primera medida acoger y proteger como es debido a estos menores¡±, se?ala la misiva fechada el 11 de julio y le¨ªda en un acto de especial resonancia: la apertura de un coloquio organizado por M¨¦xico y el Vaticano sobre el fen¨®meno de la inmigraci¨®n al que asistieron los ministros de Exteriores de M¨¦xico, Guatemala, Honduras, El Salvador, as¨ª como el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.
Para Francisco la oleada migratoria que ha desencadenado una fuerte tormenta pol¨ªtica en Washington, donde Obama se ha visto asediado por la presi¨®n republicana, requiere soluciones globales que pasan por poner en marcha pol¨ªticas de desarrollo en los pa¨ªses de origen. Para ello reclam¨® la participaci¨®n de la comunidad internacional y la b¨²squeda de ¡°nuevas formas de migraci¨®n legal y segura¡±. ¡°Es un fen¨®meno caracter¨ªstico de la sociedad actual y no un hecho aislado o emergente. Miles de personas emigran en busca de grandes promesas, se separan de sus familias, afrontan retos, a menudo mueren tr¨¢gicamente y muchas veces son objeto de racismo y xenofobia¡±, apunta la carta.
El mensaje llega en un momento en que la Administraci¨®n de Obama se ve entre dos fuegos. Tras anunciar desde 2012 que iba a reducir la presi¨®n expulsiva y defender una ley que permitir¨ªa una regularizaci¨®n masiva de sin papeles (hay 11 millones en EE UU), el presidente americano ha respondido a la ola de menores migrantes (m¨¢s de 50.000 en nueve meses) con la amenaza de deportaciones. Este gesto de dureza, sustentado en el miedo a un efecto llamada, ha soliviantado a las organizaciones humanitarias. Y tampoco ha contentado al sector duro del bando republicano, que ha visto en esta crisis un punto d¨¦bil de los dem¨®cratas. En esta situaci¨®n pendular, los pr¨®ximos pasos de Obama no dejan de ser una inc¨®gnita. Y la soluci¨®n no se ve a corto plazo.?
Una visita a la frontera de M¨¦xico con Texas, donde pululan cientos de enjambres de ni?os centroamericanos, deja patente que la amenaza de deportaci¨®n no les parar¨¢. Procedentes de pa¨ªses estragados por la violencia y la pobreza, Estados Unidos se les ofrece como un mundo mejor, alejado de las penalidades que sufren en Honduras, Guatemala o El Salvador.
El caso de M¨¦xico, el paso natural de los migrantes, es distinto. Aparte de tener un acuerdo con Estados Unidos que permite la deportaci¨®n inmediata de los menores mexicanos, el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto ha intentado desde el primer momento restar presi¨®n a su aliado americano. Ni quiere da?arle ni tampoco que se hable demasiado de su deficitario control de frontera.
El resultado ha sido un seguimiento de la crisis con perfil bajo y una vaporosa promesa de aumentar los controles de las rutas que siguen habitualmente los traficantes de personas y donde son habituales los asesinatos, violaciones y robos; por ejemplo, el Gobierno ha venido anunciando que tratar¨¢ de evitar que los migrantes se suban a La Bestia, el tren de carga que se ha convertido en s¨ªmbolo del duro camino de los clandestinos. Pero ninguna de estas medidas, seg¨²n reconoce el Gobierno mexicano, acabar¨¢ con la ra¨ªz del problema. El propio secretario de Estado del Vaticano afirm¨® que ninguna instituci¨®n o Estado podr¨¢ por s¨ª solo resolver una crisis que reclama urgentemente estrategias comunes en la regi¨®n y en el mundo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.