Egipto blinda a la polic¨ªa y restringe libertades en su ley antiterrorista
La norma prev¨¦ una protecci¨®n especial para polic¨ªas y militares en el uso de la fuerza
El presidente egipcio, Abdelfat¨¢ al Sisi, sancion¨® la noche del domingo una nueva ley antiterrorista que blinda legalmente las fuerzas del orden, crea tribunales especiales e impone severos l¨ªmites a la libertad de prensa. La legislaci¨®n fue redactada por el Ejecutivo a principios de julio, tan solo d¨ªas despu¨¦s del asesinato del fiscal general por parte de una envalentonada insurgencia, y constituye la clave de b¨®veda de la arquitectura legal de la represi¨®n desatada tras el golpe de Estado del verano de 2013. Las organizaciones de derechos humanos han censurado la legislaci¨®n, pues temen que se aplique contra cualquier movimiento opositor.
Una insurgencia m¨¢s mort¨ªfera tras el golpe de Estado
Desde el golpe de Estado de 2013, Egipto padece un goteo diario de atentados terroristas a manos de una oscura y variopinta insurgencia que se han cobrado centenares de vidas. Seg¨²n el recuento del instituto TIMEP, cerca de un 60% de los ataques, que se han multiplicado durante los ¨²ltimos seis meses, no son reivindicados por ning¨²n grupo terrorista.
El grupo que ha ejecutado los atentados m¨¢s sangrientos y sofisticados es Wilayat Sina¨ª (Provincia del Sina¨ª), que jur¨® lealtad al autodenominado Estado Isl¨¢mico hace unos meses. El grupo yihadista, que tiene su base de operaciones en la provincia del Sina¨ª, ya exist¨ªa antes del golpe de Estado bajo el nombre Ansar Bait Al Maqdis, pero sus capacidades y cifra estimada de militantes se multiplic¨® tras el derrocamiento del presidente islamista Mohamed Morsi.
Otros dos grupos han asumido un rol importante en el seno de la insurgencia, que no cuenta con ning¨²n ¨®rgano de coordinaci¨®n: Anjad Masr y el Movimiento de la Alianza Popular. Ambos fueron creados a ra¨ªz de la asonada, y los analistas del TIMEP describen su ideolog¨ªa como ¡°islamo-nacionalista¡±. Mayoritariamente, sus ataques tienen como blanco las fuerzas de seguridad y evitan causar v¨ªctimas civiles. Por esta raz¨®n y otras de su modus operandi, no est¨¢n considerados grupos yihadistas.
Seg¨²n el Gobierno, todos estos grupos est¨¢n controlados por los Hermanos Musulmanes, que fue declarada ¡°organizaci¨®n terrorista¡± en diciembre de 2013. Sin embargo, los expertos dudan de la veracidad de esta aseveraci¨®n, sobre todo por lo que respecta a Wilayat Sina¨ª, que ha descalificado a los Hermanos Musulmanes como ¡°infieles¡± por creer en la democracia. Ahora bien, es muy probable que las diversas milicias insurgentes se nutran de j¨®venes miembros de la cofrad¨ªa islamista frustrados por su rechazo a la lucha armada.
¡°En la pr¨¢ctica, esta ley elimina las libertades de asociaci¨®n, expresi¨®n y reuni¨®n. No s¨®lo viola las convenciones internacionales firmadas por Egipto, sino incluso su propia Constituci¨®n¡±, critica Mohamed Elmessiry, un investigador de Amnist¨ªa Internacional. ¡°Tambi¨¦n viola el derecho de los acusados a un juicio justo al retirar algunas garant¨ªas procesales¡±, a?ade Elmessiry, que expres¨® su preocupaci¨®n por la supresi¨®n del m¨¢ximo de dos a?os de prisi¨®n preventiva.
La legislaci¨®n recoge la creaci¨®n de tribunales especiales con el objetivo de acelerar los juicios contra los sospechosos de terrorismo, seg¨²n ha informado la prensa oficialista. Asimismo, endurece las condenas por varios delitos relacionados con el terrorismo, cuya definici¨®n es muy vaga e incluye ¡°da?ar la unidad nacional¡±. Por ejemplo, el castigo por ¡°incitar a la violencia¡± ser¨¢ de entre cinco y siete a?os, y por pertenencia a una banda armada, la pena capital.
Uno de los aspectos m¨¢s criticados de la controvertida ley es la inclusi¨®n de un art¨ªculo, el n¨²mero 35, que impone elevadas multas a los periodistas que no se limiten a ofrecer la versi¨®n oficial tras un atentado. En concreto, las sanciones oscilan entre las 200.000 y las 500.000 libras (entre 27.000 y 58.000 euros), una cifra desorbitada en un pa¨ªs con un salario m¨ªnimo mensual que apenas supera las 1.000 libras (115 euros). Sin embargo, en una primera versi¨®n de la ley, modificada ante la presi¨®n del sindicato de periodistas, se establec¨ªa una pena de dos a?os de c¨¢rcel.
Un Estado de emergencia camuflado
Otra pol¨¦mica provisi¨®n es la que otorga inmunidad a las fuerzas de seguridad por el uso de la fuerza cuando ¡°se enfrenten a una amenaza real e inminente¡± en la implementaci¨®n de la nueva legislaci¨®n. La polic¨ªa y el Ej¨¦rcito han sido acusados por las organizaciones civiles y la prensa de actuar con una excesiva brutalidad en la dispersi¨®n de manifestaciones y en el trato de los sospechosos arrestados.
Precisamente, el pasado viernes tuvo lugar el segundo aniversario de la masacre de Rabaa al Audawiya, como se conoc¨ªa el campamento de protesta erigido en El Cairo por parte de los simpatizantes del presidente depuesto, el islamista Mohamed Morsi. En el sangriento desalojo de los manifestantes fallecieron cerca de un millar de personas. No obstante, como ha denunciado la ONG Human Rights Watch, ning¨²n responsable policial ha sido procesado. En el aniversario de la matanza, apenas se registraron protestas por parte del partido de Morsi, los Hermanos Musulmanes, descabezados por los arrestos y debilitados por una grave crisis interna.
Con la nueva legislaci¨®n, el r¨¦gimen de Al Sisi dobla su apuesta de legitimar su Gobierno en la lucha antiterrorista. Desde el golpe de Estado, Egipto padece el azote de una insurgencia de car¨¢cter islamista formada por diversos grupos y que se ha cobrado la vida de centenares de agentes de las fuerzas de seguridad. El pasado mes de febrero, el presidente egipcio ya aprob¨® una nueva ley antiterrorista bajo la presi¨®n popular por las expectativas creadas por el Ejecutivo de poner fin al continuo goteo de atentados.
¡°Esta norma nos retrotrae al periodo de Mubarak, pues otorga al Gobierno poderes muy parecidos a los del Estado de emergencia¡±, apunta Elmessiry. Durante las tres d¨¦cadas que gobern¨® Egipto el exdictador, destronado por la revoluci¨®n de 2011, estuvo siempre en vigor la ley de emergencia. No obstante, en muchos aspectos la actual ola de represi¨®n es m¨¢s intensa. Mientras, los Hermanos Musulmanes ¡ªtolerados bajo el r¨¦gimen de Mubarak¡ª actualmente est¨¢n considerados una ¡°organizaci¨®n terrorista¡± y decenas de sus l¨ªderes y simpatizantes han sido condenados a la pena capital. Por su parte, la cofrad¨ªa islamista insiste en que su resistencia utiliza ¨²nicamente m¨¦todos no violentos.
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