El ¡®plan b¡¯ del ¡®Grexit¡¯ abre un nuevo frente a Tsipras
El primer ministro se ve obligado a explicar el programa de emergencia
Tras sofocar te¨®ricamente hasta septiembre la rebeli¨®n en Syriza y tener que dar la cara en el Parlamento por su exministro de Finanzas, Yanis Varoufakis ¡ªel cr¨ªtico m¨¢s famoso de su bancada¡ª, el primer ministro Alexis Tsipras s¨®lo tiene ahora una tarea pendiente, la negociaci¨®n del tercer rescate. Eso siempre que la troika reconvertida en cuarteto ¡ªcon el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera¡ª no exija nuevas reformas (homologaci¨®n del r¨¦gimen fiscal agrario, supresi¨®n de las jubilaciones anticipadas) como condici¨®n para la nueva ayuda de 86.000 millones de euros.
Esas exigencias complementarias podr¨ªan fracturar el grupo parlamentario de Syriza incluso antes de que el partido celebre su congreso extraordinario, en septiembre. El pasado jueves, 17 miembros del comit¨¦ central ¡ªentre ellos, tres diputados¡ª dimitieron por disconformidad con el Ejecutivo.
La prodigalidad verbal de Varoufakis ha causado esta semana a Tsipras otro quebradero de cabeza. El primer ministro tuvo que enfrentarse el viernes a toda una r¨¢faga huracanada de preguntas parlamentarias ¡ªs¨®lo 25, de Nueva Democracia¡ª por las revelaciones del exministro de Finanzas sobre el dise?o por parte de un gabinete de crisis de un sistema para una eventual salida del euro, y un complejo mecanismo para eludir las limitaciones de un eventual corralito ordenado por la antigua troika. Tsipras reconoci¨® que exist¨ªa un inevitable ¡°plan de contingencia¡± dada la falta de liquidez, pero neg¨® que persiguiera volver al dracma.
¡°No dise?amos ni tuvimos un plan para sacar al pa¨ªs del euro, pero ten¨ªamos planes de emergencia¡±, dijo. ¡°Si nuestros compa?eros y prestamistas hab¨ªan preparado un plan para el Grexit, ?no deber¨ªamos como Gobierno haber preparado nuestra defensa?¡±, remarc¨® Tsipras, que defendi¨® sin ambages a su exministro, asegurando que habr¨ªa sido muy ingenuo no prepararse por si tocaba salir de la eurozona.
Las palabras de Varoufakis han activado los mecanismos de la justicia. El fiscal general griego examina los posibles delitos penales presuntamente cometidos por ese ¡°grupo de trabajo¡± de cinco miembros, entre ellos el economista James Galbraith, colega de Varoufakis y uno de los numerosos asesores que trabajan gratis para el Ejecutivo de Tsipras. Entre los cargos que se barajan figuran los de incumplimiento del deber, violaci¨®n de las normas monetarias, pertenencia a organizaci¨®n criminal y violaci¨®n de datos confidenciales por piratear el sistema inform¨¢tico del registro de Hacienda griego.
A Varoufakis, adem¨¢s, le podr¨ªa caer una imputaci¨®n por traici¨®n, si prosperan sendas demandas presentadas por un particular y un peque?o partido centrista; delito que est¨¢ penado con c¨¢rcel.
Aunque hay muchos flecos pendientes ¡ªsi de verdad, como ha asegurado Varoufakis, el registro de Hacienda est¨¢ bajo control de la troika; cu¨¢l fue el papel que desempe?¨® un extranjero como Galbraith en asuntos tan dom¨¦sticos como el manejo del fisco; el hecho en s¨ª de la judicializaci¨®n de un hipot¨¦tico Grexit¡ª, ni Tsipras ni Varoufakis han dado marcha atr¨¢s. Todo estaba preparado, pues, para salir, o no, del euro. Quien finalmente no apret¨® el bot¨®n nuclear fue Tsipras.
El exministro de Finanzas ha insistido en la conveniencia de ese plan B¡ o plan X, como le llamaron sus creadores, en contraste con el plan Z del Banco central Europeo (BCE) de 2012 (el cl¨ªmax de la crisis del euro). Varoufakis ha argumentado que hab¨ªa buenos argumentos tanto para apretar ese bot¨®n de emergencia, como para no hacerlo.
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