¡°La falta de satisfacci¨®n con Dilma no significa el apoyo a su salida¡±

Renato Meirelles aprendi¨® a ver Brasil a trav¨¦s de los ojos de los m¨¢s pobres. Su empresa de investigaci¨®n, Data Popular, naci¨® para leer el comportamiento de este grupo, que representa, en realidad, la mayor¨ªa de las familias brasile?as (66% vive con poco m¨¢s de 2.000 reales al mes, 580 d¨®lares). Esta cercan¨ªa le ayud¨® a anticipar diferentes movimientos en la econom¨ªa ¡ªcomo la explosi¨®n de la clase C a partir de 2004, los hijos de familias pobres venidas a m¨¢s¡ª y en la pol¨ªtica ¡ª¨¦l predijo a principios de 2013 que habr¨ªa una presi¨®n popular cada vez m¨¢s fuerte por servicios p¨²blicos de calidad, el lema de las manifestaciones de junio de ese a?o. En este momento, ve el juego de l¨ªderes nebuloso, con un Gobierno y una oposici¨®n que no logran presentar perspectivas de futuro.

Pregunta. Ha sido una ¨²ltima semana de tensi¨®n, con el Congreso desgobernado, y un debate expl¨ªcito sobre el impeachment (destituci¨®n) de Dilma Rousseff. ?C¨®mo est¨¢ esa situaci¨®n en la cabeza de los brasile?os?

Respuesta. La decisi¨®n del futuro del pa¨ªs est¨¢ en manos de una pelea entre hinchadas y los brasile?os se dan cuenta de esto. No se puede poner la estabilidad del pa¨ªs debajo de los intereses pol¨ªticos. Aunque la gente est¨¦ descontenta con el Gobierno, se preguntan cu¨¢l es el verdadero inter¨¦s de una destituci¨®n. Es un error confundir a quienes est¨¢n insatisfechos con el Gobierno con un apoyo a la salida de Dilma.

En la cabeza de la gente, la gasolina est¨¢ m¨¢s cara porque hab¨ªa corrupci¨®n en Petrobras y estamos pagando este robo

P. ?La oposici¨®n no est¨¢ logrando ganar el terreno que el Gobierno est¨¢ perdiendo?

R. Si una encuesta de intenci¨®n de voto muestra, por ejemplo, que el senador A¨¦cio Neves estar¨ªa por delante si la elecci¨®n fuera hoy, es mucho m¨¢s por ser el nombre m¨¢s conocido de la oposici¨®n. ?l es el im¨¢n de los insatisfechos. Pero est¨¢ lejos de ganar los corazones y las mentes de las personas. Y est¨¢ todav¨ªa m¨¢s lejos de conquistar las personas que son hu¨¦rfanas del presidente Lula.

P. ?Tenemos muchos hu¨¦rfanos?

R. Tenemos m¨¢s hu¨¦rfanos que opositores.

P. ?Hu¨¦rfanos de Lula?

R. Hu¨¦rfano de un l¨ªder que defienda el estado de la igualdad de oportunidades.

P. ?La ira contra Dilma es solamente por la econom¨ªa?

R. Si echamos un vistazo a algunos de los principales indicadores econ¨®micos, tales como el desempleo, las reservas internacionales, o el promedio de la escolaridad de los trabajadores, en la pr¨¢ctica tenemos mejores indicadores hoy que los de antes, en 2008, el a?o de otra gran crisis. ?Qu¨¦ diferencia esos dos momentos? El no saber ad¨®nde vamos. ?Brasil est¨¢ en una crisis econ¨®mica? Es evidente que s¨ª. S¨®lo tienes que salir a la calle. ?Brasil est¨¢ en una crisis moral y ¨¦tica? Por supuesto que s¨ª. ?Son las m¨¢s grandes de Brasil? No. La crisis m¨¢s grande de Brasil es la de la falta de perspectiva.

P. ?Qu¨¦ es peor para la poblaci¨®n de la base de la pir¨¢mide: Lava Jato o la inflaci¨®n que se comi¨® su sueldo?

R. Hemos investigado mucho ese tema en Data Popular. Y, b¨¢sicamente, vemos que la corrupci¨®n termina siendo vista como la gran responsable por la subida de precios, por ejemplo... ?Por qu¨¦ el precio de la gasolina aument¨®? En la cabeza de la gente, la gasolina est¨¢ m¨¢s cara porque hab¨ªa corrupci¨®n en Petrobras y estamos pagando este robo con el aumento de la gasolina.

P. Aunque no sea exactamente esa la l¨®gica, no es del todo equivocado, si hablamos de la gesti¨®n de la empresa...

R. Mi trabajo es la percepci¨®n de la opini¨®n p¨²blica. La corrupci¨®n apareci¨® como la gran villana. Pero vamos a mirar el historial. En 2013 hubo marchas porque los est¨¢ndares de calidad y exigencia de los que utilizaban los servicios p¨²blicos hab¨ªan cambiado. Las personas hab¨ªan salido de 2010 con una perspectiva gigantesca de mejora de vida y no estaba mejorando. Los Gobiernos, en todos los niveles, no se dieron cuenta de este cambio. Pero los brasile?os pensaban: "Yo estoy haciendo mi parte y el Gobierno no est¨¢ haciendo la de ¨¦l". Luego vino el Mundial. Y en seguida, el proceso electoral m¨¢s pesado, y la percepci¨®n de que la crisis hab¨ªa comenzado a crecer. Empezamos las elecciones con el 71% de los votantes queriendo un cambio. ?Qu¨¦ pas¨® despu¨¦s? Reto a cualquier brasile?o a decirme cinco medidas positivas tomadas por el Gobierno despu¨¦s de la segunda vuelta.

P. ?No se puede decir que las manifestaciones actuales representan a Brasil?

R. Ellas representan el 20% m¨¢s rico de Brasil. Esto no significa que el resto est¨¦ satisfecho. Pero los que est¨¢n decepcionados son m¨¢s numerosos que los opositores radicales. Cuando las encuestas preguntan: ?Usted apoya las manifestaciones? Todo el mundo apoya, dice "estoy a favor". Pero eso no dura 30 segundos de reflexi¨®n. Y luego en la investigaci¨®n cualitativa, ellos no saben a qui¨¦n le ir¨ªa mejor, no tienen propuesta de futuro.

P. ?Una propuesta de impeachment puede seguir adelante?

R. El impeachment es un proceso legal, o sea, no se trata de un golpe. Pero es pol¨ªtico. Por lo tanto, est¨¢ sujeto a influencias pol¨ªticas, perspectivas de poder y confabulaciones internas. Sujeto a negociaciones como moneda de cambio por alguien que est¨¢ siendo investigado por la Fiscal¨ªa. Puede que no tengamos una apertura del proceso de impeachment por un tema legal, o como un abrazo a los ahogados del presidente de la C¨¢mara. En este juego pol¨ªtico todo cabe. Creer que la poblaci¨®n que dice defender el impeachment no puede ser influenciada por el debate es un error.

P. En otras palabras, ?la batalla del impeachment est¨¢ lejos de ser ganada?

R. Est¨¢ totalmente lejos. Ni para un lado ni para el otro. Es la ra¨ªz de la crisis de perspectiva. Cuando ponemos la siguiente pregunta en las encuestas "Cuando digo futuro, ?cu¨¢l es la palabra que aparece?", la gente se queda en silencio.

P. Cuando ustedes hac¨ªan esa misma pregunta hace unos a?os, ?cu¨¢les fueron las respuestas?

R. Siempre fue: ver a mi hijo graduarse, ser due?o de mi negocio, que yo me grad¨²e. Poder viajar al extranjero, tener mi casa. Hoy en d¨ªa hay silencio. Y despu¨¦s de un largo tiempo, contestan: la incertidumbre, la oscuridad. Porque no hay ninguna perspectiva. Cuando hubo la destituci¨®n de Collor, hab¨ªa perspectiva. No hab¨ªa solo revuelta. Esta vez no hay. Y la oposici¨®n no logr¨® capacitar a personas con la visi¨®n de ser un estadista. Un verdadero l¨ªder capaz de ofrecer perspectivas de futuro. El mayor error de la oposici¨®n es lo que fortalece a Lula. ?l se presenta como la ¨²nica opci¨®n efectiva. Ahora no es Lula el que insulta a la prensa. Pero s¨ª el que mira hacia adelante, el responsable por los cambios m¨¢s importantes del pa¨ªs.

P. ?Un encuentro entre Fernando Henrique y Dilma ser¨ªa revolucionario hoy en d¨ªa?

R. Los dos ganar¨ªan, sin miedo a equivocarme. El brasile?o no admite m¨¢s pol¨ªticos que act¨²an como candidatos, se buscan estadistas. Quien ocupe ese papel gana el electorado.