No m¨¢s show
La sociedad colombiana tiene que salir del espect¨¢culo de gritos y de la cadena de acusaciones que vive con tanta frecuencia
Colombia asisti¨® esta semana a un debate que enfrent¨® a la derecha y a la izquierda en cabeza de sus m¨¢s destacados representantes: el expresidente ?lvaro Uribe, que ahora es senador, y el senador de izquierda, Iv¨¢n Cepeda, que se ha dedicado de manera sistem¨¢tica a investigarlo.
?lvaro Uribe e Iv¨¢n Cepeda tienen en com¨²n que sus padres fueron asesinados por la violencia. A Alberto Uribe lo mataron las FARC; a Manuel Cepeda, un hombre de izquierda, le asesinaron agentes del Estado, y por eso hay una condena de la OEA. La polarizaci¨®n se hizo m¨¢s evidente y bien retrat¨® sus consecuencias Humberto de La Calle, el jefe negociador del gobierno con la guerrilla de las FARC en La Habana, al llamar la atenci¨®n sobre la inviabilidad de un proceso de reconciliaci¨®n de continuarse por este camino.
Colombia tiene que ser capaz de renunciar a las complicidades con la ilegalidad en todas sus formas
Claramente, lo ocurrido durante ese debate obliga a pensar en qu¨¦ pa¨ªs caer¨¢n los acuerdos a los que se llegue. El debate en el Congreso fue emocional, cargado de adjetivos, con las heridas abiertas a flor de piel. En vez de contribuir a esclarecer la verdad y alimentar la democracia con sus disensos, no mostr¨® un esp¨ªritu cr¨ªtico de quienes hablaron, sino de destrucci¨®n. No solo del otro, sino, y de paso, de las instituciones en las que soportamos nuestra determinaci¨®n como sociedad. La impunidad tambi¨¦n sali¨® a mostrar su peor cara, en un debate que fue citado para hablar del fen¨®meno del paramilitarismo en Colombia, porque es una de las explicaciones para entender por qu¨¦ un senador lleva acusando a un expresidente de tener v¨ªnculos con el paramilitarismo y con los carteles de la droga desde hace una d¨¦cada sin que nada pase. O miente Iv¨¢n Cepeda o la justicia en este pa¨ªs no sirve para nada.
?Est¨¢ siendo macartizado Cepeda porque un alias de las FARC que escribe blogs lleva el nombre de su madre y un frente de las FARC lleva el nombre de su padre Manuel Cepeda Vargas? ?O sus relaciones no han sido tan transparentes? ?Y aqu¨ª tampoco ha actuado la justicia?
No puede ser que tantas acusaciones, de esa gravedad, no sean objeto de una investigaci¨®n a fondo
El debate de esta semana tambi¨¦n mostr¨® que el chantaje es una de las formas preferidas de algunos pol¨ªticos. Me refiero al expresidente Uribe, que acus¨® al senador cristiano Jimmy Chamorro de haber recibido cheques de los carteles de la droga ¡ªseg¨²n una vieja informaci¨®n de inteligencia militar¡ª, sin explicar por qu¨¦ lo dijo ahora y no antes, cuando Chamorro lo apoyaba a ¨¦l y no a Juan Manuel Santos. El debate era sobre el paramilitarismo, un debate que no ha terminado. Que tuvo en el Congreso el escenario id¨®neo pero que no ser¨¢ ah¨ª donde contin¨²e, sino en los estrados judiciales. No puede ser que tantas acusaciones, de esa gravedad, no sean objeto de una investigaci¨®n a fondo o por lo menos de un an¨¢lisis psiqui¨¢trico para entender nuestro pasado atravesado por lo que han hecho paramilitares, guerrilla, carteles, pol¨ªticos, servidores del Estado y militares¡
Nuestra sociedad tiene que ser capaz de transformarse y salir del espect¨¢culo de gritos y de la cadena de acusaciones que vivimos con tanta frecuencia, y sobre todo renunciar a las complicidades con la ilegalidad en todas sus formas. Complicidades que no solo han sido de los pol¨ªticos de turno, de togados y uniformados, sino tambi¨¦n de periodistas, abogados y l¨ªderes de opini¨®n que hoy se arrogan el derecho de jueces de sus propios pecados en cuerpo ajeno, cuando el poder les produce tanta fascinaci¨®n que alimentan su existencia en los mandados que hacen o las reformas que evitan para mantener su statu quo.
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