¡°Ecuador es, tras Cuba, el pa¨ªs m¨¢s restrictivo en libertad de expresi¨®n¡±
La relatora para la libertad de expresi¨®n analiza los desaf¨ªos a¨²n pendientes en Am¨¦rica Latina
A Catalina Botero, seis a?os de trabajo constante y de recriminaciones p¨²blicas por parte de Estados molestos con sus recomendaciones sobre libertad de expresi¨®n no le han quitado las ganas de seguir defendiendo los derechos humanos. ¡°Es lo que me motiva todos los d¨ªas cuando me levanto por la ma?ana¡±, asegura.
Esta jurista colombiana considera ¡°un enorme desaf¨ªo y un gran honor¡± su paso por la Relator¨ªa Especial para la Libertad de Expresi¨®n de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Y ahora que se apresta a entregarle el testigo al uruguayo Edison Lanza, reci¨¦n elegido como su sustituto a partir de octubre, reflexiona sobre la situaci¨®n de la libertad de expresi¨®n en la regi¨®n. Recibe a EL PA?S en su despacho en Washington, donde grandes cajas apiladas con documentos e informes atestiguan lo mucho que a¨²n queda por hacer en la materia.
Pregunta. ?Por qu¨¦ es necesaria una la Relator¨ªa Especial para la Libertad de Expresi¨®n en Am¨¦rica Latina?
Respuesta. La Relator¨ªa se crea en un momento clave para la regi¨®n, cuando se est¨¢n consolidando las transiciones de las dictaduras del Cono Sur a Estados democr¨¢ticos y de los conflictos armados de Centroam¨¦rica a Estados de Derecho con democracias electorales, por lo menos relativamente libres. Los Estados ten¨ªan clar¨ªsimo que lo primero que violan los reg¨ªmenes autoritarios es la libertad de expresi¨®n y quer¨ªan salvaguardas para que no vuelva a pasar. Hoy se aplica exactamente la misma raz¨®n, es un derecho fundamental para consolidar las democracias en la regi¨®n.
P. Hay, sin embargo, quienes sostienen que algunas limitaciones a la libertad de expresi¨®n son necesarias para defender a los grupos m¨¢s vulnerables frente a la ¡°prensa hegem¨®nica¡±.
R. Una cosa es dar mayor visibilidad a los grupos tradicionalmente marginados o discriminados e incentivar una mayor diversidad en la deliberaci¨®n p¨²blica, por ejemplo, mediante el fortalecimiento de medios p¨²blicos independientes. Y otra cosa, muy distinta, es que con este pretexto algunos Gobiernos pretendan copar todos los espacios de comunicaci¨®n y convertirse en la ¨²nica voz que puede ser escuchada. En este escenario pierden todos, la sociedad, las minor¨ªas pol¨ªticas y especialmente los grupos marginados en cuyo nombre parad¨®jicamente se suprimen las garant¨ªas para poder disentir.
P. ?Qu¨¦ pa¨ªses le preocupan m¨¢s en la regi¨®n?
R. Como lo manifest¨® la CIDH, los episodios de los ¨²ltimos meses en Venezuela son realmente preocupantes. Se trata de grav¨ªsimas restricciones a derechos como la libertad de expresi¨®n, que aumentan la incertidumbre sobre las garant¨ªas estatales para el ejercicio de los derechos humanos. La violencia sistem¨¢tica contra comunicadores de todas las tendencias, los mecanismos de bloqueo informativo como el cierre de un canal de televisi¨®n sin proceso previo, la falta de papel prensa, la apertura de procesos penales y disciplinarios contra opositores, medios y comunicadores inc¨®modos y la permanente estigmatizaci¨®n de la disidencia configuran un panorama que nos preocupa de manera particular.
Tambi¨¦n est¨¢ Ecuador que, despu¨¦s de Cuba, tiene la legislaci¨®n m¨¢s restrictiva para la libertad de expresi¨®n en toda la regi¨®n. D¨¦jeme darle s¨®lo un ejemplo: en ese pa¨ªs, todos los medios de comunicaci¨®n, escritos, digitales, de radio o televisi¨®n, est¨¢n expresamente obligados a publicar toda la informaci¨®n que el Gobierno considere que es de ¡°inter¨¦s publico¡± y, al mismo tiempo, pueden ser sancionados por publicar informaci¨®n que el Gobierno considere irrelevante. En otras palabras, quien decide si el p¨²blico puede o no conocer una informaci¨®n son los agentes gubernamentales encargados de vigilar y sancionar a la prensa. Ese es solo uno de los m¨²ltiples ejemplos de las atribuciones que la legislaci¨®n otorga al Gobierno y sobre las cuales nos hemos pronunciado. Usted comprender¨¢ que en esas circunstancias resulta dif¨ªcil hablar de libertad de expresi¨®n.
P. Precisamente estos dos pa¨ªses le han acusado de empecinarse en criticar sus acciones y de servir con ello a intereses de Gobiernos como el de EE UU.
R. Los hechos hablan por s¨ª mismos, la acusaci¨®n de que existe un doble est¨¢ndar no es verdad. Si mira los informes de la Relator¨ªa de este a?o, hay uno completo sobre EE UU, sobre todo el debate que se produce a partir de las denuncias de Edward Snowden, sobre el juicio a la soldado Manning, sobre los problemas que han existido en torno al acceso a la informaci¨®n¡ Supervisamos los 35 pa¨ªses de Am¨¦rica y a los 35 les aplicamos exactamente el mismo rigor.
P. ?Puede haber democracia sin libertad de expresi¨®n?
R. ?De ninguna manera! La democracia no es simplemente ir a votar: para poder tomar una decisi¨®n, una condici¨®n indispensable es la deliberaci¨®n. Sin ella no es posible ese proceso colectivo de elecci¨®n de preferencias. Por lo tanto, es imposible el ejercicio de los derechos pol¨ªticos. Las democracias no son solamente reg¨ªmenes procedimentales a trav¨¦s de los cuales las personas eligen a sus mandatarios. Las democracias constitucionales suponen un m¨ªnimo de derechos para todas las personas que viven en esos Estados, y esos derechos corren peligro, sin duda, si no existe la posibilidad de vigilar lo que hacen los poderes p¨²blicos y privados, y de discutir abiertamente y controlar a trav¨¦s de estos procesos de control social, y sobre todo la prensa, lo que hacen estos poderes. Un Estado que proh¨ªba la protesta social, que no establezca mecanismos de acceso a la informaci¨®n p¨²blica, en el que una persona puede ser enviada a la c¨¢rcel por decir o hacer algo que pueda ofender a un funcionario, o que pueda, literalmente, llevar a la bancarrota a un medio cr¨ªtico para evitar que circulen informaciones inc¨®modas, es un Estado en el cual ser¨¢ imposible que los grupos m¨¢s desfavorecidos puedan salir a la calle, publicar sus cr¨ªticas, cuestionar las pol¨ªticas de Gobierno y exigir soluciones reales a sus problemas. Esa voz, que es su mejor instrumento, podr¨¢ ser f¨¢cilmente suprimida.
P. ?Cu¨¢les son los grandes desaf¨ªos de la libertad de expresi¨®n en la regi¨®n?
R. Nosotros elaboramos una agenda, en donde priorizamos cinco desaf¨ªos. El primero tiene que ver con la violencia contra las personas que ejercen su libertad de expresi¨®n. El segundo es el uso del derecho penal como mecanismo de responsabilidad ulterior por el ejercicio de la libertad de expresi¨®n. Tambi¨¦n est¨¢ el uso del desacato o de la injuria y calumnia para enjuiciar, condenar a las personas que hacen denuncias sobre los altos funcionarios. Eso afecta directamente la capacidad de tener una deliberaci¨®n vigorosa, importante, sin miedo a sufrir represalias. ?Qui¨¦n se va a atrever a hacer una denuncia de corrupci¨®n si el funcionario aludido puede lograr que el periodista que hace la denuncia termine en la c¨¢rcel? El tercer desaf¨ªo es la censura indirecta, el uso del poder estatal para premiar a los medios amigos y castigar a los cr¨ªticos. El cuarto ser¨ªa el acceso a la informaci¨®n. Ah¨ª hay unos avances grandiosos en la regi¨®n. El quinto, la diversidad y el pluralismo. Hemos impulsado la protecci¨®n de las radios comunitarias ind¨ªgenas, de sectores marginados, porque creemos que la deliberaci¨®n no es completa si no est¨¢n todas las voces, intereses y necesidades que existen en una sociedad.
P. ?Debe seguir teniendo la Relator¨ªa independencia para financiarse?
R. Ante la ausencia estructural de recursos del sistema interamericano de derechos humanos, creo que es una gran soluci¨®n poder competir ante las agencias de cooperaci¨®n internacional con proyectos que son nuestras propias prioridades, no las del cooperante.
Impedir que tengamos esos recursos ser¨ªa impedir que podamos hacer la supervisi¨®n regional y el apoyo a los Estados para que sigan promoviendo el derecho a la libertad de expresi¨®n.
O los Estados tendr¨ªan que pagar m¨¢s. La creaci¨®n de un fondo permanente que no dependa a?o a a?o de la voluntad de los Estados, con reglas claras de financiaci¨®n, a largo plazo, ser¨ªa extraordinario. Mientras eso no ocurra, la salida es la cooperaci¨®n internacional.
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