Al encuentro del largo plazo
Michelle Bachelet se enfrenta a una etapa de cuatro a?os que se hace breve para la envergadura de los cambios prometidos
Tercer tiempo. As¨ª se refieren los analistas pol¨ªticos al momento que enfrenta el Gobierno de Michelle Bachelet. Aunque suena exagerado por cuanto reci¨¦n ingresa en el segundo semestre de su primer a?o, debe colocarse en el horizonte de un periodo de cuatro a?os que se hace poco para la envergadura de los cambios prometidos. Contribuye el hecho de que el propio Gobierno se impuso un intenso ritmo, con hitos de cumplimiento de su programa, que ha debido combinar con emergencias como terremotos y megaincendios, el aterrizaje de una desaceleraci¨®n econ¨®mica que dio sus primeras se?ales en 2013 y el debate sobre la existencia de fen¨®menos terroristas frente a los cuales el sistema de inteligencia se observa obsoleto. El estallido de las dos ¨²ltimas bombas, una con el resultado de una v¨ªctima fatal, ha cruzado el umbral de lo aceptable para una sociedad que, a pesar de su apertura econ¨®mica al mundo, la distancia la hace vivir con una cierta ilusi¨®n de aislamiento. A las transformaciones estructurales prometidas en materia tributaria, electoral, laboral, educacional y constitucional, se vienen a sumar los dilemas del crecimiento, con una proyecci¨®n del Banco Central para lo que resta del a?o entre 1,75% y 2,25%, as¨ª como la seguridad, no contemplada en el libreto. Est¨¢ por verse si la derecha podr¨¢ capitalizar en algo por cuanto ambos temas constituyen sus tradicionales caballos de batalla. El estallido del llamado caso Penta, por el que importantes personeros de la Uni¨®n Dem¨®crata Independiente (UDI) habr¨ªan recibido aportes irregulares a sus campa?as en base al fraude del fisco, poco ayudar¨¢ a ello. El esc¨¢ndalo viene a sumar la opacidad en el financiamiento de la actividad pol¨ªtica a las ingentes tareas del Gobierno.
No hay que olvidar que, a partir del golpe militar de 1973, Chile abandon¨® el concepto de planificaci¨®n del desarrollo
Entretanto, el eco de las alusiones al "nuevo ciclo" que caracterizar¨ªa la pol¨ªtica chilena despu¨¦s del impacto de las movilizaciones estudiantiles del a?o 2011 se va haciendo m¨¢s difuso y las pretensiones refundacionales de los sectores de izquierda de la coalici¨®n, confiados en mayor¨ªas parlamentarias, van cediendo ante la necesidad de conciliar intereses y puntos de vista diversos. La propia mandataria ha se?alado que "las mayor¨ªas deben importar. Pero no es incongruente con la idea de que el progreso va m¨¢s r¨¢pido por la v¨ªa del di¨¢logo". Mientras algunos asocian este giro con una continuidad ¡ªen clave conservadora¡ª con los tiempos concertacionistas y su pol¨ªtica de acuerdos, en alusi¨®n a la coalici¨®n que gobern¨® el pa¨ªs desde 1990, por 20 a?os, otros ya ven los indicios de los cambios. Uno de ellos ser¨ªa la reciente promulgaci¨®n de la reforma tributaria que permitir¨¢ recaudar 8.200 millones de d¨®lares cuando sea totalmente implementada, en el a?o 2018.
Pero hay otras se?ales como las del aterrizaje de la noci¨®n del largo plazo en la forma en c¨®mo se piensan las pol¨ªticas p¨²blicas. Voces como las del expresidente Lagos vienen se?alando como un imperativo la necesidad de que el pa¨ªs se dote de una "mirada larga" si es que se quiere dar el salto al desarrollo. En primer lugar, se observa la recuperaci¨®n de un rol m¨¢s sustantivo para el Estado, considerado necesario para normalizar un modelo de radicalidad neoliberal in¨¦dito en el mundo. No es raro, entonces, la capitalizaci¨®n en curso de varias empresas estatales como la propia Codelco, pero tambi¨¦n Banco del Estado, Enap y Enami as¨ª como la importancia que se le atribuye a la educaci¨®n p¨²blica en un esquema donde la principal fuente de su previsi¨®n ha sido el mercado.
Para que la recuperaci¨®n del crecimiento sea perdurable, la preocupaci¨®n por la desigualdad no puede ceder
En segundo lugar, el hecho de que el Gobierno est¨¦ discutiendo grandes reformas simult¨¢neamente obedece, entre otros factores, a una mirada intencionada de conjunto. Se asume que, de esta forma, se podr¨¢n desmontar los entramados sist¨¦micos, de corte mercantil, cristalizados por m¨¢s de treinta a?os. Por ¨²ltimo, se observa un esfuerzo por recuperar para la pol¨ªtica un pensamiento estrat¨¦gico que permita anticipar los efectos de las tendencias estructurales en curso y proveer, de esta forma, la visi¨®n compartida de la que hoy carece la sociedad chilena. Los interrogantes que levanta la impugnaci¨®n del modelo de mercado, que se pensaron zanjadas en las urnas por la v¨ªa de su preferencia por una f¨®rmula de corte socialdem¨®crata en base a reconocimiento de derechos, se mantienen vigentes. A ello contribuyen los dis¨ªmiles datos que proveen intermitentemente distintas encuestas de opini¨®n pero tambi¨¦n los disensos que se expresan en la calle. Se constata la realizaci¨®n, en distintos ¨¢mbitos, de ejercicios de planificaci¨®n y de prospectiva que, si bien existieron en el pasado, eran m¨¢s bien epis¨®dicos. Hoy se han convertido en necesidad para un Gobierno que aspira a reformas que trascienden su mandato. No hay que olvidar que, a partir del golpe militar de 1973, Chile abandon¨® el concepto de planificaci¨®n del desarrollo. No es casual que la ¨²nica repartici¨®n p¨²blica que conten¨ªa dicho t¨¦rmino, el Ministerio de Planificaci¨®n (MIDEPLAN) dio paso, durante la administraci¨®n de Sebasti¨¢n Pi?era, al Ministerio de Desarrollo Social. De esta forma pol¨ªtica exterior, energ¨ªa, agua, obras p¨²blicas, ciudad, ciencia y tecnolog¨ªa, medio ambiente y transporte son algunos de los sectores donde la prospectiva y la planificaci¨®n, en perspectiva de m¨¢s de un per¨ªodo de gobierno, comienza a instalarse. Ello va en l¨ªnea con las tendencias de buen gobierno que muestran la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la OCDE. De una muestra de 32 de ellos, 78% tienen planes con sentido estrat¨¦gico.
Aunque es pronto para ver los resultados de estos cambios, un desaf¨ªo inmediato para el Gobierno ser¨¢ insistir en la necesidad de que, para que la recuperaci¨®n del crecimiento sea perdurable, la preocupaci¨®n por la desigualdad no puede ceder. Lo han advertido la OCDE, la CEPAL y el FMI, sum¨¢ndose ahora el Foro Econ¨®mico Mundial. Aunque reconoce que faltan m¨¢s estudios, el organismo comienza a observar seriamente la desigualdad como el riesgo dominante que enfrenta el mundo, no solamente por la concentraci¨®n de la riqueza sino tambi¨¦n por el incremento de la desigualdad salarial. Sin embargo, en sectores conservadores y algunos enclaves del empresariado, advertencias como ¨¦sta parecen no inmutarlos.
Mar¨ªa de los Angeles Fern¨¢ndez Ramil es analista pol¨ªtica y ex presidenta de la Asociaci¨®n Chilena de Ciencia Pol¨ªtica. Twitter: @Mangeles_HM
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