Un dictador de carnaval
El presidente guineano Teodoro Obiang visita las fiestas de R¨ªo de Janeiro desde hace m¨¢s de una d¨¦cada y patrocina con tres millones de euros una escuela de samba
Teodoro Obiang, de 72 a?os, es bien conocido en Espa?a por gobernar a sus anchas Guinea Ecuatorial, ese diminuto pa¨ªs de 700.000 habitantes que fue colonia entre 1885 y 1968. Nadie lleva m¨¢s tiempo que Obiang (35 a?os) encaramado al poder en ?frica. El dictador ecuatoguineano es el octavo gobernante m¨¢s rico del mundo (seg¨²n la revista Forbes), en un pa¨ªs que ocupa el puesto 136 (de 187) en la lista de desarrollo humano de la ONU. Lo que no se conoc¨ªa hasta la fecha, y revel¨® ayer el diario O Globo,es el capricho carioca de Obiang, que visita discretamente el carnaval de R¨ªo de Janeiro desde hace m¨¢s de una d¨¦cada y patrocina con m¨¢s de tres millones de euros una de las escuelas de samba que mostrar¨¢n sus bailes y atuendos al mundo, a partir del pr¨®ximo domingo, en el c¨¦lebre Samb¨®dromo.
Ha contagiado la afici¨®n a su familia y entre los parientes que le acompa?an est¨¢ su primog¨¦nito, Teodor¨ªn
Obiang asiste al desfile principal de las festividades y se aloja en la suite m¨¢s cara del hotel Copacabana Palace (el mismo que utiliz¨® la plana mayor de la FIFA en el pasado Mundial de f¨²tbol) o en un apartamento de lujo en el barrio de Ipanema. Ha contagiado la afici¨®n carnavalesca a su familia, y entre los parientes que suelen acompa?arle figura siempre su primog¨¦nito Teodoro Nguema Obiang Mangue, Teodor¨ªn, uno de los vicepresidentes del pa¨ªs y favorito a suceder al sanguinario dictador, que impuso un r¨¦gimen de terror desde su llegada al poder cuya brutalidad es denunciada sistem¨¢ticamente desde hace d¨¦cadas por las organizaciones internacionales de derechos humanos.
La escuela respaldada por el mandatario africano es el Gr¨ºmio Recreativo Escola de Samba Beija-Flor de Nil¨®polis, fundada en 1948, 12 veces campeona del Grupo Especial (y la mayor campeona desde que se inaugur¨® el Samb¨®dromo en la calle del Marqu¨¦s de Sapu?ai, en 1984). Beija-Flor presenta tambi¨¦n en su historial algunas actuaciones poco memorables, como exaltaciones a la dictadura brasile?a en la d¨¦cada de los setenta. Desde que en 1985 una de ellas entrase en la avenida con publicidad visible de una cervecera, el patrocinio de escuelas de samba se ha convertido en una pr¨¢ctica relativamente com¨²n, proveniente de empresas e instituciones p¨²blicas que incluyen su marca en la fiesta principal del calendario brasile?o, el carnaval m¨¢s famoso del mundo, una cita para la que las agrupaciones trabajan durante todo el a?o.
Los desfiles con los que compiten las escuelas han ido mudando progresivamente su aspecto, que en los ¨²ltimos tiempos ha derivado hacia la ostentaci¨®n de elaborad¨ªsimos vestuarios y gigantescos carros aleg¨®ricos, en detrimento de la tradicional samba a pie. Para mantener abierto su barrac¨®n durante todo el a?o y tener oportunidades de ganar el certamen, una escuela gasta como m¨ªnimo 1,5 millones de euros anuales. Beija-Flor cuenta con el doble. Para escapar de posibles acusaciones por su vinculaci¨®n con una dictadura implacable, su coreograf¨ªa de este a?o elogia las bellezas de ?frica y recuerda sus leyendas. Solo se menciona la palabra Guinea dos veces: Obiang impuso la modificaci¨®n de uno de los versos, para incluir la palabra Ecuatorial y diferenciar as¨ª a su naci¨®n de Guinea-Conakry, acosada desde hace 11 meses por una epidemia de ¨¦bola.
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