Merkel se enfrenta a la oposici¨®n interna por dar paso a los refugiados
La conservadora CSU considera la decisi¨®n de la canciller "una se?al totalmente err¨®nea"
La reuni¨®n celebrada ayer en la Canciller¨ªa de Berl¨ªn fue una de las m¨¢s tensas que se recuerdan entre los tres socios que gobiernan Alemania. Los socialcristianos b¨¢varos de la CSU ¡ªpartido hermano, pero independiente, de los democristianos de la CDU¡ª arremetieron antes del encuentro contra la canciller, Angela Merkel, por permitir en la noche del viernes el paso de miles de refugiados que se agolpaban en Hungr¨ªa. El sector m¨¢s conservador de la CDU tampoco ve con buenos ojos una decisi¨®n que, creen, puede tener efecto llamada. Apoyan a la canciller la gran mayor¨ªa de su partido y los socialdem¨®cratas del SPD.
Al mismo tiempo que una multitud recib¨ªa en M¨²nich, la capital de Baviera, con aplausos y carteles de bienvenida a los miles de refugiados que iban llegando a la estaci¨®n de ferrocarriles, los l¨ªderes de la CSU, el partido que gobierna este Estado federal desde 1957, se lanzaban contra la persona que permiti¨® la llegada de esos trenes.
Apoyo ciudadano a la pol¨ªtica de asilo alemana
La mayor¨ªa de los alemanes est¨¢ a favor de seguir acogiendo por lo menos a tantos refugiados como hasta ahora. Una reciente encuesta de la televisi¨®n p¨²blica ARD mostr¨® que un 37% de los consultados est¨¢ a favor de mantener el n¨²mero de asilados pol¨ªticos; y un 22% preferir¨ªa conceder m¨¢s. En cambio, un 33% considera que Alemania debe restringir su derecho de asilo pol¨ªtico.
Adem¨¢s, seis de cada 10 ciudadanos dicen no sentir miedo ante las llegadas cada vez m¨¢s numerosas de refugiados. Los recelos son mayores en la parte oriental del pa¨ªs: el 46% de los ciudadanos del este dice tener miedo, frente a un 36% en el oeste. El Gobierno prev¨¦ recibir este a?o a 800.000 refugiados, el m¨¢ximo hist¨®rico. Solo en agosto llegaron m¨¢s de 100.000.
¡°El permiso para viajar a Alemania concedido a los refugiados de Hungr¨ªa es una se?al completamente err¨®nea que es necesario corregir¡±, dijo el ministro del Interior b¨¢varo, Joachim Herrmann. ¡°Hay que parar la afluencia masiva de refugiados que solo van a Alemania¡±, a?ad¨ªa el secretario general de la CSU, Andreas Scheuer. En un comunicado hecho p¨²blico en la tarde del s¨¢bado, Merkel recalc¨® que el permiso para viajar hab¨ªa sido tan solo ¡°una excepci¨®n¡± con motivo de la situaci¨®n de emergencia que viv¨ªan los solicitantes de asilo.
Es habitual que la CSU, un partido m¨¢s conservador que sus hermanos democristianos del resto del pa¨ªs, se exprese en t¨¦rminos duros sobre asuntos conflictivos, ya sea la crisis griega o la integraci¨®n de los extranjeros. El pasado diciembre, por ejemplo, propusieron que se obligara a los inmigrantes a hablar alem¨¢n en sus casas. Ante la oleada de cr¨ªticas, dieron marcha atr¨¢s. Pero la actual indignaci¨®n de los socialcristianos no se explica solo por motivos ideol¨®gicos. Tambi¨¦n influye la geograf¨ªa. La mayor¨ªa de refugiados procedentes del este entran en Alemania por la frontera austriaca, lim¨ªtrofe con Baviera. La mitad de las m¨¢s de 13.000 personas que llegaron el fin de semana a M¨²nich se quedar¨¢n en Baviera, mientras que el resto se distribuir¨¢ por otros Estados alemanes.
El reparto de refugiados dentro del pa¨ªs se hace a trav¨¦s de un sistema de cuotas que tiene en cuenta la poblaci¨®n y los ingresos fiscales de los 16 Estados federados. Como resultado de este sistema, conocido como la f¨®rmula de K?nigstein, el Estado que m¨¢s solicitantes de asilo acoge es Renania del Norte-Westfalia, el m¨¢s poblado de Alemania, seguido por Baviera, al que este a?o le corresponde una cuota en torno al 15%.
Adem¨¢s de la pol¨¦mica del fin de semana, los l¨ªderes de los tres partidos de la gran coalici¨®n gobernante abordaron en la reuni¨®n de ayer en Berl¨ªn distintos aspectos de la crisis migratoria, como el camino para lograr que todos los reci¨¦n llegados tengan un alojamiento adecuado antes de que llegue el invierno o la financiaci¨®n suplementaria que van a requerir los Estados. Seg¨²n los c¨¢lculos de la edici¨®n dominical del Frankfurter Allgemeine Zeitung, los costes relacionados con los refugiados ascender¨¢n este a?o a 10.000 millones de euros.
El Gobierno de Merkel est¨¢ preocupado tratando de evitar que la extremadamente dif¨ªcil situaci¨®n se les vaya de las manos. Temen que si empieza a haber problemas se venga abajo el ambiente favorable con el que la mayor¨ªa de ciudadanos est¨¢ recibiendo la oleada migratoria. Pese a las peleas entre los socios de coalici¨®n, la CDU conf¨ªa en que el encuentro de los tres partidos sirva para buscar soluciones. ¡°La situaci¨®n es demasiado grave para perder el tiempo en peleas internas. Estoy seguro de que la reuni¨®n concluir¨¢ con un acuerdo¡±, se?alaba a EL PA?S el diputado Wolfgang Bosbach en la tarde de ayer.
Tensiones externas
Las tensiones de Merkel con sus socios de la CSU se unen a las que ha tenido con otros l¨ªderes de la UE en su pelea por lograr un reparto m¨¢s equitativo de los refugiados que llegan a Europa. En el Gobierno alem¨¢n tambi¨¦n se oyen cr¨ªticas contra la Comisi¨®n Europea por haber reaccionado demasiado tarde y con poca energ¨ªa a la crisis migratoria.
El organismo del Gobierno alem¨¢n responsable de la emigraci¨®n y refugiados gener¨® a finales de agosto a¨²n m¨¢s problemas al conocerse el contenido de un documento interno que anunciaba que los demandantes de asilo procedentes de Siria no ser¨ªan devueltos al pa¨ªs por el que entraron en la UE, como establece la norma, sino que podr¨ªan quedarse en Alemania.
Una iniciativa pensada para ahorrar costes y acelerar los procesos se convirti¨® en un conflicto diplom¨¢tico cuando Gobiernos como el de Austria y Hungr¨ªa achacaron a Alemania haber lanzado una invitaci¨®n formal a todos los sirios a refugiarse en el pa¨ªs. Fuentes del Gobierno alem¨¢n admiten el error que supuso infravalorar el contenido de un documento no pensado para hacerse p¨²blico. ¡°No estamos ante un problema europeo, sino ante un problema de alem¨¢n¡±, dijo el jueves en Bruselas el primer ministro h¨²ngaro: unas declaraciones que en Berl¨ªn se interpretaron como una pu?alada.
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