Europa acusa a Grecia de torpedear el acuerdo para ampliar el rescate
Las instituciones hablan abiertamente ya de la posibilidad de una salida del euro si Tsipras no da un giro
¡°Las autoridades griegas intentan dar marcha atr¨¢s a los compromisos continuamente¡±. Europa acusa a Grecia ¡ªseg¨²n una nota interna del Eurogrupo a la que ha tenido acceso este diario¡ª de torpedear los acuerdos alcanzados en febrero, que permitieron prorrogar el rescate a Atenas y reconducir una situaci¨®n explosiva. Desde entonces, las cosas van de mal en peor: ¡°El trato a los funcionarios de la troika es inaceptable¡±, con Atenas tratando de dar la puntilla al tr¨ªo formado por FMI, BCE y Comisi¨®n Europea. El Gobierno griego ha hecho descarrilar esta semana las conversaciones t¨¦cnicas con las instituciones antes conocidas como troika: solo acepta contactos pol¨ªticos. El primer ministro, Alexis Tsipras, desafi¨® el mi¨¦rcoles a la UE al aprobar una ley para paliar la grave crisis humana de su pa¨ªs sin informar a los socios, a pesar de que la ampliaci¨®n del rescate impide acciones unilaterales. ¡°No hay colaboraci¨®n con los equipos en Bruselas y en Atenas, y las posibilidades de superar el examen de abril son remotas¡±, seg¨²n esa nota.
A pesar de los cuchillos largos, Tsipras acudi¨® ayer a Bruselas dispuesto a pedir un gesto a los socios. Se encontr¨® un ambiente de lo m¨¢s hostil: ¡°El tiempo y la paciencia se est¨¢n agotando¡±, aseguraron fuentes europeas. Los socios desconf¨ªan. La distancia entre ambas partes es considerable y creciente. El apetito por dar facilidades a Grecia se ha esfumado. Y tampoco Atenas parece dispuesta a aceptar las reformas que exige el Eurogrupo.
Ante ese panorama, hay tres escenarios posibles. Uno: una negociaci¨®n pol¨ªtica en la que la canciller Angela Merkel y compa?¨ªa convenzan a Tsipras de la necesidad de dar un giro y aceptar el dinero europeo a cambio de condiciones. Dos: un rifirrafe t¨¦cnico en el Eurogrupo, en el que los ministros consigan regatear las demandas griegas y encuentren la manera de ofrecer escapatorias a Tsipras. Y tres: un accidente. A pesar del ruido, el escenario m¨¢s probable, de largo, es un acuerdo para un tercer rescate con condiciones pero tambi¨¦n con gui?os a Grecia. Pero ya nadie descarta el citado accidente, e incluso las instituciones preparan planes de contingencia por si la cosa se pone fea, seg¨²n fuentes europeas.
Una sensaci¨®n de final de los tiempos recorre Grecia con implacable frecuencia desde hace un lustro. En los ¨²ltimos d¨ªas toca de nuevo o¨ªr las trompetas del Apocalipsis: el ministro alem¨¢n Wolfgang Sch?uble dice que una salida de Grecia del euro no se puede excluir; el comisario europeo Pierre Moscovici asegura que ese escenario ser¨ªa una cat¨¢strofe que hay que evitar, ¡°pero no a cualquier precio¡±, y hasta una parte del Gobierno espa?ol ¡ªy de otros, como el belga¡ª cree que el denominado Grexit no es tan peligroso. Grecia, por su parte, amaga con un refer¨¦ndum que acabar¨ªa siendo un plebiscito sobre el euro, y en las ¨²ltimas semanas ha reclamado una reestructuraci¨®n de deuda, ha exigido reparaciones de guerra a Alemania y acaba de anunciar una auditor¨ªa de deuda.
A Grecia no le interesa salir del euro porque eso condenar¨ªa al pa¨ªs a una gran depresi¨®n. A la eurozona tampoco, porque el mercado se?alar¨ªa de inmediato al siguiente: Portugal-Irlanda-Espa?a-Italia y vuelta a empezar. Pero el hecho es que la econom¨ªa griega se ha parado. Los ingresos p¨²blicos se han ca¨ªdo. La banca vuelve a sufrir la huida de capitales, y Atenas tiene varios vencimientos de deuda hasta el verano. En la UE se especula con que Grecia pueda quedarse sin dinero en breve ¡ªla primera semana de abril, seg¨²n fuentes espa?olas¡ª, y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha sugerido incluso estudiar controles de capital.
El dilema del mandatario
Incluso en caso de un acuerdo que libere fondos a corto plazo para Grecia y permita pactar despu¨¦s un tercer rescate, nada ser¨¢ sencillo: cualquier ayuda est¨¢ sujeta a condiciones, y nada hace pensar que el Eurogrupo vaya a aflojar por ese flanco. Habr¨¢ alguna ventaja para Grecia ¡ªmetas fiscales m¨¢s desahogadas y un ligero alivio para su deuda con intereses m¨¢s bajos y plazos m¨¢s largos¡ª, pero poco m¨¢s. Si llega ese pacto, Tsipras encarar¨¢ su particular dilema, obligado a escenificar un giro pol¨ªtico y sacar adelante una espinosa votaci¨®n en el Parlamento, con voces discordantes en sus propias filas. ¡°Ese ser¨¢ el momento de la verdad para Grecia¡±, asegura un colaborador de Jean-Claude Juncker, ¡°obligado a encontrar una nueva coalici¨®n y a sacar adelante el acuerdo en la votaci¨®n parlamentaria o a dar la espalda a los socios¡±.
Grecia, en fin, puede quedarse sin dinero. O retrasar los pagos a sus acreedores. O no pagar alguna de sus obligaciones (en Bruselas algunas fuentes aseguran que un impago al FMI no ser¨ªa autom¨¢ticamente un default). O incluso buscar una salida sagaz como hizo Irlanda con sus promissory notes.
La panoplia de opciones es muy diversa. Tanto, que las instituciones han empezado a prepararse para lo peor: las fuentes consultadas explican que, con el m¨¢ximo sigilo, se ha puesto en marcha una c¨¦lula en la que hay funcionarios de varias instituciones preparando un plan B por si llega el momento en que Grecia no pueda pagar. La Comisi¨®n desmiente tajante esa informaci¨®n. Pero los planes de contingencia, guardados bajo siete llaves, ya estaban listos en 2012, y vuelven a prepararse ahora, siempre seg¨²n las fuentes europeas consultadas. ¡°Ser¨ªa suicida no tener preparados los m¨ªnimos cortafuegos¡±, seg¨²n un alto funcionario comunitario. Fuentes conocedoras de esos planes cuentan algunos detalles. Uno: se producir¨ªa una nacionalizaci¨®n inmediata en Rumania y Bulgaria de las filiales de los bancos griegos en esos dos pa¨ªses. Dos: se activar¨ªan controles de capital, incluso de forma asim¨¦trica en el lado europeo, a pesar de que se considera que el riesgo financiero en Grecia es escaso y absorbible, y ser¨ªa necesario el recurso al BCE. Y tres: la clave ser¨ªa la postura del banco central de Grecia en caso de impago t¨¦cnico. ?Si el BCE decide cortar las l¨ªneas de emergencia, el Banco de Grecia lo har¨ªa autom¨¢ticamente? Los planes de contingencia de 2012 se hicieron planteando un escenario de colaboraci¨®n entre las autoridades griegas y las europeas; esta vez, las instituciones continentales no tienen claro el grado de colaboraci¨®n del bando griego.
La eurozona est¨¢ hoy mejor pertrechada que en 2012 para combatir la crisis, pero aun as¨ª esa salida tendr¨ªa un enorme efecto indirecto a trav¨¦s de los mercados. El euro es esencialmente un proyecto pol¨ªtico: si resurgen las dudas sobre la unidad de la eurozona reaparecer¨ªan las dificultades con las primas de riesgo en los pa¨ªses m¨¢s endeudados (Italia, Portugal, Irlanda, Espa?a). Los expertos no son optimistas. ¡°Tanto los acreedores como Grecia est¨¢n reaccionando de una forma muy emocional. Los costes de una salida ser¨ªan gigantescos. Pero quiz¨¢ no a corto plazo: es posible que Europa pueda contener el contagio, pero el problema resurgir¨ªa en la pr¨®xima crisis. Un Grexit ser¨ªa el principio del fin de la eurozona: desestabilizar¨ªa el euro¡±, dice Paul De Grauwe, de la London School. ¡°Lo preocupante es que todo el mundo hable ya del Grexit con esa ligereza en Bruselas¡±, cierra ?ngel Ubide, del Peterson.
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