Petrobras, lo mejor y lo peor de Brasil

En la campa?a electoral brasile?a para los comicios de este domingo hay una empresa que ha salido a relucir en todos los debates, en todas las entrevistas y en buena parte de los art¨ªculos de fondo: la petrolera Petrobras, la mayor empresa estatal brasile?a y de Am¨¦rica Latina. La compa?¨ªa se asienta sobre un mar de petr¨®leo por extraer y tiene un futuro muy prometedor, pero su gesti¨®n est¨¢ cuestionada y los casos de corrupci¨®n vinculados a ella salpican cada d¨ªa a destacados pol¨ªticos y miembros de la formaci¨®n en el poder, el Partido de los Trabajadores (PT).

A principios de septiembre, el exdirector de Abastecimiento de la empresa, Paulo Roberto Costa, detenido por blanquear dinero y apropiarse de fondos de la compa?¨ªa, acus¨® a decenas de pol¨ªticos de varios partidos de enriquecerse il¨ªcitamente. Posteriormente, aseguraba ante un juez que, por cada obra llevada a cabo por Petrobras, llegaba un porcentaje al PT para que financiara sus campa?as electorales. No s¨®lo ese partido. Tambi¨¦n participaba en el reparto el Partido del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (PMDB), una formaci¨®n sin ideolog¨ªa definida, caracterizada por aliarse oportunamente con el partido que gana en los comicios estatales o nacionales y que, en este episodio de Petrobras, caminaba de la mano del PT.

La ¨²ltima bomba proveniente de la empresa fue detonada este viernes, dos d¨ªas antes de la votaci¨®n: el socio de Costa, el cambista Alberto Youssef ¡ªespecializado en blanquear dinero¡ª, asegur¨®, seg¨²n una informaci¨®n del semanario Veja (publicaci¨®n furibundamente anti-PT que ha divulgado todos estos esc¨¢ndalos), que la misma Dilma Rousseff, presidenta brasile?a y candidata a la reelecci¨®n, y el expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva conoc¨ªan todos estos enjuagues y desv¨ªos de dinero. El abogado de Youssef se ha apresurado a negar el testimonio en un paso desconcertante.

Pero la acusaci¨®n, cierta o no, ya ha inflamado el final de la campa?a. Hay expertos que, adem¨¢s, aseguran que, aunque logre la reelecci¨®n, Rousseff va a estar perseguida por esta sombra durante todo el mandato. Por lo pronto, la presidenta ya ha negado todo, asegurando que se trata de calumnias electorales. A?adi¨® que el semanario Veja "ha sobrepasado todos los l¨ªmites". "Es simplemente terrorismo electoral", a?adi¨® en un espacio televisado.

Petrobras, creada en los a?os cincuenta del pasado siglo, re¨²ne lo peor y lo mejor de Brasil: es un gigante empresarial p¨²blico que emplea a m¨¢s de 86.000 personas, la inmensa mayor¨ªa en el pa¨ªs. Cuenta con sistemas de extracci¨®n, refiner¨ªas, oleoductos, sistemas de distribuci¨®n y una red de gasolineras por todo el pa¨ªs. Adem¨¢s, la compa?¨ªa se asienta sobre un tesoro negro decisivo para su futuro. Se trata de una reserva en el litoral, ya confirmada, de 16.500 millones de barriles. Qu¨¦ hacer con todo este petr¨®leo y con los ingresos que genere ha sido tambi¨¦n objeto de discusiones electorales. Petrobras se ha especializado en la extracci¨®n en aguas profundas y todos los a?os expertos de todo el mundo acuden a comprobar la eficacia del sistema: esta compa?¨ªa extrae, del fondo del mar y de otros yacimientos en tierra, dos millones de barriles de petr¨®leo al d¨ªa. "La empresa es mucho mayor que todas las denuncias que se est¨¢n produciendo", asegura Stephen Segen, profesor de estructuras oce¨¢nicas del Instituto Alberto Luiz Coimbra, de la Universidad Federal de R¨ªo de Janeiro. Todos los a?os, Segen recibe alumnos chinos, noruegos, franceses o iran¨ªes deseosos de conocer la t¨¦cnica brasile?a adoptada por Petrobras. "Un director involucrado en delitos no podr¨¢ hundir una empresa como Petrobras", a?ade el profesor.

Hundirla, no. Pero perjudicarla, s¨ª. La imagen de la mayor empresa brasile?a se ha deteriorado con la catarata de denuncias, iniciada hace un a?o. Y eso se ha reflejado en su valoraci¨®n econ¨®mica, en la que ha incidido tambi¨¦n la ca¨ªda del precio del petr¨®leo en el mercado internacional: todo junto ha acarreado que Petrobras, la joya empresarial brasile?a, valga, aproximadamente, la mitad de lo que val¨ªa cuando Rousseff se hizo con el poder de Brasil en 2010. Su valor ahora, es de unos 110.000 millones de d¨®lares (86.887 millones de euros).