Historia de dos sue?os
China avanza sus peones mientras Estados Unidos aspira discretamente a la contenci¨®n
La reciente cita en Pek¨ªn de la APEC fue el escenario privilegiado para que la anfitriona, China, y el principal invitado, EE?UU, vieran enfrentadas sus cosmogon¨ªas respectivas, hasta el punto de esbozarse una cierta bipolaridad Pek¨ªn-Washington, aunque limitada al oc¨¦ano Pac¨ªfico. Al sue?o americano le sal¨ªa un competidor, el sue?o chino, dirigido sobre todo a pa¨ªses del Tercer Mundo, ?frica y Am¨¦rica Latina, como jam¨¢s logr¨® establecer la URSS en tiempos de la Guerra Fr¨ªa, ni siquiera por la fuerza.
Las declaraciones de autoridades acad¨¦micas chinas menudean significativamente. Wang Yiwi, de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad de Remin, ha dicho recientemente que ¡°la cosmovisi¨®n china desaf¨ªa la cosmovisi¨®n americana¡±, as¨ª como que si ¡°antes el mundo so?aba el sue?o americano, nosotros so?amos el sue?o chino¡±. Washington y Pek¨ªn tienen algo fuertemente en com¨²n, como es el concepto de su propia excepcionalidad. Para EE?UU fue la mitol¨®gica creencia de que la fundaci¨®n de Am¨¦rica hab¨ªa sido un acontecimiento providencial destinado a iluminar el mundo ¡ª¡°la luz en lo alto de la colina¡±¡ª como gran naci¨®n cristiana que nac¨ªa despojada de los vicios del Viejo Continente. China, el ¡°imperio del centro¡± como se llamaba a s¨ª misma, heredaba, con su remedo de dictadura consumista, dos trazos de las d¨¦cadas imperiales: el convencimiento de su posici¨®n central en la ec¨²mene y el intenso deseo de revancha contra Occidente, que se despliega hoy en una redoblada emulaci¨®n econ¨®mica y militar. Dos excepcionalidades, una en el minuto siguiente a su apogeo y la otra que viene de atr¨¢s, que no caben juntas ni en un oc¨¦ano.
Los pasos de esa construcci¨®n de la bipolaridad han ido delimit¨¢ndose en los ¨²ltimos a?os, como son el forcejeo diplom¨¢tico por un archipi¨¦lago deshabitado que Jap¨®n llama ¡ªy ocupa¡ª Senkaku y China, Diaoyu, pero que se supone sentado en un gigantesco pozo de petr¨®leo; este a?o Pek¨ªn ha establecido una zona de reserva a¨¦rea que abarca los citados pe?ones, y para la que pide que las aeronaves extranjeras den cumplido aviso de cuando quieran sobrevolarlos; durante la estancia de Obama se produjeron, con toda la deliberaci¨®n con que China administra los sopapos ceremoniales, las primeras pruebas del Stealth (Furtivo), el avi¨®n de combate indetectable, que EE?UU ya posee desde hace a?os; y Pek¨ªn bota o prepara la botadura de varios portaaviones, cuando ya cuenta con una flota de submarinos dotados del arma nuclear. En ese pas ¨¤ deux China avanza sus peones, mientras EE?UU aspira m¨¢s discretamente al containment (contenci¨®n). Es lo que el presidente Obama llama ¡°el cambio de pivote estrat¨¦gico¡± del Atl¨¢ntico al Pac¨ªfico con su red de alianzas, Filipinas, Taiw¨¢n, Corea, Jap¨®n, como vig¨ªas del oc¨¦ano.
El sue?o chino es todav¨ªa hoy un producto para consumo interno; a lo sumo en la Europa de Marco Polo ¡ªsiglo XIII¡ª hubo un ensue?o de una China, llamada Catay, de riqueza incalculable, seda, perlas y jade, con la que las potencias imperiales, Gran Breta?a y Francia, chocaron a mediados del XIX, para maniatarla ya que no colonizarla. Pero el sue?o chino es el de que ha comenzado a jugarse el partido de vuelta con Occidente.
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