Denis Mukwege: contra la violaci¨®n como arma de guerra
El Parlamento Europeo entrega al ginec¨®logo congole?o de 59 a?os el premio S¨¢jarov 2014
Existe un arma de guerra a la que no se le aplican los convenios internacionales. Un arma que no se exporta ni se importa y que hoy sigue escap¨¢ndose a todo control. Es la violaci¨®n ¨Clas agresiones sexuales contra millones de mujeres y ni?as¨C usada como un arma m¨¢s, especialmente salvaje y cruel, en los conflictos por todo el mundo. Lo resume bien la siguiente afirmaci¨®n de un ex comandante de fuerzas de paz de la ONU: "En un conflicto armado, hoy es probablemente m¨¢s peligroso ser una mujer que ser un soldado."
El ginec¨®logo Denis Mukwege lleva 25 trabajando contra esa realidad en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, enfrent¨¢ndose a diario con la peor cara del ser humano. M¨¢s de 40.000 mujeres, ni?as y ni?os, v¨ªctimas de violaciones ¨Ca menudo colectivas¨C por parte de grupos armados, han pasado por sus expertas manos y por las de su equipo en el Hospital Panzi que ¨¦l mismo fund¨® en la regi¨®n de Kivu, una de las m¨¢s peligrosas del mundo.
Su labor no se circunscribe al tratamiento m¨¦dico ¨Cdel que es referente mundial¨C de las graves lesiones causadas por agresiones brutales, sino que busca la recuperaci¨®n moral y social de mujeres y ni?os que quedan estigmatizados en sus comunidades. El Dr. Mukwege tambi¨¦n ha alzado su voz p¨²blicamente para defender a las m¨¢s vulnerables y para denunciar la impunidad de estas violaciones ¨Cque el mismo considera un arma de destrucci¨®n masiva por el dolor e impacto que producen¨C y esa denuncia casi le ha costado su propia vida.
El Parlamento Europeo acaba de concederle su m¨¢ximo galard¨®n, el Premio S¨¢jarov, con el que reconoce su labor, su incesante lucha en favor de la dignidad de las mujeres, y por extensi¨®n de la dignidad humana. Este premio es tambi¨¦n una denuncia contra la represi¨®n, la sumisi¨®n, la dependencia, la explotaci¨®n y el sufrimiento de millones de mujeres africanas que luchan d¨ªa a d¨ªa por su libertad.
La comunidad internacional debe reaccionar de forma urgente contra las agresiones sexuales como arma de guerra, pues lejos de reducirse, su uso contin¨²a en aumento en muchas partes del mundo. Es necesario romper de una vez por todas con la cultura de la impunidad, perseguir a los culpables, reparar a las v¨ªctimas y acabar con esta pr¨¢ctica que afecta a las sociedades donde se produce durante d¨¦cadas.
Como se afirma en la declaraci¨®n de la Cumbre contra la Violencia Sexual en Conflictos (Londres, junio 2014), debemos comprometernos en la erradicaci¨®n de la violaci¨®n como arma de guerra como generaciones anteriores lo hicieron para acabar con la esclavitud. ?sa es la tarea valiente e imprescindible del doctor Denis Mukwege.
Elena Valenciano: Presidenta de la Subcomisi¨®n de Derechos Humanos del Parlamento Europeo
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