?Se puede comprar un presidente?
La irrupci¨®n de los ultraconservadores hermanos Koch al frente de una red de donantes con 1.000 millones de d¨®lares agita la carrera hacia la Casa Blanca
Se dice que puede haber capitalismo sin democracia pero que nunca ha existido un sistema pol¨ªtico democr¨¢tico en una sociedad sin mercado. En un sistema democr¨¢tico, por tanto, convive la igualdad de derechos con la desigualdad material. Los pobres tienen derecho a votar, pero los ricos influyen en el voto con sus fortunas. Llevado al extremo, el dinero sin l¨ªmites puede determinar un proceso pol¨ªtico. O, lo que es lo mismo, ?se puede comprar un presidente?
El anuncio esta semana de que la poderosa red de donantes ultraconservadora liderada por los magnates Charles y David Koch planea gastar cerca de mil millones de d¨®lares (885 millones de euros) en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos parece querer responder afirmativamente a la anterior cuesti¨®n. La suma desde luego es hist¨®rica ¡ªaunque cada ciclo electoral arroja un nuevo hito¡ª, pero sobre todo sit¨²a la influencia de los hermanos Koch al nivel de los dos grandes partidos pol¨ªticos.
Expertos en financiaci¨®n de campa?as dicen que los fondos con los que los Koch han puesto precio a la campa?a de 2016 le permitir¨¢n a su red asumir el papel de un partido pol¨ªtico de facto.
Esta fabulosa cifra desaf¨ªa el statu quo pol¨ªtico al igualar tanto los que dem¨®cratas como republicano esperan gastar en la campa?a de 2016. En las elecciones de 2012, el Comit¨¦ Nacional Republicano (RNC) gast¨® 404 millones de d¨®lares y su hom¨®logo dem¨®crata, casi 320.
De momento, la red tejida por los multimillonarios de Kansas est¨¢ todav¨ªa debatiendo si emplear¨¢ parte de ese dinero en las primarias del Partido Republicano, lo que sin duda tendr¨ªa un fuerte impacto en el campo de los aspirantes a candidatos. Las principales figuras del partido se quejan de la continua fuga de poder y de dinero que sufren los candidatos por parte de donantes multimillonarios tras las sentencias del Tribunal Supremo que relajaban las restricciones a la financiaci¨®n de las campa?as.
Mucho ha cambiado el escenario legal de la financiaci¨®n pol¨ªtica desde que el Congreso decidiera intervenir y regular las campa?as federales tras el esc¨¢ndalo del Watergate. En 1974 se cre¨® la FEC (Comisi¨®n Electoral Federal).
En 2002 se impusieron restricciones a las contribuciones indirectas: los fondos donados a organizaciones que se dedican a promover una candidatura (como los PAC, Comit¨¦s de Acci¨®n Pol¨ªtica).
El Tribunal Supremo impuso una reforma que propici¨® que las donaciones a partidos pol¨ªticos y candidatos hayan sido protagonistas en las ¨²ltimas convocatorias electorales. En 2010 se abri¨® la puerta al gasto ilimitado por parte de grupos pol¨ªticos y empresas a favor de un candidato, creando b¨¢sicamente la figura de un intermediario, ya que las aportaciones directas a las campa?as siguen siendo limitadas. Ya en 2014, se modific¨® la cantidad l¨ªmite que puede donar una persona a un partido o comit¨¦ electoral.
Preguntado por su opini¨®n sobre la cifra que los Koch aportar¨¢n a 2016, el director de comunicaci¨®n del Comit¨¦ Nacional Dem¨®crata (DNC), Mo Elleithee, respondi¨® a la p¨¢gina web informativa Politico de manera sarc¨¢stica: ¡°?Quiere decir que un pu?ado de multimillonarios se va a gastar 1.000 millones de d¨®lares que llevan como cambio en sus bolsillos para intentar comprar a un presidente y ama?ar el sistema a su favor para ser los ¨²nicos que no paguen impuestos? ?Estoy estupefacto!¡±.
Lloyd Hitoshi Mayer, profesor de Derecho en la Universidad de Notre Dame, contesta con un rotundo ¡°no¡± cuando se le pregunta si con suficiente dinero se podr¨ªa comprar al pr¨®ximo presidente de Estados Unidos. Mayer advierte de que los candidatos tienen que conquistar votos, y no solo d¨®lares: ¡°Hist¨®ricamente, los candidatos republicanos han logrado m¨¢s apoyo financiero, pero a menudo son los dem¨®cratas los que ganan¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.