Las v¨ªctimas de la guerra en Colombia tienen la palabra
Las primeras doce v¨ªctimas, de un grupo de 60, se ver¨¢n cara a cara con los negociadores de paz del Gobierno y la guerrilla de las FARC
En los anteriores intentos que Colombia ha hecho para terminar con el conflicto armado interno que ya suma cinco d¨¦cadas, las v¨ªctimas de la violencia, que sobrepasan los seis millones, no hab¨ªan participado formalmente en las negociaciones de paz. Desde hoy, por una decisi¨®n conjunta del Gobierno y la guerrilla de las FARC, 60 v¨ªctimas, escogidas en medio de una gran pol¨¦mica, empiezan a llegar a La Habana en grupos de 12 personas.
Se trata de un cara a cara donde hablar¨¢n del drama que han vivido, en una fase de los di¨¢logos que se concentra, precisamente, en c¨®mo resarcir a los afectados por la guerra.
Los nombres solo se conocieron un poco antes de abordar el avi¨®n que los llev¨® a Cuba. Entre los primeros elegidos hay v¨ªctimas de las FARC, de los paramilitares y tambi¨¦n del Estado. El primer grupo lo conforman afectados por secuestro, tortura, masacres, desaparici¨®n forzada, desplazamiento, violencia sexual y falsos positivos, como se conoce a las ejecuciones extrajudiciales realizadas por militares. Hay siete mujeres y cinco hombres, ind¨ªgenas y afros.
Ah¨ª est¨¢ ?ngela Mar¨ªa Giraldo, hermana de un diputado secuestrado y asesinado por las FARC y Constanza Turbay, cuya familia de pol¨ªticos muri¨® a manos de la guerrilla. Tambi¨¦n Jorge V¨¢squez, exdiputado desplazado y Leyner Palacios, afrodescendiente, l¨ªder de las v¨ªctimas de la masacre de Bojay¨¢, donde murieron en 2002 un centenar de civiles en medio del fuego cruzado entre los paramilitares y las FARC.
Como lo hab¨ªan anticipado los representantes de Naciones Unidas, la Universidad Nacional y la Iglesia -que fueron los encargados de la elecci¨®n-, la lista tambi¨¦n incluye a supervivientes y afectados de otros grupos armados como D¨¦bora Barros, l¨ªder ind¨ªgena wayuu que perdi¨® a cinco familiares en una incursi¨®n de los paramilitares en 2004; y Jaime Pe?a, padre de uno de los 32 j¨®venes desaparecidos y asesinados en el puerto petrolero de Barrancabermeja por paramilitares en 1998. Tambi¨¦n est¨¢ Janeth Bautista, cuya hermana fue torturada y asesinada por miembros de la Fuerza P¨²blica, y Luz Marina Bernal, madre de un muchacho discapacitado que fue asesinado por militares y presentado como guerrillero muerto en combate.
No ha dejado de causar pol¨¦mica el hecho de que si se trata de una negociaci¨®n con las FARC, participen v¨ªctimas del paramilitarismo y aquellas que tambi¨¦n causaron los militares y los polic¨ªas. Pero la instrucci¨®n de los negociadores fue esa: tienen que representar a todo el universo de v¨ªctimas que ha dejado el conflicto colombiano. El presidente Juan Manuel Santos tambi¨¦n sali¨® a defender esa decisi¨®n diciendo este viernes que si Colombia quiere la paz, hay que escuchar a todos los que han sufrido.
Que estas v¨ªctimas directas puedan verse con los negociadores de paz es solo una parte del mecanismo de participaci¨®n que han acordado en Cuba, tras 20 meses de negociaci¨®n. Su voz se suma a las m¨¢s de 3.000 que participaron en cuatro foros realizados en diferentes regiones de Colombia, donde por primera vez se reunieron v¨ªctimas de todos los actores armados para hablar de su dolor, pero tambi¨¦n de sus reclamos y propuestas. La gran mayor¨ªa pide saber la verdad de lo que pas¨® con los desaparecidos, con los que murieron y con los que fueron secuestrados.
No ha sido f¨¢cil y han afloraron toda clase de tensiones y divisiones, pero los que abogan por una soluci¨®n negociada del conflicto lo ven como el primer paso para la reconciliaci¨®n. ¡°El acercamiento de las v¨ªctimas en una especie de comunidad de dolor y la esperanza es a¨²n incipiente y fr¨¢gil, pero puede convertirse en una de las fuerzas m¨¢s significativas a favor de una paz digna y sostenible¡±, escribi¨® Rodrigo Uprimny, reconocido defensor de derechos humanos.
Para Fabricio Hochschild, coordinador de la ONU en Colombia, consultar de una manera tan sistem¨¢tica a las v¨ªctimas como se est¨¢ haciendo en Colombia es un modelo ejemplar para el mundo. ¡°Si no se involucra a los que m¨¢s sufrieron por el conflicto en buscar soluciones y promover la reconciliaci¨®n, va a ser m¨¢s dif¨ªcil que la paz sea sostenible¡±, le dijo a EL PA?S.
Que todo esto est¨¦ sucediendo es ya un gran avance hacia la reconciliaci¨®n de un pa¨ªs que seg¨²n el Centro de Memoria Hist¨®rica carga a cuestas cifras desgarradoras: 220.000 muertos de los cu¨¢les m¨¢s del 80% han sido civiles, 25.000 desaparecidos, 27.000 secuestrados, 2.000 masacres. La radiograf¨ªa de la guerra es aterradora. En La Habana, estar¨¢n representantes de todas las formas de sufrimiento.
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