Draghi urge a la UE a tomar medidas para evitar una reca¨ªda en la recesi¨®n
El jefe BCE tiende puentes con Berl¨ªn tras una semana de tensi¨®n, pero pide m¨¢s reformas
¡°No comparto el pesimismo de mucha gente¡±. As¨ª ha cerrado este viernes Jos¨¦ Manuel Barroso su d¨¦cada larga al frente de la Comisi¨®n Europea, a pesar de los 25 millones de parados en el continente, pese a que la econom¨ªa continental flirtea de nuevo con la recesi¨®n y qui¨¦n sabe si tambi¨¦n con la deflaci¨®n. Van ya m¨¢s de siete a?os de vacas flacas y ning¨²n dirigente europeo se atreve a decir con seguridad d¨®nde est¨¢ el final del t¨²nel, cu¨¢ndo florecer¨¢n los escurridizos brotes verdes o por qu¨¦ demonios la eurozona est¨¢ peor que el resto de grandes econom¨ªas del mundo. Nadie, excepto quiz¨¢ un italiano menudo y en¨¦rgico llamado Mario Draghi. En un clima pol¨ªtico y social cada vez m¨¢s crispado, el presidente del Banco Central Europeo ha hecho sonar las alarmas en la cumbre de Bruselas. Ha elevado el tono con ciertas dosis de dramatismo. Y ante los 19 primeros ministros y jefes de Estado de la eurozona ha lanzado un mensaje claro y directo: la reca¨ªda est¨¢ ah¨ª si Francia e Italia siguen sin comprometerse con las reformas, si Alemania no acomete inversiones y si la Comisi¨®n Europea se empe?a en amagar con aplicar las reglas fiscales sin la flexibilidad que requiere una situaci¨®n econ¨®mica, de nuevo, tremendamente delicada.
Todas las grandes crisis econ¨®micas acaban convertidas en graves crisis pol¨ªticas. En Europa asoman ya los extremismos ¡ªMarine Le Pen en Francia¡ª, los separatismos ¡ªEspa?a, Reino Unido¡ª y reverdece la eterna eurofobia brit¨¢nica. Nada de eso tiene que ver con la econom¨ªa, al menos aparentemente, pero Draghi insiste en avisar de que las cosas van de mal en peor y pronostica malos tiempos si los l¨ªderes no se dan por avisados y siguen sin ponerse manos a la obra: ¡°Hace un par de a?os se salv¨® la ruptura del euro con un enorme esfuerzo conjunto; ahora hay que concentrarse en actuar conjuntamente para evitar una reca¨ªda en la recesi¨®n¡±.
Tras un lustro de debates est¨¦riles entre austeridad y crecimiento ¡ªgalgos o podencos¡ª, la crisis vuelve a asomar y los mandarines del euro tienen dudas acerca de si la eurozona resistir¨ªa un tercer embate de recesi¨®n. Y el BCE prefiere no tener que comprobar de nuevo la capacidad de resistencia del euro. Tras avisar repetidamente de los riesgos que corre el continente, ahora exige a los l¨ªderes que act¨²en de una vez por todas. Draghi ha reclamado en la cumbre del euro ¡°una agenda de reformas para diciembre¡±, con calendarios por pa¨ªses sobre la aprobaci¨®n y la puesta en marcha de esas reformas. Y ha insistido en que Berl¨ªn y los pa¨ªses con m¨¢s m¨²sculo ¡°deben pensar seriamente en estimular la demanda¡±, en pol¨ªticas keynesianas que, combinadas con las pol¨ªticas de oferta, juzga imprescindibles para evitar la reca¨ªda. Poco dado a gesticulaciones y aspavientos, se ha permitido incluso un golpe de teatro: ¡°No se pregunten lo que Europa puede hacer por ustedes, sino lo que cada uno de ustedes puede hacer por Europa¡±, ha espetado a los l¨ªderes parafraseando a John Kennedy.
El BCE y el Bundesbank ¡ªel banco central alem¨¢n¡ª llevan semanas a la gre?a. Tras un discurso en Jackson Hole (Estados Unidos) del pasado verano, en el que Draghi esboz¨® la receta para dejar atr¨¢s los problemas ¡ªest¨ªmulos monetarios y fiscales, reformas y consolidaci¨®n fiscal all¨¢ donde sea imprescindible¡ª, varias fuentes alemanas filtraron que la tensi¨®n entre Fr¨¢ncfort y Berl¨ªn iba en aumento y que los recelos hab¨ªan llegado a la altura de la canciller Angela Merkel, ante las diversas rondas de medidas extraordinarias aplicadas ya por Draghi y la posibilidad de que se embarque en la compra de deuda p¨²blica a gran escala si la inflaci¨®n sigue ronzado el 0%. Merkel desminti¨® en Bruselas cualquier desavenencia: ¡°Le doy las gracias a Draghi por toda su ayuda y cooperaci¨®n¡±, dijo la canciller en un mensaje teledirigido hacia su propio banco central, que no consigue normalizar sus relaciones con el BCE. ¡°Hacen falta pol¨ªtica monetaria y pol¨ªtica fiscal para salir de esta situaci¨®n¡±, dijo.
Lo que Merkel denomina ¡°esta situaci¨®n¡± se caracteriza por un c¨®ctel deprimente que combina un paro superior al 11% (frente al 6% en EE UU), un estancamiento que va para largo (frente a un alza del PIB estadounidense del 4% en el ¨²ltimo trimestre), y por un mercado de deuda que ha dado ya alg¨²n que otro aviso serio. Frente a la gravedad de la situaci¨®n, las capitales le piden m¨¢s a Draghi (¡°estoy convencido de que el BCE sabr¨¢ lo que tiene que hacer para situar la inflaci¨®n entre el 1,5% y el 2%; el BCE ya ha tomado algunas decisiones muy buenas, pero es independiente y creo que sabe lo que tiene que hacer en todo momento¡±, ha dicho el presidente espa?ol, Mariano Rajoy, informa Carlos E. Cu¨¦). Y viceversa: Draghi reclama activismo, pero ni Bruselas ni las capitales son capaces de arrancar; cada uno desconf¨ªa de que los dem¨¢s hagan sus deberes. Ni Francia ni Italia ni Alemania han hecho lo que el BCE les exige. La tensi¨®n se eleva por momentos: Bruselas se ha enzarzado con Par¨ªs y Roma por recortes de apenas unas d¨¦cimas de PIB en los presupuestos. ¡°No creo que esas d¨¦cimas supongan un problema gigante; esa pol¨¦mica es menor con los problemas que afronta Europa¡±, ha criticado el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, en su ¨²ltima cumbre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.