Decapitado y desmembrado un dirigente social en el sur de M¨¦xico

Decapitado, torturado y con las manos cortadas. El asesinato del dirigente del Frente Popular Revolucionario Alejandro Gustavo Salgado Delgado fue una se?al. Qui¨¦n la emiti¨® es a¨²n un misterio; a qui¨¦n iba dirigida no. Salgado, de 32 a?os, trabajaba por mejorar las condiciones de los jornaleros de la monta?a de Guerrero, una de las zonas de mayor cultivo de opio del planeta. Su cuerpo desmembrado fue descubierto en el paraje de Las Huilotas, un enclave m¨ªsero y rural del municipio de Ciudad Ayala (Morelos). El l¨ªder del FPR, un movimiento de origen guerrillero e ideolog¨ªa leninista, se hab¨ªa destacado durante los ¨²ltimos meses como un promotor de las movilizaciones por la desaparici¨®n y muerte de los 43 normalistas. Antes de morir, estaba ayudando a los jornaleros de Guerrero afectados por los huracanes Ingrid y Manuel que se hab¨ªan desplazado a Morelos en busca de un futuro mejor en las plantaciones de ca?a de az¨²car. El Frente Popular Revolucionario se?al¨® el d¨ªa de su desaparici¨®n que el trabajo social de Salgado incomodaba a los caciques locales. Al conocer su asesinato, la organizaci¨®n responsabiliz¨® directamente al Estado de Morelos y a su gobernador.?

La muerte del dirigente puede azuzar un conflicto latente en el sur de M¨¦xico

Cuatro hombres, pertenecientes a un grupo denominado Los Victorinos fueron detenidos como sospechosos del crimen. La fiscal¨ªa se apresur¨® a rechazar cualquier sesgo pol¨ªtico en el asesinato y apunt¨® como posible m¨®vil una disputa por tierras. Anoche, ninguno de los arrestados hab¨ªa sido acusado formalmente de la muerte del activista.

La ¨²ltima vez que se vio con vida al activista fue en la tarde del martes, a la salida de una asamblea con jornaleros en la comunidad de El Chivatero. Acabada la reuni¨®n, se dirigi¨® a tomar un autob¨²s para ir a otra comunidad. Ah¨ª se le perdi¨® el rastro. El mi¨¦rcoles, a las 17.30, su cad¨¢ver fue descubierto en la carretera Moyotepec-La Piedra, en el municipio de Ayala. Horas despu¨¦s, sus compa?eros le reconocieron.?

La muerte del dirigente puede azuzar un conflicto latente en el sur de M¨¦xico, una zona estragada por la pobreza y el narco, y donde se mantienen con vida una mir¨ªada de grupos guerrilleros y sus correspondientes escisiones, todos ellos de ret¨®rica revolucionaria. Aunque su actividad es m¨ªnima, la posibilidad de que, despu¨¦s de la tragedia de Iguala, se deton¨¦ un estallido social es vista con preocupaci¨®n desde las instancias del poder central mexicano.

¡°Que quede claro: la salida que nosotros proponemos es de revoluci¨®n, arrancar de tajo a este sistema pol¨ªtico, econ¨®mico y social putrefacto en el cual no tendr¨¢n lugar estos explotadores ni sus personeros. Por cada muerto, desaparecido, torturado, encarcelado, perseguido el pueblo ajustar¨¢ cuentas", se?al¨® en un comunicado el FPR.