Irak env¨ªa milicias chi¨ªes a Ramadi pese al riesgo de escalada sectaria
Al menos 500 personas han muerto durante los combates, seg¨²n el Gobierno regional
La ca¨ªda de Ramadi en manos del Estado Isl¨¢mico (EI) ha vencido la resistencia del primer ministro iraqu¨ª, Haider al Abadi, a involucrar a las milicias chi¨ªes en la batalla de Al Anbar. Tres mil milicianos de dicha confesi¨®n se han incorporado este lunes a la base de Habaniya, desde donde las fuerzas gubernamentales preparan el asalto para recuperar la capital de la principal provincia sun¨ª de Irak. El vecino Ir¨¢n, que apoya y arma a esos paramilitares, tambi¨¦n ha ofrecido su ayuda a Bagdad.
El grupo yihadista EI ha respondido movilizando tropas y blindados hacia el este de Ramadi, donde se encuentra la citada base, seg¨²n fuentes militares citadas por Reuters. Cerca de medio millar de personas han muerto en los combates de la semana pasada y unas ocho mil han huido de la ciudad, ha informado el portavoz del gobernador.
Al Abadi se hab¨ªa negado hasta ahora autorizar la participaci¨®n de los grupos conocidos como Hashid Shaabi, literalmente Movilizaci¨®n Popular, por temor a agravar la brecha sectaria entre sun¨ªes y chi¨ªes. Al Anbar, una provincia casi exclusivamente sun¨ª, es el feudo de esa comunidad que se ha siente marginada por la mayor¨ªa chi¨ª desde de que la intervenci¨®n de EEUU derrib¨® a Saddam Husein. Pero el avance del EI, que se hizo con el control de Ramadi el domingo, ha supuesto la mayor derrota para el Gobierno central desde que los terroristas conquistaran Mosul, la tercera ciudad del pa¨ªs, en junio del a?o pasado.
De hecho, aquel golpe llev¨® a la elecci¨®n de Al Abadi como primer ministro, al considerarse que las pol¨ªticas sectarias de su predecesor, Nuri al Maliki, hab¨ªan contribuido al desastre. Al Abadi lleg¨® con la promesa de gobernar para todos e incluir a los sun¨ªes en las fuerzas de seguridad. Pero el prop¨®sito se ha probado complicado.
La formaci¨®n de una Guardia Nacional sigue siendo un proyecto. Aunque algunos voluntarios sun¨ªes se mostrado dispuestos a combatir al EI, los responsables han tenido miedo de armarles por temor a que se pasen al enemigo o le terminen vendiendo las armas. A falta de una fuerza con una significativa presencia de esa comunidad, la batalla para recuperar Al Anbar (al menos la mitad de la provincia est¨¢ en manos del EI desde el a?o pasado) se ha ido retrasando.
A la vista del destacado desempe?o de las milicias en la liberaci¨®n de Tikrit hace mes y medio, algunos jefes tribales sun¨ªes hab¨ªan reclamado su ayuda en Al Anbar, una solicitud que reiteraron el viernes cuando vieron ondear la bandera negra sobre el edificio de la gobernaci¨®n provincial. Pero para otros, el despliegue de los paramilitares chi¨ªes es una prueba m¨¢s de la intenci¨®n del Gobierno de aplastar a su comunidad.
Algunos analistas ponen de relieve los l¨ªmites de los bombardeos a¨¦reos que coordina EEUU, que no han logrado frenar el avance yihadista. ¡°No se explica c¨®mo dice que combaten al EI y con todo su poder¨ªo son incapaz de acabar con esos terroristas; mientras que cuando amenazaban Erbil y los iraqu¨ªes nos pidieron ayuda, nosotros logramos derrotarlos¡±, comentaba a EL PA?S un funcionario iran¨ª convencido de que Washington no pone todo su esfuerzo en el empe?o.
Entre tanto, Teher¨¢n, que ha sido el principal beneficiario del derribo de Saddam, ha ofrecido apoyo a su vecino. ¡°Si el Gobierno iraqu¨ª nos lo pide oficialmente, (¡) la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n responder¨¢ como es debido¡±, ha declarado Ali Akbar Velayati, un asesor del l¨ªder supremo, a Reuters Television. Nada nuevo, a la luz del discurso que el propio ayatol¨¢ Ali Jamenei pronunci¨® el s¨¢bado. ¡°Apoyamos a los oprimidos en la medida en que podemos; es nuestro deber seg¨²n el islam¡±, dijo en referencia a Palestina, Bahr¨¦in y Yemen. Pero tambi¨¦n vale para Irak.
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