La izquierda del partido dem¨®crata desaf¨ªa a Hillary Clinton
El ¡®nuevo populismo¡¯ de la senadora Elizabeth Warren se enfrenta a Wall Street y al ¡®establishment¡¯ de la formaci¨®n pol¨ªtica del presidente Barack Obama
Hillary Clinton es la estrella indiscutida del Partido Dem¨®crata, la candidata a suceder a Barack Obama en la Casa Blanca tras las elecciones presidenciales de 2016. La estrella ideol¨®gica del partido del presidente es otra. Elizabeth Warren, senadora por Massachusetts desde 2013, es la voz m¨¢s combativa contra Wall Street, el Partido Republicano y el establishment dem¨®crata identificado con el matrimonio Clinton.
Es probable que en los pr¨®ximos meses Hillary Clinton ¡ªexsecretaria de Estado, exsenadora, ex primera dama y aspirante fallida a la Casa Blanca en 2008¡ª anuncie su candidatura. Los sondeos la consagran como la principal opci¨®n para competir por el Partido Dem¨®crata e incluso como la favorita en las elecciones presidenciales que la enfrentar¨¢n al contendiente por el Partido Republicano. La potencia de su candidatura es indudable: tras la elecci¨®n, en 2008, del primer presidente negro, Estados Unidos elegir¨ªa a la primera mujer.
Warren descarta disputar a Clinton la nominaci¨®n dem¨®crata. Lo repite en cada entrevista. Pero hay que tomar sus palabras con cautela. Primero, porque no es ins¨®lito que, hasta que un pol¨ªtico declare su candidatura, asegure que ¨¦l no es candidato: no lo es, pero quiz¨¢ lo sea. Y segundo, porque aunque no se presente ¡ªpersonas cercanas a la senadora sostienen que no lo har¨¢¡ª ha logrado definir los t¨¦rminos del debate en el Partido Dem¨®crata y ha forzado a Clinton a abordar cuestiones que hasta hace poco no figuraban en su agenda, como las desigualdades y los excesos de Wall Street.
¡°Ella me ha dicho a m¨ª y a mucha otra gente que no ser¨¢ candidata¡±, dice Roger Hickey, codirector de la Campa?a para el Futuro de Am¨¦rica, una organizaci¨®n adscrita a la izquierda dem¨®crata. ¡°Pero incluso sin presentarse a la presidencia, Elizabeth [Warren] impulsa a los dem¨®cratas y Hillary Clinton hacia una direcci¨®n m¨¢s progresista. Hillary est¨¢ aprendiendo del liderazgo de Elizabeth¡±.
El 72% de los norteamericanos creen que la recesi¨®n no ha terminado, pese a que la econom¨ªa crece a su nivel m¨¢s alto en 11 a?os
El itinerario de Warren es at¨ªpico. De 65 a?os y profesora de Derecho, se especializ¨® en el endeudamiento privado y las bancarrotas familiares. Publicaba libros como The two-income trap, (La trampa del doble ingreso, Basic Books, 2004), que mezclaba el estudio de las finanzas familiares con consejos sobre c¨®mo gestionarlas mejor. La suya era una disciplina t¨¦cnica y poco medi¨¢tica, hasta que estall¨® la crisis en 2008 y el endeudamiento de los norteamericanos y las pr¨¢cticas abusivas de los bancos ocuparon de repente el centro de la discusi¨®n sobre las causas y las soluciones de la emergencia.
El dem¨®crata Obama adopt¨® la propuesta de Warren para crear un organismo de protecci¨®n del consumidor de productos financieros, destinada a evitar que se repitiesen estafas como las de las hipotecas basura. Warren deb¨ªa presidir la nueva instituci¨®n, la Oficina de Protecci¨®n Financiera del Consumidor, pero el previsible veto en el Senado de los republicanos y los recelos de algunos dem¨®cratas cercanos a Wall Street frustraron la candidatura. Warren se convirti¨® en la voz de la conciencia de la izquierda que atribuye a Wall Street la responsabilidad de la recesi¨®n y reprochaba a Obama su timidez a la hora de reformar el sistema financiero.
¡°El juego est¨¢ trucado¡±, dice Warren en sus discursos. ¡°Trucado¡±, a?ade en sus memorias ¡ªA fighting chance (Una oportunidad de lucha, MacMillan, 2014)¡ª ¡°en favor de los que tienen dinero y poder¡±. ¡°Las grandes corporaciones¡±, argumenta, ¡°contratan a ej¨¦rcitos de lobistas para obtener exenciones de miles de millones de d¨®lares en el sistema impositivo y persuadir a sus amigos en el Congreso de que apoyen leyes que inclinan las reglas del juego a su favor. Mientras tanto, a las familias que trabajan duro se les dice que tendr¨¢n que vivir con sue?os m¨¢s modestos para sus hijos¡±.
Warren no reh¨²ye la etiqueta de populista, una palabra que en EE UU carece de las connotaciones negativas que tiene en Europa o Am¨¦rica Latina. En la tradici¨®n norteamericana, significa la defensa del pueblo frente a las ¨¦lites. Hickey opina que el populismo econ¨®mico de la senadora por Massachusetts ¡ªel norteamericano de pie frente a los bancos y las corporaciones¡ª puede apelar a las clases trabajadoras blancas de la Am¨¦rica interior, distanciadas del Partido Dem¨®crata de Obama.
Porque Warren es progresista, pero busca un votante transversal, a las clases medias que no se benefician de la recuperaci¨®n. Aunque t¨¦cnicamente la recesi¨®n termin¨® en 2009, el 72% de los norteamericanos cree que la recesi¨®n no ha acabado, seg¨²n un sondeo reciente. Desde entonces la tasa de paro se ha reducido a menos del 6% y la econom¨ªa crece al nivel m¨¢s alto de los ¨²ltimos 11 a?os. Si decidiese desafiar a Hillary Clinton en las primarias dem¨®cratas, sus posibilidades de derrotarla ser¨ªan escasas, pero sus ideas marcan el tono la campa?a dem¨®crata para suceder a Obama.
Populismo 'made in USA'
- El populismo vivi¨® un momento dorado en EE UU en los a?os noventa del siglo XIX, cuando el Partido del Pueblo congreg¨® a agricultores ahogados por las deudas, partidarios de la prohibici¨®n del alcohol y obreros industriales.
- El populismo ¡ªuna ret¨®rica m¨¢s que un programa, seg¨²n el historiador Michael Kazin¡ª tambi¨¦n tiene tradici¨®n en la derecha: desde la caza de brujas del senador Joe McCarthy en los cincuenta al Tea Party en la ¨²ltima d¨¦cada.
- La caracter¨ªstica del populismo norteamericano, seg¨²n Kazin, es que no es antisistema: reclama a las ¨¦lites que regresen al credo fundacional de EE UU, un pa¨ªs donde los movimientos fascistas y socialistas han sido anecd¨®ticos.
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