Un alcalde, supuesto cerebro del asesinato de un periodista mexicano
El informador Mois¨¦s S¨¢nchez fue encontrado degollado en Veracruz, al este de M¨¦xico, a 23 d¨ªas de su desaparici¨®n
El periodismo se escribe en M¨¦xico con sangre. La muerte aguarda a veces en la redacci¨®n, a sus puertas o en la propia casa. Poco importa. Al anochecer del pasado 2 de enero, un grupo de nueve hombres armados y encapuchados irrumpi¨® en el domicilio de Mois¨¦s S¨¢nchez Cerezo, editor del peque?o semanario comunitario La Uni¨®n, en Medell¨ªn Bravo (Veracruz). Tras sacarle de la cama, delante de su mujer e hijos, le arrebataron el ordenador, su c¨¢mara de fotos y el tel¨¦fono m¨®vil; luego le arrastraron hasta el infierno. Lo ¨²ltimo que se le oy¨® decir es que no hicieran nada a su familia. Ese mismo d¨ªa, seg¨²n ha revelado la procuradur¨ªa estatal, fue degollado. La polic¨ªa tard¨® horas en llegar a la vivienda.?
Durante casi un mes, Mois¨¦s S¨¢nchez engros¨® la lista de desaparecidos mexicanos. M¨¢s de 23.000 espectros cuya b¨²squeda, en muchos casos imposible, se mantiene s¨®lo por el deseo de sus parientes. Pero el s¨¢bado pasado, guiados por la confesi¨®n de su sicario, la fiscal¨ªa dio con el cuerpo mutilado del informador. Estaba oculto en una bolsa de basura en un p¨¢ramo cercano. La investigaci¨®n apunta como autor intelectual al alcalde de la localidad, Bravo Omar Cruz, del Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), con quien el periodista manten¨ªa un largo pulso. Desde su min¨²scula publicaci¨®n, un gratuito de circulaci¨®n comunitaria, Mois¨¦s S¨¢nchez, de 49 a?os, denunciaba constantemente los supuestos abusos y las connivencias del pol¨ªtico con el tr¨¢fico de drogas y la violencia.
El periodista convoc¨® manifestaciones, la ¨²ltima en diciembre pasado por la muerte de un comerciante
Este maridaje entre crimen y autoridad, y su b¨¢rbara venganza contra un modesto informador local que, para llegar a fin de mes, ten¨ªa que trabajar de taxista, ha desatado una profunda conmoci¨®n en M¨¦xico. Asqueada por tragedias como Iguala, en la sociedad mexicana ha florecido con inusitada fuerza la semilla de la desconfianza. Y casos como el de Mois¨¦s S¨¢nchez, donde no solo hubo una venganza pol¨ªtica sino que, a tenor de la reconstrucci¨®n de la fiscal¨ªa, la propia polic¨ªa fue part¨ªcipe del crimen, no hacen sino aumentar la brecha.
Las acusaciones se basan en el testimonio de Clemente No¨¦ Rodr¨ªguez Mart¨ªnez, un expolic¨ªa y traficante de drogas. En su confesi¨®n, sostiene que el asesinato fue un encargo directo de Mart¨ªn L¨®pez Meneses, subdirector de la Polic¨ªa Municipal, ch¨®fer y escolta personal del alcalde. Meneses les pidi¨® que acabaran con el periodista porque ¡°alborotaba el panal¡±. El crimen fue cometido junto con otros matones, entre ellos cuatro expolic¨ªas. En el ataque participaron tres coches que supuestamente contaron con la protecci¨®n de la Polic¨ªa Municipal, que no intervino pese a detectar los movimientos sospechosos. La procuradur¨ªa estatal ha anunciado que pedir¨¢ que se retire el fuero que protege al regidor. Se?alado desde el inicio del caso por la familia, el alcalde siempre ha defendido su inocencia. Este domingo segu¨ªa libre. Trece polic¨ªas municipales han sido detenidos.
La muerte de Mois¨¦s S¨¢nchez saca a la luz la enorme desprotecci¨®n de los periodistas en M¨¦xico. Pese a sus problemas econ¨®micos, S¨¢nchez manten¨ªa semana tras semana un frente cr¨ªtico contra el alcalde. Facilitaba datos a medios de la capital, acud¨ªa a las protestas vecinales, denunciaba los abusos cometidos en su comunidad por cargos municipales. Figura muy conocida en Medell¨ªn de Bravo (2.500 habitantes), el periodista lleg¨® a convocar manifestaciones, la ¨²ltima en diciembre pasado por la muerte de un comerciante. Su permanente activismo, como recuerda su familia, se hab¨ªa vuelto molesto. Y las amenazas hab¨ªan empezado llegar. Tres d¨ªas antes de morir, un desconocido se acerc¨® a su casa, en la modesta barriada de El Tejar, y le dijo que ¡°le iban a dar un susto¡±.
Con este asesinato, se vuelve a confirmar el diagn¨®stico de Reporteros Sin Fronteras: M¨¦xico es uno de los pa¨ªses m¨¢s peligrosos del mundo para ejercer la profesi¨®n; y Veracruz, uno de sus puntos negros. Carcomido por una sangrienta guerra entre c¨¢rteles, 11 informadores han ca¨ªdo violentamente en el estado desde julio de 2010, fecha en que el gobernador Javier Duarte de Ochoa se hizo con el poder. En todo el pa¨ªs, seg¨²n el especialista Javier Garza, han matado en los ¨²ltimos dos a?os a 15 informadores y otros cuatro permanecen desaparecidos. Un 90% de los ataques a la prensa queda impune. En algunos casos, m¨¢s que la muerte, los matones prefieren el escarmiento p¨²blico, como en el caso de la reportera Karla Silva, de El Heraldo de Guanajuato, apaleada en su propia redacci¨®n por sus notas cr¨ªticas. La cifra de extorsiones o amenazas a periodistas se desconoce.
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