¡°Dej¨¦ Twitter y Facebook y mi vida es m¨¢s tranquila¡±
La decana de Educaci¨®n Continuada de la Universidad de Columbia defiende que estar callado con alguien significa m¨¢s que las palabras
?La prisa por contar no distrae nuestra manera de escuchar? Muchas veces lo que no decimos es lo que decimos. Una serie de palabras en determinado orden pueden causar felicidad o tristeza en las personas. Cuando un juez le dice a un prisionero la condena utiliza palabras para cambiar la vida de la gente. En clase hemos tenido una charla muy fruct¨ªfera, por ejemplo, sobre la palabra confianza.
?Qu¨¦ significa? Es mi sensaci¨®n de empat¨ªa con usted, la creencia de que usted va a cuidar de m¨ª, y que usted tiene ese sentimiento rec¨ªproco respecto de m¨ª.
?Por qu¨¦ se siente confianza? Es una necesidad b¨¢sica: desear no estar solo en el mundo y saber que hay alguien a quien le preocupan tus necesidades e intereses.
El sonido del silencio es una imagen visual, no lo oigo, es una vista del? monte Fuji
?La comunicaci¨®n es contra la soledad? No es la ¨²nica manera de combatirla. Los apaches tienen una expresi¨®n, ¡°perder la fe en las palabras¡±. Pensamos que la comunicaci¨®n es un modo de tender puentes hacia la felicidad; ellos creen mejor el silencio.
?Y usted? Ellos creen que es importante estar callados semanas, por ejemplo cuando te enamoras. O cuando alguien acaba de morir. O cuando vuelven los hijos de sus estudios: est¨¢n d¨ªas sin hablarles, para observar c¨®mo han cambiado. Estar callado con alguien significa m¨¢s que las palabras.
Beckett y Joyce pasaban tardes enteras sin decirse nada. Hoy en d¨ªa es dif¨ªcil no distraerse, ?hay tantas maneras de comunicarse! La tecnolog¨ªa ha cambiado la manera de comunicarnos.
?Para bien o para mal? Mi madre tiene 97 a?os. Ya puede llamarme a cualquier lugar del mundo. Y para mal: estamos abrumados de comunicaci¨®n. Hemos de aprender a atender a cosas que exigen atenci¨®n sostenida. Habr¨¢s estado alguna vez en la habitaci¨®n con alguien cuyo m¨®vil suena constantemente: no est¨¢s con el otro, ?est¨¢s con una multitud!
Eso nos vuelve hist¨¦ricos. Eso es lo malo. Una constante descarga de informaci¨®n es lo contrario de lo que hac¨ªan Beckett y Joyce: pasaban tiempo juntos sin hablar, para sentir confianza.
?C¨®mo luchar contra esa histeria? El lenguaje es un arma poderosa; podemos usarlo para cambiar nuestras vidas. Y tenemos elecci¨®n: podemos apagar el m¨®vil, apagar la tele, pero tambi¨¦n podemos encender los aparatos. Hay que recuperar la voluntad de hacer una cosa y no la otra.
Pero, ?c¨®mo? Primero hemos de tener conciencia de que s¨ª podemos ser manipulados. La comunicaci¨®n siempre se ha usado para manipular a la gente, no es nada nuevo. Tenemos nuevas herramientas tecnol¨®gicas que tal vez puedan abrumarnos m¨¢s que antes. Hay que estar vigilante.
Nicholas Carr se pregunt¨® ¡°qu¨¦ est¨¢ haciendo Internet con nuestras mentes¡±. ?Estamos exagerando o hay que alarmarse? Yo me alarmo porque veo que influye en los j¨®venes de forma muy negativa. He decidido dejar Twitter y Facebook y mi vida es m¨¢s tranquila. Pero s¨¦ que hay estudiantes que miran su p¨¢gina de Facebook para ver cu¨¢nto gustan sus posts. Han llegado a identificar su val¨ªa con la cantidad de veces que logran un me gusta. Es una distorsi¨®n terrible: no aprendes a quererte a ti mismo si no es en el espejo de Twitter o Facebook.
Terrible. Pero no funciona que los padres digan: ¡°Vete de ah¨ª¡±. No se trata de poner restricciones, sino de comprender de d¨®nde viene nuestro valor personal.
?No se siente obsoleta diciendo eso? ?Para nada! Cuando lo digo pienso que los estudiantes est¨¢n interesados en saber lo que pueden hacer con su lenguaje.
?Cu¨¢l es el sonido del silencio? ?Qu¨¦ oye usted? Es una imagen visual, no lo oigo. Es una vista del monte Fuji.
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