Latinoam¨¦rica: donde no se puede ser ni?o a tiempo completo
Cae el n¨²mero de menores que trabajan en la regi¨®n, pero el trabajo infantil impacta profundamente el aprendizaje
Un maestro sabe mejor que nadie lo dif¨ªcil que es mantener la atenci¨®n de los estudiantes en clase, especialmente si est¨¢n mal dormidos. Enfrenta un mar de bostezos, p¨¢rpados ca¨ªdos, poca energ¨ªa y, sobre todo, bajo rendimiento.
Ahora imag¨ªnese esos mismos estudiantes, despu¨¦s de una jornada de trabajo. As¨ª como lo oye: miles de j¨®venes latinoamericanos no pueden ser ni?os a tiempo completo porque se ven obligados a asistir a la escuela y trabajar a la vez.
Conclusi¨®n: los j¨®venes que estudian y trabajan pierden de tres a seis meses de aprendizaje cada a?o, seg¨²n un an¨¢lisis publicado por el Banco Mundial.
Los expertos analizaron el desempe?o de 96.000 estudiantes, de una media de 14 a?os de edad, de la red municipal de Sao Paulo, Brasil. Las leyes brasileras proh¨ªben el trabajo de menores de 16 a?os de edad, excepto cuando el adolescente ha cumplido 14 a?os y ocupa una posici¨®n de aprendiz¡ªes decir, es contratado por una empresa que le ofrece formaci¨®n t¨¦cnica, respeta sus horarios escolares y le garantiza los mismos derechos que los dem¨¢s trabajadores¡ª . El contrato dura de uno a dos a?os.
El estudio no se enfoc¨® en los aprendices, sino en los j¨®venes vendedores ambulantes, trabajadores dom¨¦sticos, lavadores de coches y otras ocupaciones informales urbanas que requieren pocas calificaciones.
Exhaustos despu¨¦s de la larga jornada de trabajo, los chicos enfrentan la siguiente realidad:
- Tienen un 30% m¨¢s probabilidades de faltar a clase (en comparaci¨®n con aquellos que no trabajan);
- Son un 10% m¨¢s propensos a hacer la tarea en la escuela (parte superior de la hora de clase);
- Enfrentan un 5% m¨¢s probabilidades de entregar la tarea tarde.
Entre las ni?as, los porcentajes son 14%, 10% y 9%, respectivamente.
Las materias tambi¨¦n sufren. Las notas de estos chicos en matem¨¢ticas y lenguas son hasta un 7% m¨¢s bajas que los dem¨¢s.
"La diferencia en notas entre los que trabajan y los que estudian parece peque?a, pero es relevante", explica Andr¨¦ Portela, uno de los autores del estudio y profesor de la Funda??o Get¨²lio Vargas. Recuerda que Brasil ocup¨® el 58 lugar en matem¨¢ticas en la prueba internacional Pisa 2012, realizada en 65 pa¨ªses.
"Y el rendimiento de estos adolescentes tiende a ser peor el resto de su vida acad¨¦mica. El estudio muestra que incluso cuando dejan de trabajar, sus calificaciones no mejoran ", agrega Portela.
Y todo esto no incluye el an¨¢lisis de la deserci¨®n escolar o de repetir el a?o, fen¨®menos que contin¨²an siendo altos en Brasil.
La buena noticia es que el trabajo infantil en el pa¨ªs cay¨® a los niveles m¨¢s bajos de la historia durante el a?o que pas¨®: en ese per¨ªodo trabajaron 15% menos ni?os de entre 5-15 a?os que en per¨ªodos anteriores. Sin embargo, todav¨ªa hay 3,1 millones de empleados en este grupo de edad.
Para los expertos, programas como Bolsa Familia ¡ªque s¨®lo paga el beneficio a los padres si sus hijos van a la escuela¡ª son importantes para aumentar los ingresos del hogar, sacar a esos j¨®venes del mercado laboral y fomentar la asistencia escolar.
"Aun as¨ª, hacen falta pol¨ªticas que faciliten y mejoren el aprendizaje de estos ni?os", dice Portela, quien ha venido estudiando el tema las dos ¨²ltimas d¨¦cadas.
Nuevas leyes
Adem¨¢s de Brasil, otro pa¨ªs de Am¨¦rica Latina que ha sido capaz de reducir gradualmente sus ¨ªndices de trabajo infantil es M¨¦xico (donde 870.000 menores ni?os siguen trabajando).
Oportunidades, la versi¨®n mexicana de la Bolsa Familia redujo en 8% el n¨²mero de menores entre 12-15 a?os que trabajan. Los datos provienen del informe Trabajo Infantil en M¨¦xico (2012), que compilaron el Banco Mundial, el UNICEF y la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo.
La experiencia del pa¨ªs muestra que es indispensable complementar el programa con medidas espec¨ªficas de lucha contra el trabajo infantil. Por ejemplo, al reformar su legislaci¨®n laboral en noviembre de 2012, M¨¦xico se comprometi¨® a desarrollar m¨¢s iniciativas en este sentido.
En Uruguay, donde 90.000 ni?os trabajan, especialmente en el campo, los padres no perciben este tipo de trabajo como algo da?ino. Un an¨¢lisis realizado por el Parlamento afirma que: "a pesar de que existen leyes al respecto, la sociedad no hace ning¨²n esfuerzo para ponerlas en pr¨¢ctica porque el trabajo sigue siendo parte de la cultura de la integraci¨®n en el mundo de los adultos productivos."
Por esta raz¨®n, instituciones como el Banco Mundial trabajan para crear gu¨ªas que ayuden a hacer el tema m¨¢s visible en la sociedad. Es el primer paso para garantizar el derecho de los peque?os a jugar, estudiar y ser ni?os a tiempo completo.?
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