¡°Luchamos contra el fascismo que encarna el Estado Isl¨¢mico¡±
Al menos dos espa?oles se han unido a las filas de las milicias kurdas que combaten el avance yihadista en Irak y Siria
La guerra en Siria e Irak ha atra¨ªdo a miles de combatientes extranjeros ¡ªeuropeos en un n¨²mero significativo¡ª pero la brutalidad del Estado Isl¨¢mico (EI) est¨¢ galvanizando un cierto apoyo for¨¢neo en torno a los grupos que luchan contra ¨¦l, especialmente los kurdos. Quienes combaten al yihadismo han comenzado asimismo a recibir voluntarios del exterior ¡ªtambi¨¦n espa?oles¡ª si bien en un flujo mucho menor que el que ha engrosado las filas de la organizaci¨®n yihadista dirigida por Abu Bakr al Bagdadi.
El grupo de brigadistas espa?oles ¡ªperteneciente a Reconstrucci¨®n Comunista, una escisi¨®n de las juventudes del Partido Comunista de Espa?a¡ª lleg¨® a Siria a inicios de a?o e, integrado en un batall¨®n compuesto por miembros de distintas nacionalidades, estableci¨® su base en Serekaniye (Ras al Ayn, en ¨¢rabe), una ciudad controlada por las Unidades de Protecci¨®n Popular (YPG), la milicia kurda que ha expulsado al EI de varios cantones de Siria y se opone tanto al califato como al r¨¦gimen de Bachar al Asad.
Los brigadistas espa?oles aseguran que all¨ª recibieron entrenamiento militar y, durante unos d¨ªas, fueron enviados a luchar al frente, un punto corroborado a este diario por fuentes de la inteligencia turca y un periodista local.
¡°Salvo algunos camaradas de nuestra organizaci¨®n, nadie sab¨ªa que ven¨ªamos. Pero hay veces que hay que dejar a un lado tu propia felicidad e incluso la felicidad de la gente que m¨¢s te importa¡±, asegura uno de los voluntarios espa?oles, que se hace llamar Paco Arcadio, en una de las varias entrevistas telef¨®nicas mantenidas con este diario durante las ¨²ltimas semanas.
El combatiente declina confirmar cu¨¢ntos integran la ¡°delegaci¨®n¡± espa?ola por ¡°razones de seguridad¡± y s¨®lo reconoce la presencia de dos personas, aunque la fuente de inteligencia mencionada cree que el n¨²mero es mayor.
Los problemas legales de los for¨¢neos
La detenci¨®n, el pasado febrero, de ocho espa?oles que presuntamente se integraron en las milicias prorrusas de Ucrania, abri¨® un debate sobre la situaci¨®n legal de los combatientes nacionales en conflictos extranjeros.
El brigadista Paco Arcadio y sus compa?eros saben que ellos mismos podr¨ªan tener problemas legales si regresan a Espa?a tras combatir en Siria e Irak por lo quisieran que el Gobierno espa?ol se comprometiera a que ¡°nadie que se una a las [milicias kurdas] YPG sufra represi¨®n alguna por parte del Estado¡±. ¡°Con ir a una manifestaci¨®n en Par¨ªs no se derrota al Daesh [denominaci¨®n del Estado Isl¨¢mico en ¨¢rabe], ya es hora de que el Gobierno act¨²e y sea consecuente con lo que dice¡±, justifica Arcadio.
Existe un precedente: la Fiscal¨ªa de Holanda, tras conocerse el caso de los integrantes de un club de moteros neerland¨¦s enrolados en las milicias kurdas, asegur¨® que no perseguir¨¢ judicialmente a los ciudadanos de su pa¨ªs que combaten al Estado Isl¨¢mico.
Los motivos que han empujado a estos j¨®venes a tomar las armas para combatir al Estado Isl¨¢mico son lo que denominan el ¡°internacionalismo proletario¡± y apoyar la lucha ¡°revolucionaria¡± de las fuerzas kurdas: ¡°No es una lucha contra el islam, sino por la convivencia entre diferentes culturas, y no s¨®lo a favor de los kurdos, sino de toda la humanidad. No podemos caer en el simplismo de decir que esto es culpa del islam y promover as¨ª movimientos racistas y xen¨®fobos. Nosotros no luchamos contra los musulmanes, luchamos contra el fascismo que encarna el Estado Isl¨¢mico, como se luch¨® en Espa?a en 1936 o en Stalingrado en 1943¡±.
La situaci¨®n en Serekaniye (Siria) no era excesivamente complicada, pero ahora el batall¨®n de brigadistas ha pasado a palabras mayores. Hace un mes, la direcci¨®n de la milicia kurda YPG decidi¨® destinar a los combatientes extranjeros al frente de Sinjar (Irak), al otro lado de la frontera que el EI y la guerra han borrado.
Sinjar es uno de los puntos calientes de la ofensiva contra el EI despu¨¦s de que el pasado verano fuese arrasada por los yihadistas, que mataron a cientos de vecinos ¡ªla mayor¨ªa kurdos de religi¨®n yazid¨ª¡ª y provocaron un gran ¨¦xodo. En Sinjar hay movimiento de tropas, afirma Arcadio, mientras al otro lado del tel¨¦fono se oyen disparos y explosiones. El espa?ol asegura haber participado ¨¦l mismo en operaciones de hostigamiento al Estado Isl¨¢mico, por ejemplo la ¨²ltima semana de marzo, cuando junto a otros compa?eros dice que atac¨® una posici¨®n enemiga en un ataque en el que murieron 15 yihadistas.
Reconquistar Sinjar tendr¨ªa una importancia capital ya que as¨ª las fuerzas kurdas cortar¨ªan una de las principales v¨ªas de comunicaci¨®n entre los territorios que controla el EI en Irak y Siria. Sin embargo, las ¨®rdenes no est¨¢n claras ya que en el campo antiyihadista se mezclan diversas organizaciones: adem¨¢s de las YPG, hay milicias yazid¨ªes y cristianas, y militantes de grupos armados de Turqu¨ªa, adem¨¢s de las tropas peshmerga del Gobierno kurdo de Irak. Y los recelos entre estos grupos son m¨¢s que notorios.
Seg¨²n el brigadista ahora es buen momento para la ofensiva pues ¡°la moral del EI est¨¢ hecha pedazos¡± tras haber sido expulsado de la ciudad siria de Kobane o de la iraqu¨ª de Tikrit: ¡°Hemos comprobado c¨®mo en los ataques de las [milicias] YPG, incluso teniendo ellos m¨¢s y mejor armamento y siendo las YPG inferiores en n¨²mero, el Daesh se retira abandonando a sus compa?eros heridos y el armamento¡±. El Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, comparte esta visi¨®n y considera que los ¨²ltimos ataques del EI en pa¨ªses como Yemen o Libia est¨¢n destinados a ¡°contrarrestar la percepci¨®n de su declive en Irak¡±.
En las ¨²ltimas semanas un australiano y un brit¨¢nico han fallecido en las filas de las milicias kurdas. Pero Arcadio asume los riesgos: ¡°Combatiremos hasta que s¨®lo nos quede una bala en el cargador, la que impedir¨¢ que nos capturen con vida. No vamos a dar [al EI] el placer de ejecutarnos en p¨²blico¡±.
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