La avalancha de refugiados sirios tensa la vida en L¨ªbano
Beirut excluye a los extranjeros hasta de 70 profesiones
Una de cada cuatro personas en L¨ªbano es siria. En el campamento informal Rauda, en Sid¨®n (sur del pa¨ªs), las 60 familias de sirios que se hacinan desde hace m¨¢s de un a?o solo hablan de las nuevas restricciones que les han sido impuestas. Tras cerca de cuatro a?os de conflicto sirio, el Gobierno liban¨¦s aprob¨® recientemente controvertidas medidas para regular a los 1,16 millones de refugiados sirios que, seg¨²n la ONU, acoge el pa¨ªs. Desde el pasado 1 de enero, los sirios tienen prohibidas hasta 70 profesiones y por primera vez en la larga historia com¨²n entre Siria y L¨ªbano, necesitan de un visado de entrada.
En cuesti¨®n de 24 horas, miles de familias quedaron divididas a ambos lados de la frontera. La restricci¨®n de visados afect¨® a unos 300.000 sirios en situaci¨®n irregular, los Akram entre ellos. Esta familia habita en una fr¨¢gil construcci¨®n de madera y cemento de apenas 12 metros cuadrados. Originarios del barrio Midan de Damasco, Malak y Mustaf¨¢ Akram tienen cinco hijos. Los tres menores viven con ellos, los dos mayores pasan temporadas en Damasco para terminar sus estudios.
¡°Con las nuevas medidas, mis hijos mayores no pueden salir de Siria ni yo entrar. Tampoco podr¨¦ llevar a mi hija menor para su tratamiento de asma. Aqu¨ª los hospitales son caros y all¨ª gratis¡±, se queja Malak, de 28 a?os y embarazada de un quinto hijo.
Un exiliado: ¡°Los libaneses trabajan en oficinas; nosotros en la cantera¡±
Pero la principal batalla que enfrenta a libaneses y sirios y que corre el riesgo de derrapar en una guerra social se libra en el mercado laboral. Ante la imposibilidad de competir con los sueldos de la mano de obra siria que copa el mercado informal, los ataques a trabajadores sirios proliferan. Hasta 70 profesiones ser¨¢n reservadas a ciudadanos libaneses excluyendo a extranjeros, y por tanto a los sirios, de las profesiones liberales pero tambi¨¦n de trabajos populares como los de peluquero o conductor.
¡°B¨¢sicamente, los libaneses trabajan en una oficina y nosotros en la cantera¡±, protesta Mustaf¨¢ Akram. Pero la crisis hace que hasta de las canteras sean expulsados los sirios. Hasta el pasado mes, Mustaf¨¢ Akram empujaba su carreta en Sid¨®n recogiendo pl¨¢stico y hierro entre los contenedores de basura para revenderlos despu¨¦s al peso. ¡°Me pagaban 300 libras libanesas (12 c¨¦ntimos de euro) por cada kilo. Ten¨ªa trabajo dos d¨ªas por semana y recog¨ªa 25 kilos por jornada. Pero el pasado diciembre, la polic¨ªa me dijo que no quer¨ªa volver a verme en las calles y que no hay trabajo para los sirios¡±, lamenta este desesperado cabeza de familia.
A los requisitos del Gobierno liban¨¦s se suman los recortes en la ayuda internacional. El pasado mes de setiembre, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU anunciaba una reducci¨®n del 50% en la ayuda destinada a los refugiados sirios. Unos recursos que para muchos supon¨ªan el pilar de sus ingresos mensuales. Otro golpe m¨¢s para la familia Akram. ¡°Recib¨ªamos 25 euros por persona, unos 125 euros al mes. El mes pasado nos dieron 70 euros en total¡±, asegura Malak.
Con la crisis econ¨®mica de fondo, las tensiones entre libaneses y refugiados aumentan. Los libaneses acusan a los sirios de colapsar las infraestructuras del pa¨ªs y se lanzan a las calles para manifestarse. Los cortes de electricidad, cr¨®nicos desde antes de la crisis siria, se agravan. En la capital, duran entre tres y nueve horas diarias. En las localidades m¨¢s alejadas, entre nueve y 18. Los m¨¢s pudientes pagan servicios de generadores privados a precios de hasta 200 euros mensuales, el resto recurre a las velas. Lo mismo ocurre con el agua.
El Banco Mundial cifra en 6.300 millones de euros la factura de los refugiados sirios para el L¨ªbano. Cifras que han exacerbado el rechazo de aquellos libaneses que cobran sueldos mensuales de 400 euros. Al¨ª Beddawi, alcalde del poblado Rama, en la frontera norte con Siria, discrepa de lo que considera una guerra de cifras: ¡°Los n¨²meros son relativos. Las agencias cuentan los sirios que entran pero no los que salen. El Banco Mundial cuenta lo que cuestan pero no lo que aportan. Si cada refugiado gasta un euro al d¨ªa, esto son 1,15 millones de euros de ingresos diarios para el pa¨ªs¡±.
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