Un pa¨ªs sin Estado y dos Gobiernos
Los enfrentamientos amenazan la recuperaci¨®n de la producci¨®n petrol¨ªfera
Libia sigue instalada en el caos y en una situaci¨®n de preguerra civil permanente. Las disputas pol¨ªticas y partidistas enfangan cualquier soluci¨®n imaginable. Tras las elecciones del pasado 25 de junio se constituy¨® en Tobruk, a 1.400 kil¨®metros al este de la capital, Tr¨ªpoli, una C¨¢mara de Representantes para impulsar un nuevo Gobierno, que alcanz¨® acuerdos con las milicias rebeldes para reabrir y relanzar la producci¨®n de petr¨®leo y empezar a poner orden en un pa¨ªs sin Estado. No ha sido posible a¨²n. La Asamblea General saliente (un Parlamento provisional que funcion¨® durante 18 meses) nombr¨® por su cuenta la semana pasada otro Gobierno. Los dos Ejecutivos se disputan ahora cu¨¢l de ellos debe reaccionar a las incursiones a¨¦reas sobre Tr¨ªpoli atribuidas a Egipto y Emiratos ?rabes Unidos.
El descontrol es tal que afecta a todos los cargos e instituciones del pa¨ªs. El embajador de Libia en Egipto, Fayez Abdul Aziz Jibril, ha rechazado la orden enviada por el presidente del Gobierno en Tr¨ªpoli, Nuri Abu Sahman, de cerrar tanto la legaci¨®n en El Cairo as¨ª como la de Abu Dhabi tras los ataques a¨¦reos. El diplom¨¢tico argument¨® su rechazo al mandato de Nuri Abu al advertir que no le escuchaba ni le conced¨ªa autoridad: ¡°Ya ha tenido 18 meses para gobernar¡±.
El Gobierno procedente de las urnas del 25 de junio ¡ªexiliado en Tobruk¡ª ha condenado tambi¨¦n esta semana como un ¡°acto criminal¡± la iniciativa del Gobierno saliente refugiado en Tr¨ªpoli de nombrar a 14 ministros. El Ejecutivo de Tobruk, reconocido internacionalmente, ha respondido asegurando que esa acci¨®n ser¨¢ castigada, lo que afectar¨¢ a todos los partidos involucrados.
El desbarajuste afecta a todos los sectores de la econom¨ªa libia, desde la producci¨®n b¨¢sica de petr¨®leo, eje de cualquier salida para el futuro del pa¨ªs, a la interlocuci¨®n con los mediadores y enviados internacionales, que tienen que desplegarse por distintas ciudades para reunirse con los distintos responsables para buscar alguna salida al conflicto interno. El enviado especial de Reino Unido, Jonathan Powell, acaba de viajar a la zona, frecuentemente visitada tambi¨¦n por el enviado de Naciones Unidas para Libia, el diplom¨¢tico espa?ol Bernardino Le¨®n.
El nuevo presidente y representante del poder pol¨ªtico en Tobruk, Abdul¨¢ al Thinni, lleg¨® hace dos meses a un acuerdo para reanudar las exportaciones con las milicias rebeldes que mantuvieron bloqueados un a?o los puertos petrol¨ªferos. El pa¨ªs, que lleg¨® a generar en la mejor ¨¦poca del dictador Muamar Gadafi 1,5 millones de barriles diarios, hab¨ªa reducido su capacidad a apenas 130.000, y gracias al nuevo pacto recuper¨® un nivel de 730.000 barriles al d¨ªa. Sobre esa soluci¨®n tambi¨¦n hay disputas.
En esas condiciones sigue sin aclararse, tambi¨¦n en el interior de Libia, la responsabilidad de los ataques a¨¦reos sufridos en agosto por las milicias islamistas de Misrata que operan alrededor de Tr¨ªpoli.
La acusaci¨®n m¨¢s extendida se dirige contra Egipto y Emiratos ?rabes Unidos (EAU), pa¨ªses a los que se sit¨²a detr¨¢s del general renegado Jalifa Hafter, que lleva asentado desde la pasada primavera cerca de Bengasi, desde donde lanza ataques frecuentes con apoyo a¨¦reo contra las milicias islamistas que dominan la segunda ciudad del pa¨ªs. Este s¨¢bado estallaron nuevos enfrentamientos entre los partidarios de Hafter y milicianos islamistas.
Egipto y EAU niegan su intervenci¨®n en Libia, pero el general, Hafter que vivi¨® exiliado casi 20 a?os en Estados Unidos, cuenta con un portavoz estadounidense, David Anthony LeVeque, que s¨ª ha confirmado que cuenta con esos apoyos para derrotar a los grupos islamistas armados en el pa¨ªs norteafricano.
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