Obama pone el foco en las injusticias del sistema penal de EE UU
El presidente visita una prisi¨®n en Oklahoma y lanza un intento de reforma de las condenas desproporcionadas por narcotr¨¢fico
En medio de grandes acontecimientos de trascendencia geopol¨ªtica, la Casa Blanca ha acelerado otra de las prioridades del ¨²ltimo a?o y medio de mandato de Barack Obama. La reforma del sistema penal m¨¢s caro del mundo. Obama quiso dar visibilidad el jueves a esta prioridad en la prisi¨®n federal de El Reno, en Oklahoma, donde se convirti¨® en el primer presidente en visitar una instalaci¨®n penitenciaria y hablar con los internos. ¡°Estos son j¨®venes que cometieron errores no muy diferentes de los que yo comet¨ª¡±, dijo Obama, tras escuchar historias de juventud perdida y falta de oportunidades y ver las condiciones de la prisi¨®n.
Estados Unidos tiene 2,2 millones de personas en la c¨¢rcel. El sistema penitenciario tiene m¨¢s habitantes que el estado de Nuevo M¨¦xico. Se trata de la poblaci¨®n carcelaria m¨¢s grande del mundo, por delante de China, y m¨¢s que la de 35 pa¨ªses europeos juntos. Un 25% de las personas encarceladas en el mundo est¨¢n en EE UU, que tiene un 5% de la poblaci¨®n mundial. El sistema cuesta 80.000 millones al a?o.
La causa principal es la desproporci¨®n de las penas respecto a los delitos, una derivada de una ola de campa?as pol¨ªticas en los a?os ochenta y noventa que promet¨ªan dureza contra el crimen. La consecuencia m¨¢s palpable fue la generalizaci¨®n en el pa¨ªs de la llamada ley de los tres errores (three strikes), que impone penas m¨ªnimas para reincidentes a la tercera condena, lo que en la pr¨¢ctica supone encarcelamientos de d¨¦cadas por delitos menores. Las penas en EE UU ¡°son desproporcionadas respecto a los delitos¡±, dijo Obama el mi¨¦rcoles. ¡°Si eres un traficante peque?o, o si violas la condicional, tienes una deuda con la sociedad, pero no debes 20 a?os¡±.
Quiz¨¢ la Casa Blanca no ten¨ªa planeado que el hist¨®rico acuerdo sobre el programa nuclear de Ir¨¢n coincidiera en fechas con la intensa campa?a que Obama ha desplegado esta semana para poner la reforma del sistema penal en el centro de la conversaci¨®n de EE UU y que ha quedado enterrado informativamente por los acontecimientos de Viena. Pero el lunes Obama empez¨® por dar ejemplo al conmutar la pena a 46 presos de c¨¢rceles federales. Saldr¨¢n de prisi¨®n en noviembre. Hasta ahora ha conmutado las penas de 89 personas, en su gran mayor¨ªa condenados por peque?os delitos de drogas. ¡°Su castigo no correspond¨ªa con el delito¡±, dijo Obama. El mi¨¦rcoles, dio un discurso ante el mayor lobby afroamericano del pa¨ªs (NAACP) en el que critic¨® el sesgo racial del sistema carcelario, otro de los argumentos para la reforma: el 60% de los presos son negros o hispanos. Un negro de cada 35 est¨¢ en prisi¨®n, un hispano de cada 88 y un blanco de cada 214.
La reforma del sistema penal est¨¢ en marcha en estados de distinto signo pol¨ªtico como Texas, un estado tradicionalmente duro en materia criminal, o California es el ¨²nico estado que ha aprobado este tipo de reforma en una votaci¨®n. Dos d¨¦cadas despu¨¦s de aprobar de manera entusiasta la ley de los tres errores, el a?o pasado aprob¨® por gran mayor¨ªa en las urnas la llamada Proposici¨®n 47, que reclasifica delitos como faltas con efecto retroactivo y tiene como consecuencia la salida autom¨¢tica de prisi¨®n de miles de personas con delitos menores que cumpl¨ªan d¨¦cadas de condena.
Al menos tres iniciativas para introducir reformas en el sistema penal, a pesar de tener apoyo bipartito, se encuentran a la espera de tramitaci¨®n en el Congreso, atrapadas entre el calendario legislativo y las dudas sobre el apoyo entre legisladores que se presentan como duros contra el crimen. Uno de los proyectos, apoyado por el senador republicano del Tea Party Richard Rubin, por el candidato Rand Paul y por el senador dem¨®crata Richard Durbin, elimina las penas m¨ªnimas por posesi¨®n de drogas. Otro, tambi¨¦n presentado por senadores de los dos partidos, aprobar¨ªa un sistema de reducci¨®n de penas a cambio de la participaci¨®n en programas de trabajo. Un tercer proyecto que combina varias de estas medidas, tambi¨¦n apoyado por representantes de los dos partidos, espera su turno en el Comit¨¦ de Justicia.
Seg¨²n se acerquen las elecciones de 2016, especialmente en su etapa de primarias, la polarizaci¨®n har¨¢ cada vez m¨¢s dif¨ªcil que el Congreso encuentre las mayor¨ªas necesarias para colaborar con Obama en el asunto m¨¢s importante de pol¨ªtica interior de su mandato junto con las medidas ejecutivas para ayudar a los inmigrantes irregulares.
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