El mayor terremoto en 25 a?os en California paraliza Napa
La pintoresca ciudad tiene m¨¢s de cien edificios con acceso prohibido
La dependienta de Foster Freeze, una tienda de helados y batidos de los que obstruyen las venas, departe con un ni?o de origen salvadore?o. ?l no sabe cu¨¢ndo volver¨¢ al colegio, a ella le han puesto un esparadrapo en la cabeza. Durante el terremoto una botella le golpe¨® en la cabeza. El comercio, a las afueras de Napa, registra una actividad superior a la habitual un domingo por la tarde. Es de los pocos sitios que sigue abierto a pesar del rigor con que tembl¨® la tierra este s¨¢bado en California.
La entrada a la localidad no es es sencilla. Stephen Stangland, responsable de obras p¨²blicas del municipio, activ¨® a su equipo a las cinco de la ma?ana. Tras inspeccionar la situaci¨®n del asfalto en las calles, decidieron dar prioridad a la v¨ªa principal de acceso, que conecta con la carretera 101, el antiguo Camino Real que usaron los misioneros espa?oles en la fundaci¨®n de gran parte de los n¨²cleos urbanos de la zona. El equipo de 20 operarios confiaba en terminar las labores de acondicionar la v¨ªa de acceso antes de la medianoche del domingo al lunes. Una veintena de socavones, grietas y baches hacen impracticable el camino a menos que se use un todoterreno.
Una vez en Napa todo huele vino. Extra?o, no es tiempo de crianza. Al contrario, la vendimia est¨¢ a punto de comenzar y las bodegas que hay en la ciudad no curan el vino, sino que solo lo venden. El perfume proviene de la cantidad ingente de botellas que han ca¨ªdo de los estantes. Heriberto Villa, mexicano, es uno de los empleados de Val¡¯s Liquors, la mayor tienda de vino de Napa. Antes de las seis hab¨ªa llegado a su puesto de trabajo. Este domingo no viste camisa y chinos, el atuendo habitual para aconsejar a los turistas el caldo que m¨¢s agradar¨ªa a su paladar. Hoy toca pantal¨®n bombacho, camiseta y unas botas de pl¨¢stico, fregona y varios cubos de reciclaje para el vidrio. Su jefe estima en m¨¢s de 100.000 d¨®lares las p¨¦rdidas y da por arruinadas m¨¢s de la mitad de las botellas, incluso m¨¢s. ¡°Aunque no se hayan roto, al tener manchas, ya no se pueden vender¡±, lamenta. Si reciben la autorizaci¨®n, conf¨ªan en abrir al p¨²blico el martes.
Los vecinos se quejan amargamente de que la alerta no se active hasta diez segundos antes del primer temblor
Alexis, que regenta la tienda de al lado, una cafeter¨ªa donde tambi¨¦n hornean dulces, ha dejado unos bollitos y caf¨¦ en una mesa plegable. Los polic¨ªas que patrullan en bicicleta ayudan a tapiar la entrada cuyo vidrio se ha roto. Lo peor est¨¢ dentro, la vajilla est¨¢ destrozada, en la cocina, se han ca¨ªdo fluorescentes. El pastelero, su marido, est¨¢ ingresado en el hospital del condado a causa de los cascotes que le hirieron cuando quer¨ªa ver el estado del local.
Sin misa y sin correo
Este domingo no hubo misa. Las dos iglesias de la ciudad presentan un precinto que impide la entrada. Tanto la cat¨®lica como la presbiteriana. En la primera la cornisa est¨¢ a punto de caer. En la segunda, las vidrieras se han roto y los marcos de las puertas amenazas con desplomarse en cualquier momento.
Dewey Lucero tiene su propia tienda de aceites de oliva, con diferentes sabores, maceraciones y variedades de aceituna. Todos se hacen en California. Abri¨® la tienda en octubre, augurando un pr¨®ximo boom, similar al del vino. Pide que no se entre al comercio, todo resbala. ¡°Ya hay bastante trabajo en los hospitales¡±. Estima que se han roto m¨¢s de 500 botellas. El precio de mercado ronda los 20 d¨®lares por unidad.
Los comercios t¨ªpicos de la zona, especialmente de vinos y licores y de aceites, han sido seriamente afectados, pero no hay que lamentar v¨ªctimas
Cuanto m¨¢s c¨¦ntrico, m¨¢s desolaci¨®n. Apenas hay gente por la calles, solo curiosos que pronto deciden aparcar el morbo y se convierten en fuerza motriz. Los propietarios de las tiendas tapian la entrada con paneles de madera conglomerada.
La situaci¨®n de dos edificios hist¨®ricos han corrido una suerte similar. La ciudad de menos de 80.000 habitantes se va a quedar unos d¨ªas sin recibir correspondencia. La oficina de Correos, un edificio de ladrillo inaugurado en 1933, tienen todas las ventanas con vidrios colgando, escombros en las esquinas y grietas en casi toda la estructura. El otro, la biblioteca Goodman, cuyos restos siguen cayendo de la cornisa a la acera y han dejado in¨²tiles las farolas de la entrada. El peligro es evidente, est¨¢ hecha de piedra de granito y cemento. El edificio, donado por el banquero local en 1901, era la construcci¨®n m¨¢s antigua de la ciudad.
Son m¨¢s de 100 los edificios en cuya entrada luce un cartel de color rojo y una de cinta pl¨¢stica del mismo color o amarilla, seg¨²n el peligro que presente. Sin embargo, hay uno que duele especialmente. A Rhonda Prudente-Borges no le consuelan las llamadas de amigos. Vive en Smernes Place, una de las casas m¨¢s conocidas de la zona, levantada en 1906. Es lo que se denomina arts and crafts house, con su porche, mecedora, escaleras de madera y dintel decorado. El interior es desolador, grietas, restos de escayola, pedazos de jarrones y una cocina que parece salida de un naufragio.
¡°Lo primero son los da?os personales, doy gracias a Dios porque estamos todos bien, pero no tengo asegurada la casa contra terremotos, y me cost¨® m¨¢s de 250.000 d¨®lares restaurarla¡±, se lamenta. Su ¨²nica baza es que, al vivir en un edificio declarado de inter¨¦s hist¨®rico oficial, sea el estado el que se haga cargo de ello.
En la puerta hace guardia Rick Wonneberg, coordinador del equipo de rescate. Celebra que el pueblo carezca de vida nocturna. De los 86 heridos que han pasado por el hospital, solo se teme por la vida de tres, dos adultos y un ni?o a los que les cay¨® una chimenea encima. ¡°No quiero pensar qu¨¦ habr¨ªa pasado si el terremoto es un s¨¢bado o un domingo, a plena luz del d¨ªa, habr¨ªa sido una desgracia. La suerte es que las calles estaban vac¨ªan, no hab¨ªa nada abierto. De lo contrario, lamentar¨ªamos el resultado¡±, insiste.
Las autoridades locales han convocado una rueda de prensa, abierta a los residentes, a las dos de la tarde del martes, para explicar la situaci¨®n de la ciudad y c¨®mo proyectan la reconstrucci¨®n. Si no se dan r¨¦plicas, se cancelar¨¢ el estado de emergencia. Entonces, se resolver¨¢n algunas inc¨®gnitas, como las ayudas que podr¨ªan recibir para la reconstrucci¨®n, estimaci¨®n de da?os y vuelta de los servicios de luz, gas, educaci¨®n y correo.
Lo que resulta dif¨ªcil de explicar, pero no deja de levantar pol¨¦mica, tanto en conversaciones informales como en las redes sociales, es c¨®mo es posible que la alerta de terremoto se active solo 10 segundos antes del temblor. Un cuarto de siglo despu¨¦s del terremoto de Loma Prieta se esperaba que la tecnolog¨ªa que tanta prosperidad aporta a la zona hubiera resultado m¨¢s ¨²til en esta situaci¨®n.
Los habitantes de la bah¨ªa viv¨ªan en silencio la ca¨ªda del sol en la tarde del domingo, con la l¨®gica preocupaci¨®n de quien sabe que, en los pr¨®ximos d¨ªas, las posibilidades de repetici¨®n entran dentro de lo probable.
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