A Renzi se le resiste Italia
El l¨ªder socialdem¨®crata a¨²n no ha sacado adelante ninguna de las reformas que prometi¨®
Matteo Renzi las est¨¢ pasando canutas. El l¨ªder pol¨ªtico al que todos los socialdem¨®cratas europeos se quieren parecer, el que logr¨® el 40¡¯8% de los votos en las elecciones europeas dejando con un palmo de narices a Beppe Grillo y a Silvio Berlusconi, el mismo que, el pasado 2 de julio, caus¨® una excelente impresi¨®n en Estrasburgo al hacer votos por ¡°recuperar el alma de Europa¡±, no ha sido capaz todav¨ªa de sacar adelante de forma completa ninguna de las reformas a las que se comprometi¨® tras ser investido ¨Cque no elegido-- primer ministro de Italia hace ya cuatro meses y 10 d¨ªas. Para completar el cuadro, las cuentas no le salen: ya se ha comprometido a gastar m¨¢s de lo que tiene previsto ahorrar.
Renzi sali¨® disparado de la l¨ªnea de salida. S¨®lo unas horas despu¨¦s de que, l¨®gicamente con cara de pocos amigos, Enrico Letta le entregara el testigo, el joven l¨ªder del Partido Democr¨¢tico (PD) reafirm¨® su intenci¨®n de llevar adelante una gran reforma al mes: ¡°En febrero¡±, dijo, ¡°reformaremos la ley electoral y el Senado; en marzo, sacaremos adelante la reforma del trabajo; en abril, la de la administraci¨®n p¨²blica; en mayo, la del fisco; en junio, la justicia¡±. Aquellas prisas no s¨®lo estaban justificadas por la situaci¨®n de crisis que atravesaba ¨Cy atraviesa¡ªItalia. El nuevo primer ministro s¨®lo dispon¨ªa de 28 d¨ªas h¨¢biles antes de las elecciones europeas de finales de mayo y, si quer¨ªa frenar la bien nutrida rabia de los electores hacia la pol¨ªtica tradicional, no ten¨ªa otra opci¨®n que respaldar con hechos sus palabras. As¨ª que el ¡°en¨¦rgico y ambicioso¡± Renzi, seg¨²n lo defini¨® Barack Obama durante su visita a Roma, logr¨® tres grandes golpes de efecto: la C¨¢mara de Diputados aprob¨® el primer borrador de una nueva ley electoral, llamada Italicum, destinada a favorecer la gobernabilidad del pa¨ªs; el Consejo de Ministros dio luz verde a una reducci¨®n del IRPF para que los 10 millones de italianos que cobran menos de 1.500 euros al mes recibieran un plus mensual de unos 80 euros; anunci¨® que subastar¨ªa el lujoso parque m¨®vil al servicio del Gobierno ¨Cincluidos 15 Maserati Quattroporte valorados en 117.000 euros la unidad que compr¨® Berlusconi en los peores a?os de la crisis¡ª y, por si fuera poco, se comprometi¨® a meter en cintura los estratosf¨¦ricos sueldos ¨Chasta 850.000 euros al a?o¡ª de algunos dirigentes de empresas p¨²blicas o participadas por el Estado.
Aquello funcion¨®. El Partido Democr¨¢tico (PD), c¨¦lebre por su hist¨®rica afici¨®n a la derrota, barri¨® en las europeas y Renzi se hizo confeccionar un gran cartel con el resultado obtenido ¨Cel 40¡¯8%-- y lo coloc¨® en el escenario, a su espalda, durante una cumbre del centroizquierda, por si alguno, corto de vista o largo de ambici¨®n, a¨²n dudara de qui¨¦n era el nuevo capo. Sin embargo, desde entonces hasta ahora, el camino se le ha ido poniendo a Renzi cuesta arriba. El primer ministro italiano est¨¢ chocando de frente con la resistencia, a veces feroz, de sectores muy poderosos y muy variados de la pol¨ªtica y la sociedad. Unos, porque no est¨¢n dispuestos a perder privilegios que hasta ahora nadie osaba poner en duda. Otros, porque leg¨ªtimamente creen que la manera que tiene Renzi de imponer sus ansias de reforma refleja un deje de autoritarismo e improvisaci¨®n que, a la larga, ser¨¢ perjudicial para Italia. El ejemplo m¨¢s claro y m¨¢s reciente es el de la reforma del Senado. La decisi¨®n de Renzi de eliminar el Senado o, en su defecto, de convertirlo en algo pr¨¢cticamente simb¨®lico para terminar de una vez con el bicameralismo perfecto ¨Chasta ahora ambas c¨¢maras ten¨ªan la misma importancia y las leyes ten¨ªan que aprobarse por partida doble, provocando muchas veces la par¨¢lisis--, ha provocado una aut¨¦ntica rebeli¨®n entre los senadores, incluidos algunos del PD. Se han llegado a presentar 7.800 enmiendas en un intento manifiesto de bloquear la reforma. La firme respuesta de Renzi, que amenaz¨® a los senadores con dejarlos sin vacaciones, provoc¨® altercados y acusaciones gruesas, pero al final se sali¨® en parte con la suya: el nuevo Senado quedar¨¢ reducido a un centenar de senadores, no electos, sino elegidos entre diputados regionales y concejales. Pero crece el temor que el resto de las reformas tengan tambi¨¦n que transitar por el viejo camino de las componendas de sal¨®n mientras en la calle la situaci¨®n, lejos de mejorar, empeora.
Para evitar que la llama de la confianza se apague, Renzi sigue prometiendo inversiones con cargo a un dinero que todav¨ªa no ha ahorrado. Carlo Cottarelli, un comisario nombrado por Enrico Letta para revisar el gasto p¨²blico, ya ha advertido que, si el Gobierno sigue as¨ª, gast¨¢ndose lo que todav¨ªa no ha ahorrado, peligran las previsiones y no se podr¨¢n bajar los impuestos.
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