Acoso sexual: el alto costo de ser mujer en un autob¨²s
Autoridades ensayan nuevas medidas para atajar el acoso sexual en el transporte p¨²blico de Latinoam¨¦rica
Roces, miradas penetrantes, insinuaciones o gestos subidos de tono, y la sensaci¨®n de impotencia ante los perpetradores. Estas experiencias son el pan de cada de d¨ªa de millones de mujeres que usan el transporte p¨²blico en Latinoam¨¦rica, donde el problema del acoso sexual ha adquirido proporciones descomunales, en algunos casos afectando a m¨¢s de la mitad de usuarias de autobuses o servicios de metro.
¡°Estaba viajando en el tren de Buenos Aires, cuando sent¨ª que alguien se estaba aprovechando de m¨ª ¨C en las horas pico hay muy poca distancia entre una persona y otra - inmediatamente me alej¨¦. No tuve el coraje de decirle a esa persona que se estaba propasando. Solo me sent¨ª apenada y me sal¨ª del coche¡±, Victoria, 30 a?os, en la capital argentina.
"A veces en el metro, hay miradas molestas, es inc¨®modo", cuenta Beatriz G¨®mez, de 25 a?os, en la Ciudad de M¨¦xico. Mar¨ªa de los ?ngeles, su compa?era de trabajo, relata que "cuando (el Metrobus) va muy repleto, s¨ª pasa que ellos llevan una mochila y te pasan la mano".
Los datos revelan que ¨¦stos testimonios no son simples an¨¦cdotas, sino de una realidad cotidiana: en la Ciudad de M¨¦xico, 65% de las mujeres han sido v¨ªctimas de alg¨²n tipo de violencia de g¨¦nero en medios de transporte p¨²blico o en paradas, terminales o andenes, seg¨²n cifras del gobierno.
Es una realidad que se repite casi exactamente en otros pa¨ªses de la regi¨®n. Una encuesta de la organizaci¨®n no gubernamental Action Aid en cuatro estados de Brasil que revel¨® 44% de las mujeres hab¨ªan sufrido acoso sexual en el transporte p¨²blico.
En los 8 meses que van de 2014 han sido detenidas 129 personas por este tipo de conductas en los sistemas de transporte masivo de Bogot¨¢, en Colombia, de acuerdo con datos de la polic¨ªa local.
¡°Sin embargo, se sabe que solo una fracci¨®n de estos eventos se reporta, lo cual nos hace pensar que el porcentaje real puede ser mucho mayor¡±, explica Shomik Mehndiratta, experto en transporte del Banco Mundial, en referencia a las cifras que suministran las autoridades mexicanas.
¡°Solo para mujeres¡±
Para hacer frente a los episodios de acoso y hasta de violaciones en el Metro de la Ciudad de M¨¦xico, desde hace a?os se estableci¨® que los primeros vagones son exclusivos para las mujeres en hora pico. Hay barreras en el and¨¦n que muestran los l¨ªmites de la zona con anuncios que dicen: ¡°exclusivos para mujeres y ni?os¡±.
En el Metrob¨²s, el sistema de buses de la capital mexicana, tambi¨¦n se establece que las mujeres entren por las puertas delanteras de las unidades, y que esperen en las paradas en zonas exclusivas. La red de transporte p¨²blico de la ciudad tiene tambi¨¦n un servicio de buses rosados, en los que no pueden viajar hombres.
Los expertos creen, sin embargo, que esta segregaci¨®n en el transporte p¨²blico no es sostenible, e insisten en que se debe trabajar en modificar los h¨¢bitos a largo plazo. Adem¨¢s, en los microbuses ¨C los buses m¨¢s peque?os en Ciudad de M¨¦xico ¨C no existe este control.
Otros pa¨ªses, confrontados a la misma problem¨¢tica, tambi¨¦n est¨¢n tomando acciones. En Brasil, la C¨¢mara de diputados est¨¢ analizando un proyecto de ley que podr¨ªa penalizar el acoso sexual en el transporte p¨²blico. La propuesta contempla multas y hasta penas de c¨¢rcel.
En Bogot¨¢, mujeres polic¨ªas encubiertas patrullan los buses del Transmilenio para poder alertar a las autoridades sobre cualquier acto de acoso sexual y, de ser posible, capturar a los infractores en la misma unidad.
Campa?as y apps contra el acoso
El Banco Mundial, junto con instituciones locales, est¨¢ trabajando en un programa piloto para buscar f¨®rmulas efectivas para combatir el problema del acoso sexual en las unidades y paradas del transporte p¨²blico en Am¨¦rica Latina.
La investigaci¨®n preliminar encontr¨® cuatro denominadores comunes en entrevistas con los usuarios y responsables del transporte p¨²blico.
Denunciar no es f¨¢cil: existe el sentimiento generalizado de que no vale mucho la pena reportar eventos porque es complicado y casi nunca hay resultados.
- No hay solidaridad entre los desconocidos: si hubiera un mayor sentimiento de comunidad, la gente se atrever¨ªa a alzar la voz cuando ocurre un incidente y apoyar¨ªan m¨¢s a las v¨ªctimas.
- Segregar no es soluci¨®n suficiente: muchos usuarios consideren esta medida ¡°un parche¡± que no enfrenta el comportamiento inapropiado, y algunos consideraron que es otra manera de victimizar a las mujeres, ya que sugiere que ¨¦stas "eligen" someterse a los atropellos si no van en el compartimiento de las mujeres.
- Mejor infraestructura = m¨¢s seguridad: los participantes se sienten m¨¢s seguros cuando las estaciones y las plataformas est¨¢n en buenas condiciones.
A partir de estos resultados, los especialistas recomiendan varias medidas para enfrentar el problema.
Estos incluyen una campa?a de concientizaci¨®n que anime a los usuarios a unirse contra los agresores, y nuevos servicios para darle m¨¢s seguridad al usuario (por ejemplo, buses nocturnos que van hasta las casas de los usuarios, como en San Francisco. Las recomendaciones tambi¨¦n incluyen el desarrollo de aplicaciones m¨®viles para denunciar un acoso, buscar ayuda o informaci¨®n.
¡°Estas aplicaciones se deben poder usar en un celular regular, para llegar a m¨¢s personas¡±, advierte Mehndiratta, al tiempo que cita como ejemplo el Harassmap de Cairo, que crea un mapa interactivo de los lugares donde ocurren los hechos de acoso.
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