La otra crisis de refugiados
De un plumazo, m¨¢s de 200.000 dominicanos descendientes de haitianos se convirtieron en ap¨¢tridas
Los vecinos dominicanos de Yanique, los mismos con los que hab¨ªa vivido y trabajado durante d¨¦cadas, golpearon a su puerta en mitad de la noche, grit¨¢ndole de forma violenta que abandonara el pa¨ªs. Yanique, embarazada y aterrorizada, junt¨® todo lo que pudo y sali¨® por la puerta trasera. Abandon¨® la ciudad escondida en la parte trasera de una camioneta. A la ma?ana siguiente, estaba en un campamento improvisado de tiendas construidas con prisa de lona, pl¨¢stico y hojalata.
Yanique es una de las cerca de 2.000 personas refugiadas en Anse-¨¤-Pitre, un remoto pueblo en la frontera haitiana, que desde junio ha visto crecer dos de los m¨²ltiples campamentos que albergan m¨¢s de 63.000 haitianos y dominicanos que huyeron de la Rep¨²blica Dominicana. Las noticias de abusos de los derechos humanos, violencia de mafias y discriminaci¨®n contra los negros avivaron el miedo a ser perseguidos por su raza; muchos se fueron con lo puesto. Seg¨²n la Convenci¨®n de la ACNUR de 1951, estas personas pueden ser consideradas refugiados.
A s¨®lo una hora de Florida, esta es la otra crisis de refugiados olvidada por el mundo. Durante d¨¦cadas, el gobierno dominicano y las plantaciones azucareras relacionadas con Estados Unidos importaron haitianos para trabajar en sus plantaciones de ca?a. Viv¨ªan en ¨¢reas llamadas bateyes, normalmente sin acceso a agua corriente, electricidad, ni servicios sociales.
Lo que deber¨ªa haber sido un trabajo temporal se convirti¨®, para muchos, en un estado permanente de seudoesclavitud. Por una jornada de 12 horas ganaban $3.34; muy pocos pod¨ªan ahorrar lo suficiente para pagar un billete de regreso a Hait¨ª. Muchos se casaron y tuvieron hijos ¨Cy hasta nietos- en la Rep¨²blica Dominicana. Los hospitales muchas veces rehusaban emitir certificados de nacimiento. La lejan¨ªa de los bateyes, unido a la discriminaci¨®n que sufr¨ªan, hizo que pocos obtuvieran documentaci¨®n oficial.
Antes de 2013, la Constituci¨®n reconoc¨ªa como dominicano todo aqu¨¦l nacido en Rep¨²blica Dominicana. Pero una orden judicial puso a los dominicanos descendientes de haitianos en el limbo: dict¨® quitar la nacionalidad dominicana de forma retroactiva a los descendientes de haitianos. Hab¨ªan terminado de usar a los haitianos como mano de obra barata y ahora decid¨ªan limpiar el pa¨ªs, deshaci¨¦ndose de ellos y sus descendientes.
La Constituci¨®n de Hait¨ª no permit¨ªa la doble nacionalidad, lo que agrav¨® la situaci¨®n de forma extrema: aqu¨¦l que hab¨ªa tenido la nacionalidad dominicana por nacimiento no pod¨ªa ser ciudadano haitiano. De un plumazo, m¨¢s de 200.000 dominicanos descendientes de haitianos se convirtieron en ap¨¢tridas.
El Informe de Derechos Humanos de 2014 del Departamento de Estado de los Estados Unidos describe las consecuencias de ser ap¨¢trida en Rep¨²blica Dominicana: ¡°Las personas nacidas dominicanas de descendiente haitiano que no tienen documentos de identidad se encuentran obst¨¢culos viajando tanto dentro como fuera del pa¨ªs (¡) no pueden obtener carn¨¦s de identificaci¨®n nacional (c¨¦dulas) o tarjetas censales (¡) tienen acceso limitado a trabajos en el sector formal, a educaci¨®n p¨²blica, al registro matrimonial y de nacimiento, a servicios de la econom¨ªa formal como bancos o pr¨¦stamos, a acceso a tr¨¢mites judiciales y a cortes, a la propiedad de tierras.¡± Un ap¨¢trida no existe legalmente.
El ej¨¦rcito dominicano, las patrullas fronterizas y los cuerpos de justicia, armados y entrenados por los Estados Unidos, amenazan e intimidan a cualquier que ¡°parezca haitiano¡±, tenga o no documentaci¨®n. El gobierno incluso ha pedido a la poblaci¨®n que delate a sus vecinos.
La crisis de los refugiados sirios nos ha dejado luchando con nuestra humanidad y capacidad de caridad. El apuro de otra poblaci¨®n marginada no deber¨ªa ignorarse. ¡°La crisis de refugiados (sirios) no es solo un problema europeo; es un problema mundial y tenemos nuestras obligaciones,¡± dijo Barack Obama.
A pesar de que no ha bombardeado como el r¨¦gimen de Assad, la historia dominicana de patrocinio estatal del terror y genocidio no es menos grave. Es una crisis que no es un problema s¨®lo de los dominicanos ¨Cni de los haitianos. Estas personas son negras, pobres, y ap¨¢tridas. Ellos son un problema de mundo y tenemos la obligaci¨®n de ayudarles.
France Fran?ois es la co-coordinadora de la coalici¨®n de derechos humanos llamada #Rights4ALLinDR. Twitter @frenchiegobal
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