Guerra generacional en el c¨¢rtel de Sinaloa
La fuga de El Chapo apacigua las fricciones en la c¨²pula, reagrupada durante su tiempo en prisi¨®n en torno a sus hijos y los viejos narcos
En Sinaloa, la tierra que vio nacer al poderoso c¨¢rtel mexicano, cuentan una an¨¦cdota que sucedi¨® hace algunos meses. Iv¨¢n Archivaldo, uno de los hijos de Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n, tom¨® la carretera hacia Tacuichamona acompa?ado de sus sicarios. Se dirig¨ªa a un poblado al sur de Culiac¨¢n, la capital del Estado, para ajustar cuentas con uno de sus traficantes. A mitad de camino, cuando estaban por entrar a El Salado, son¨® la radio. ¡°Devu¨¦lvanse¡±, le dijeron. La voz era de un alto mando de Ismael Zambada, El Mayo, uno de los l¨ªderes de la organizaci¨®n, originario de ese rancho. El Mayo dibuj¨® una l¨ªnea invisible en su territorio que tuvo que ser respetada por los hijos de su socio.
Cuando El Chapo lleg¨® a la c¨¢rcel del Altiplano, en febrero de 2014, dio una orden salom¨®nica a trav¨¦s de sus abogados. Su participaci¨®n en el cartel deb¨ªa ser repartida a partes iguales entre sus hijos mayores, Iv¨¢n Archivaldo y Jes¨²s Alfredo, y su mano derecha, D¨¢maso L¨®pez N¨²?ez, llamado El licenciado.?Este ¨²ltimo se sum¨® a la organizaci¨®n criminal despu¨¦s de haber sido director de seguridad interna del penal de m¨¢xima seguridad de Jalisco. Renunci¨® a su cargo a finales del a?o 2000, un mes antes de que El Chapo se fugara en enero de 2001 en un carrito de lavander¨ªa, seg¨²n la versi¨®n oficial.
El reparto no gust¨® a sus v¨¢stagos que, nacidos en la d¨¦cada de los ochenta, tienen una visi¨®n diferente del negocio. Durante los 16 meses que El Chapo estuvo en El Altiplano, la c¨²pula de la organizaci¨®n delictiva sufri¨® fricciones provocadas por el encuentro de dos generaciones con mentalidades criminales diferentes. Los liderazgos hist¨®ricos de El Mayo Zambada, de 67 a?os, y Juan Jos¨¦ Esparragoza El Azul, de 66 ¡ªque se dice muri¨® de un infarto en 2014, aunque no se ha confirmado oficialmente¡ª, tuvieron que convivir con los narcojuniors. Los viejos, acostumbrados al bajo perfil, han tenido sus malos entendidos con los j¨®venes, que prefieren la parranda y la opulencia.
¡°Iv¨¢n Archivaldo tom¨® el narcomenudeo de Culiac¨¢n, que siempre ha sido de El Mayo¡±, relata Javier Valdez, periodista del semanario R¨ªo Doce. Otros coinciden con este an¨¢lisis. ¡°Quer¨ªa todo. Comenz¨® a cobrar m¨¢s a los traficantes y provoc¨® tensiones y resquemores entre los soldados y la gente de abajo¡±, dice el reportero Mart¨ªn Dur¨¢n.
Algunos creen que el ajuste en la direcci¨®n desat¨® una limpia en la base del vasto ej¨¦rcito criminal. Eso explicar¨ªa el repunte de homicidios en Sinaloa. Abril y mayo han sido los meses m¨¢s violentos en un a?o (147 y 176 homicidios, respectivamente). ¡°Jefes de medio nivel de El Mayo han sido asesinados por gente de El Chapo y no ha pasado nada. Al final, los jefes siempre cauterizan y concilian. Es sorprendente¡±, dice Valdez.
Negocio millonario
Estos incidentes sanguinarios poco afectan a los negocios de la estructura, valorados en 3.000 millones de d¨®lares. ¡°La organizaci¨®n es una reliquia del tr¨¢fico de drogas, de amplia cobertura geogr¨¢fica¡±, explica Javier Oliva, un analista de seguridad nacional de la Universidad Nacional de M¨¦xico. En una ¨¦poca donde los delincuentes de otros grupos se disputan el control de ciudades, el cartel de Sinaloa es la ¨²nica red criminal que mantiene las rutas de trasiego de narc¨®ticos hacia Estados Unidos que surgieron en el siglo pasado al amparo del Gobierno mexicano.
Oliva explica que la organizaci¨®n tiene un gran apoyo local. ¡°Son sanguinarios con sus enemigos, pero no act¨²an contra la sociedad¡±, se?ala. A diferencia de otros c¨¢rteles, no extorsionan ni secuestran, sino que se enfocan en el comercio il¨ªcito de drogas.
La fuga de Joaqu¨ªn Guzm¨¢n significa que habr¨¢ reajustes en la c¨²pula de la organizaci¨®n. En Sinaloa dejan claro que no se trata de un retorno. ¡°Nunca se fue¡±, dice Valdez. Su presencia, incorp¨®rea o no, acabar¨¢ con los malos entendidos entre los capos. Sin embargo, El Chapo tendr¨¢ que seguir la estela de bajo perfil del Mayo Zambada para evitar una tercera captura. Su socio suma cinco d¨¦cadas a salto de mata. Las autoridades no lo han detenido nunca.
Una gran red para blanqueo de dinero
El control territorial asegura al cartel de Sinaloa el ingreso mensual de dos toneladas de coca¨ªna y diez de marihuana en m¨¢s de un millar de ciudades de Estados Unidos, seg¨²n el departamento de Justicia. El departamento del Tesoro calcula que un cuarto de todas las drogas que se consumen en ese pa¨ªs llegaron por gestiones de los sinaloenses.
Las ganancias de esas ventas se blanquean a trav¨¦s de una red de m¨¢s de 280 negocios en 10 pa¨ªses. El grupo ha tratado de importar droga a Europa proveniente de Bolivia, Colombia y Panam¨¢.
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