Golpe en el santuario del consenso canadiense
El tiroteo cuestiona la sensaci¨®n de seguridad de un pa¨ªs que ha construido su imagen en contraste con la de EE UU
Canad¨¢ es la patria del consenso en Am¨¦rica del Norte: un pa¨ªs construido entre los descendientes de brit¨¢nicos y franceses, con un sofisticado juego de equilibrios federal, sometido a la Corona brit¨¢nica y a la vez independiente, y unas maneras pol¨ªticas que tradicionalmente han rehuido de la estridencia y la polarizaci¨®n.
Si Canad¨¢ es la patria del consenso, Ottawa ¡ªuna capital administrativa donde suceden tan pocas cosas como en La Haya o en el Bonn de la RFA¡ª y Parliament Hill, la sede parlamentaria, son su santuario. Inspirada en Westminster ¡ªlas c¨¢maras de los Comunes y el Senado reproducen las de los Comunes y los Lores en Londres¡ª, la arquitectura del Parlamento recuerda ¡°a las pel¨ªculas de Harry Potter¡±, como dec¨ªa a principios de septiembre una gu¨ªa durante una visita tur¨ªstica. Aqu¨ª los parlamentarios pueden hablar franc¨¦s e ingl¨¦s y nadie repara en gastos de int¨¦rpretes. As¨ª es Canad¨¢.
El tiroteo de este mi¨¦rcoles en Ottawa ¡ªen el coraz¨®n simb¨®lico y real de la segunda gran democracia norteamericana¡ª rompe en pedazos esta imagen.
El ¨¦xito rotundo del multiculturalismo en Canad¨¢ no oculta sus fallas. El temor a la creaci¨®n de guetos y la proliferaci¨®n de lobos solitarios fue uno de los argumentos de los nacionalistas de Quebec, la provincia de mayor¨ªa franc¨®fona, para cuestionar la esencia del multiculturalismo ¡ªel derecho de los inmigrantes a preservar su identidad¡ª y promover el a?o pasado una Carta de Valores que, con la mirada puesta en los musulmanes, prohib¨ªa la exhibici¨®n por trabajadores p¨²blicos de algunos s¨ªmbolos religiosos. El proyecto fracas¨®.
Si Canad¨¢ es la patria del consenso, Ottawa ¡ªuna capital administrativa donde suceden tan pocas cosas como en La Haya o al Bonn de la RFA¡ª y Parliament Hill, la sede parlamentaria, son su santuario
El tiroteo, en el que murieron dos personas como m¨ªnimo, cuestiona la sensaci¨®n de seguridad de un pa¨ªs que ha construido su imagen en contraste con la del vecino Estados Unidos: m¨¢s violento, m¨¢s belicista, m¨¢s arrogante. Canad¨¢ tiene algo de la Escandinavia de Am¨¦rica del Norte: en su sistema de protecci¨®n social y en la citada cultura del consenso. Salvando las diferencias, el desconcierto que causan los hechos de esta semana recuerda al que provoc¨® en Dinamarca la crisis por las caricaturas de Mahoma en 2005.
¡°Nos preocupa y nos sorprende que un pa¨ªs singular como Canad¨¢ ocurran estas cosas¡±, declar¨® al diario Globe and Mail Richard Teltschik, que encabezaba una delegaci¨®n de socialcristianos b¨¢varos de visita a Ottawa. ¡°Todo el mundo espera que Canad¨¢ sea un lugar remoto de los problemas del mundo, pac¨ªfico y tranquilo, y ahora tenemos esta situaci¨®n¡±.
Pero ni este es un lugar remoto en el mundo ni la fachada del consenso oculta la transformaci¨®n de los ¨²ltimos a?os. La conmemoraci¨®n, este a?o, del estallido de la Primera Guerra Mundial ha merecido en Canad¨¢ libros, exposiciones y documentales televisivos: Canad¨¢ lleva m¨¢s de un siglo implicado en guerras lejanas. Ha estado en la primera l¨ªnea en Afganist¨¢n y participa en la operaci¨®n contra el Estado Isl¨¢mico en Irak.
Raramente este pa¨ªs, fundador de la OTAN, ha practicado el aislacionismo, pero s¨ª ha defendido una v¨ªa particular: la del multilateralismo ¡ªa fin de cuentas fue un primer ministro canadiense, Lester Pearson, quien impuls¨® la idea de las fuerzas internacionales de paz tras la crisis de Suez, en 1956¡ª y de un estilo propio en pol¨ªtica internacional que nadie encarn¨® como el gran primer ministro del ¨²ltimo medio siglo, Pierre Trudeau, amigo de Fidel Castro y padre del Canad¨¢ multicultural y federalista.
Canad¨¢ tiene desde 2006 un primer ministro de ambiciones transformadoras comparables a las de Trudeau, liberal de Quebec. Stephen Harper, un conservador con el feudo pol¨ªtico en la provincia petrolera de Alberta, ha hecho de Canad¨¢ un pa¨ªs m¨¢s orientado hacia el Oeste y el Pac¨ªfico y m¨¢s alejado del Este franc¨®fono y Atl¨¢ntico, m¨¢s polarizado en las maneras parlamentarias y m¨¢s nacionalista y belicista en la ret¨®rica internacional. A veces ¡ªen sus declaraciones o discursos sobre Oriente Medio o sobre Rusia¡ª Harper ha sonado m¨¢s estadounidense que Barack Obama, seguramente el m¨¢s canadiense de los presidentes recientes de Estados Unidos.
Cuando comenz¨® el tiroteo, Harper se encontraba en una reuni¨®n en el Parlamento, uno de los ¨²ltimos lugares de Canad¨¢, y quiz¨¢ de Am¨¦rica del Norte, donde uno esperar¨ªa un episodio violento. A finales del verano, en la pradera delante del edificio, centenares de personas practicaban ejercicios gimn¨¢sticos en armon¨ªa. Parec¨ªa el parque central de una ciudad de la Europa del norte: el parque del pueblo, el lugar m¨¢s seguro del mundo
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