Descarada
Marcho ante todo mentiroso, ratero, infiel, agresor, abusador, engre¨ªdo y corrupto que creen siempre tener la raz¨®n
Se nos des-informa en M¨¦xico ¨Ccon tranquilo descaro¡ªque una casa valuada en millones de d¨®lares propiedad de la descarada Primera Dama de la Naci¨®n fue circunstancialmente comprada a un privilegiado proveedor del gobierno que presidi¨® el circunstancialmente marido de la citada Dama, cuando fue gobernador del Estado de M¨¦xico y luego, Presidente de la Rep¨²blica. Se nos des-informa que el dinero con el que dicha Dama ha fincado su envidiable y ostentoso patrimonio es fruto de su labor en telenovelas y su sacrificio al ligarse en exclusiva a una empresa que circunstancialmente tiene que des-informarnos sobre todo el chisme y no encuentra manera de explicar c¨®mo ¨¦sa Dama en particular merec¨ªa tanto ingreso desorbitado, a contrapelo de toda una legi¨®n de artistas, actrices, cupletistas, cantantes, locutores, guionistas, escen¨®grafos, microfonistas, cargacables, camar¨®grafos, ch¨®feres, iluministas y secretarias que jam¨¢s entrar¨¢n en la n¨®mina privilegiada del inmenso teatrito.
Descarada, la empresa que a pesar de contar con inventivos guionistas no halla manera de redactar una explicaci¨®n m¨ªnimamente coherente ante el descaro; descarado, el Sr. Presidente que con una vehemente reacci¨®n instant¨¢nea ¨Cmisma que no tuvo ante las sucesivas desapariciones, muertes y conflictos que se acumulan en estos meses de su mandato (mismos que quiz¨¢ alguien le aconsej¨® ponderase con prudencia y parsimonia para verter una opini¨®n o postura)¨C sale entonces a des-informarnos con que ¡°sin tener obligaci¨®n¡± su patrimonio personal tambi¨¦n suma millones en una suerte de crucigrama contable donde aparece una casita comprada hace a?os en el equivalente a 13 d¨®lares de hoy y entonces, en involuntaria aceptaci¨®n de que su carrera pol¨ªtica y los a?os que ha dedicado a la funci¨®n p¨²blica no han sido m¨¢s que un noble sacrificio laboral si se compara con la descarada fortuna que le permite a su mujer, declararse como una mujer ¡°autosuficiente¡± y descarada la propia Primera Dama que en coreografiado video intenta des-informarnos, con tono de rega?o y rostro parpadeante, una vergonzosa explicaci¨®n de sus millonarios ingresos ante millones de pobres televidentes que le llegaron a aplaudir sus sensuales lances en telenovelas deleznables.
Descarada evasi¨®n de los probables ¨Caunque casi evidentes¡ªconflictos de inter¨¦s al fardar una mansi¨®n construida en un posible acuerdo amoroso de pareja triunfadora, salvo que con dinero dudoso y exagerado, pagado a un constructor de dudosos beneficios obtenidos con la administraci¨®n de quien ¨Ccircunstancialmente¡ªpudo ser inquilino del inmueble¡ y descarada aceptaci¨®n de ciertas culpas al poner inmediatamente a la venta y orquestar instant¨¢neas explicaciones de transparencia, si en sus palabras argumentaban lo contrario y descarada Dama que evita explicar c¨®mo no considerarla ¡°funcionaria p¨²blica¡± si ostenta oficialmente el cargo de Presidenta del organismo encargado del Desarrollo Integral de la Familia en M¨¦xico y, de paso, circunstancialmente, efectivamente casada con el Jefe del Poder Ejecutivo de la Federaci¨®n.
Pero todo ello, en realidad, es vergonzosa distracci¨®n. Hoy marcho por los muertos todos que somos nosotros y marcho por los desaparecidos que soy desde el pasado 27 de septiembre, desde siempre.
Hoy marcho en solidaridad con los padres de todos los j¨®venes que no tienen a la vista una esperanza de progreso universitario en un pa¨ªs que mata a sus potenciales maestros y marcho por tantos y todos los que no entramos en la derrama de ese delicado programa fiduciario que ir¨®nicamente llaman Prospera y que asum¨ªamos con pereza, des-informaci¨®n y conformismo culposo que las cacareadas reformas que supuestamente encarrilan a M¨¦xico hacia la panacea del siglo XXI en realidad, si acaso, ser¨¢n verificables y palpadas por nuestros nietos o sus hijos.
Marcho ante todo mentiroso, ratero, infiel, agresor, abusador, engre¨ªdo y corrupto que creen siempre tener la raz¨®n en todo y suponen merecer en medio de todas sus tautolog¨ªas la segunda oportunidad para esa falsa felicidad fincada en abusos y enga?os para placebos de lujo, ocio continuo, viajes sin viajar, veh¨ªculos de lujo y triciclos de diversi¨®n, camisas impolutas y depilaciones de spa¡ pero que no se llene de bilis la tinta, pues en realidad marcho con quienes damos la cara y por los que han dado la cara.
En particular, marcho con el fantasma del joven Julio C¨¦sar Mondrag¨®n, estudiante de la Escuela Normal de Ayotzinapa, que muri¨® desollado por la descarada violencia que se ha desatado sobre la piel de M¨¦xico. Le arrancaron la piel de la cara, mas no el verdadero semblante de su rostro que hoy mismo se ve en millones de personas que marchamos, bajo lluvia, contra insinuaciones necias de poder trasnochado y ante la confundida ira de quienes en realidad merman todo reclamo con taparse el rostro. Que todo inconforme muestre la cara, sin temor a ning¨²n tipo de reclamo o represalia, o ?ser¨¢ acaso que son alacranes infiltrados, reventadores oportunistas u orquestados agentes de guante blanco?
La descarada realidad de M¨¦xico se revela en su pueblo, en las caras de las madres de los muertos y en los rostros de los padres de los desaparecidos que dan la cara en p¨²blico, en los palacios del poder y ante la geta de los polic¨ªas que los interrogan dizque en abono de ofrecerles justicia. La descarada realidad de M¨¦xico se observa en todos sus paisajes de todos los climas y en las calles de las ciudades donde marchan hoy caras sin maquillaje, peinados sin copetes de gomina, sin corbatas ni tacones¡ marchamos de negro, de luto por los que no est¨¢n y un respeto convencido de que somos much¨ªsimos m¨¢s de los que imaginan los ignorantes. Marcho de indignaci¨®n ante la descarada soberbia de los poderosos y sus desplantes, ante la implacable imbecilidad de sus argumentos y ante la absoluta falsedad de sus simulacros diarios.
Vamos porque no nos vamos. Vamos porque creemos en un M¨¦xico que nada tiene que ver con el territorio que han mancillado y la poblaci¨®n que intentan callar quienes tienen una idea de M¨¦xico descaradamente distorsionada por la hipnosis de las telenovelas y el ego¨ªsmo engre¨ªdo de su poder y provecho personales. Vamos porque el Estado se compone de nosotros: Poblaci¨®n plural, incluyente, tolerante y m¨¢s que prometedora, Territorio, f¨¦rtil, productivo que no merece seguir en vendimia y Gobierno, ante el cual tenemos todo derecho de manifestar nuestra inconformidad, hartazgo y desesperado desamparo. Se equivoca quien cree resolver todo nudo clamando la mesi¨¢nica y an¨¢rquica f¨®rmula de que vamos en contra del Estado (que somos Todos) y se equivoca el arlequ¨ªn que farda acusarnos de que todas las voces discordantes no son m¨¢s que verbos de desestabilizaci¨®n o corrientes en contra de su proyecto pol¨ªtico.
Marcho porque en realidad no pasa una sola madrugada que, como otros y como muchos, me marcho muy lejos de esta pesadilla. Marcho porque me marcho hacia d¨®nde est¨¢n las mejores voces y voluntades de M¨¦xico que ya no pueden marchar en los cementerios, en las p¨¢ginas de los libros, en los versos de poetas que cumplen cien a?os, en los murmullos de los llanos, en todas las p¨¢ginas de la Historia que nos honra con may¨²sculas y todas las microhistorias que nos dan Matria. Marcho porque me marcho lejos¡ y no me quiero marchar.
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