Los electores de Taiw¨¢n castigan el acercamiento de su Gobierno a China

La creciente suspicacia de la poblaci¨®n hacia China, entre otros factores, pas¨® hoy una cuantiosa factura al partido en el poder en Taiw¨¢n, el Kuomintang, y su pol¨ªtica de acercamiento a Pek¨ªn. En las elecciones municipales m¨¢s amplias de la historia de la isla, la formaci¨®n que ha estado al mando en los ¨²ltimos seis a?os result¨® derrotada en cinco de las seis principales ciudades. Antes incluso de que se confirmaran oficialmente los resultados el primer ministro, Jiang Yi-hua, present¨® su dimisi¨®n.

¡°Claramente los votantes no est¨¢n satisfechos con el trabajo del Gobierno, por esta raz¨®n ofrezco mi renuncia al presidente Ma Ying-Jeou¡±, afirm¨® el primer ministro al responsabilizarse de la fuerte derrota. El Kuomintang ha perdido incluso sus dos plazas fuertes hist¨®ricas, la capital, Taipei, y la ciudad de Taichung.

El propio presidente taiwan¨¦s ha admitido que su formaci¨®n ha sufrido un ¡°serio rev¨¦s¡± en estas elecciones, consideradas una prueba clave previa a las elecciones presidenciales de 2016. Entonces Ma ¡ªdurante cuyo mandato, comenzado en 2008, el Gobierno taiwan¨¦s ha mantenido una pol¨ªtica de acercamiento a Pek¨ªn que contrasta con la frialdad previa entre ambas capitales¡ª tendr¨¢ que dejar obligatoriamente el cargo tras dos legislaturas de cuatro a?os.

La dimisi¨®n del primer ministro ¡ªque llevaba menos de dos a?os en el cargo y era considerado ¡°prescindible¡± dentro de sus propias filas¡ª parece ser un gesto del Kuomintang para salvar al impopular Ma, al que la oposici¨®n acusa de no hacer caso de la opini¨®n p¨²blica. El presidente ha dejado claro que no dimitir¨¢ por el momento. En una comparecencia en calidad de l¨ªder del Kuomintang, ha afirmado que ¡°hemos defraudado a todos¡± pero ¡°ahora lo que debemos plantearnos es c¨®mo esforzarnos, no lamentarnos; c¨®mo reformarnos, no detenernos¡±.

Con su derrota el Kuomintang pierde nueve ciudades y distritos de la isla y deja en manos del Partido Democr¨¢tico Progresista (PDP)? ¡ªpartidario de la independencia taiwanesa¡ª las principales urbes, con excepci¨®n de Nueva Taipei. El varapalo es fruto en buena parte del recelo de los votantes, no necesariamente hacia un estrechamiento de los lazos con China ¡ªel contacto entre ambas sociedades es sumamente fluido¡ª, pero s¨ª a que ese acercamiento pueda conducir a una excesiva dependencia de la isla con respecto a Pek¨ªn. Hoy d¨ªa, el 40% de las exportaciones taiwanesas van ya hacia la Rep¨²blica Popular China, y de all¨ª reciben los taiwaneses el 60% de sus importaciones. El ejemplo de Hong Kong, y el modo en que el Gobierno central ha respondido a las manifestaciones en demanda de mayor democracia en la excolonia, ha sido seguido con enorme atenci¨®n por los ciudadanos taiwaneses.

Las suspicacias hacia Pek¨ªn ya motivaron a comienzos de este a?o duras protestas contra un acuerdo comercial entre ambos lados del estrecho de Taiw¨¢n, que culminaron con una ocupaci¨®n de la sede del Legislativo isle?o por parte de grupos estudiantiles que se prolong¨® durante tres semanas. Este acuerdo, suscrito el a?o pasado, sigue bloqueado hoy d¨ªa.

Pero adem¨¢s, la poblaci¨®n taiwanesa ha querido expresar su descontento tras varios esc¨¢ndalos alimentarios y por el deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica. Mientras los salarios se han estancado, han subido los precios de la vivienda y de los alimentos.

El Gobierno chino ha observado con gran atenci¨®n el desarrollo de estos comicios. El triunfo del PDP puede presagiar una victoria de este partido en las elecciones dentro de dos a?os, y un presidente que no acepte la f¨®rmula de ¡°una sola China¡± que actualmente predican ambas orillas del estrecho. Desde la separaci¨®n de Taiw¨¢n en 1949, Pek¨ªn no ha dejado de reclamar su soberan¨ªa sobre la isla y la necesidad de una reunificaci¨®n, ni ha renunciado al posible uso de la fuerza para conseguirlo.

Un total de 18 millones de taiwaneses estaban convocados hoy a estos comicios, en los que se decid¨ªan m¨¢s de 11.000 esca?os municipales.