El fin del peronismo
Argentina vota sobre las ruinas del movimiento pol¨ªtico y social m¨¢s importante de su historia
![La estatua de Juan Domingo Per¨®n inaugurada el mi¨¦rcoles en Buenos Aires en un acto encabezado por Mauricio Macri.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4U7Y3UFCBDROUD4DE3L4GJJZGA.jpg?auth=5c00cf1ec134f07d88959ffb2ee3382bbe0026e8a24bf76dc6697e9f68590fe2&width=414)
Cerca de las elecciones los clich¨¦s se repiten ad nauseam. Las interpretaciones enlatadas contienen la piedra filosofal de la pol¨ªtica argentina, un producto que se encuentra hasta en los estantes de The Economist. Es la explicaci¨®n parsimoniosa por excelencia, la variable que explica todas las desgracias. Es la calamidad que no pudo haber surgido all¨ª ¡ªpa¨ªs tan europeo, educado y de clase media¡ª sino tal vez de alguna mitolog¨ªa. Monstruo al cual cada vez que la historia le cort¨® una cabeza, le nacieron dos.
Hidra omnipresente, es el peronismo. Y, claro, hay peronistas en el oficialismo, peronistas en la oposici¨®n ¡ª¡°Cambiemos¡±¡ª y peronistas en el cambio a medias. El oficialismo es el ¡°Frente para la Victoria¡±, noci¨®n que remite a la elecci¨®n de 1973, aquella que termin¨® con 18 a?os de proscripci¨®n. El PRO de Macri, por su parte, inaugura el monumento a Per¨®n rodeado de ilustres peronistas, adem¨¢s de los que ya tiene en sus filas. Y el cambio a medias se llama ¡°Frente Renovador¡±, evocando a la Renovaci¨®n Peronista de los ochenta.
Hidra omnipresente, es el peronismo. Y, claro, hay peronistas en el oficialismo, peronistas en la oposici¨®n¡ª¡°Cambiemos¡±¡ª y peronistas en el cambio a medias
Hay peronistas en todas partes y sin embargo la palabra ¡°peronismo¡± no aparece en ninguna de las boletas. Tampoco ¡°Partido Justicialista¡±, su veh¨ªculo electoral. En las boletas del oficialista Frente para la Victoria se ve una foto de Per¨®n en simetr¨ªa con una de N¨¦stor Kirchner. Una desproporci¨®n para crear un mito actual, m¨¢s que para recrear el mito del ayer. Esa es toda la simbolog¨ªa peronista que los argentinos ver¨¢n el pr¨®ximo 25 en el cuarto oscuro. T¨®mese como un se?alador.
Es que si hay peronistas en todas partes, es precisamente porque el peronismo ha perdido toda cohesi¨®n. Su di¨¢spora es el s¨ªntoma m¨¢s elocuente de su propia fragmentaci¨®n, detr¨¢s de la cual ha arrastrado a todo el sistema pol¨ªtico argentino. Queda solo el post-peronismo, una identidad difusa con un legado espec¨ªfico ¡ªla igualdad¡ª que todos buscan capitalizar. Ello no hace m¨¢s que confirmar su disoluci¨®n como fuerza pol¨ªtica organizada.
Tal vez haya sido uno de esos determinismos de la historia. Muerto Per¨®n y luego del trauma del r¨¦gimen militar, los m¨¢s l¨²cidos entendieron la necesidad de transformar aquel movimiento de inspiraci¨®n corporativista en un partido pol¨ªtico capaz de funcionar en una democracia normal. Fue especialmente Antonio Cafiero quien entendi¨® el significado de la derrota electoral de 1983 y plante¨® la imposibilidad de ampliar derechos pol¨ªticos y sociales, las banderas cl¨¢sicas del peronismo, a costa de las libertades individuales y las garant¨ªas constitucionales. El serm¨®n de Alfons¨ªn hab¨ªa llegado a o¨ªdos peronistas: hacer justicia social a expensas de otros tipos de justicia es falaz.
Hay peronistas en todas partes y sin embargo la palabra ¡°peronismo¡± no aparece en ninguna de las boletas
La hiperinflaci¨®n llev¨® a Menem a la presidencia en 1989. Prometi¨® redistribuci¨®n pero hizo ajuste y liberalizaci¨®n. No hab¨ªa demasiadas opciones de pol¨ªtica econ¨®mica. Hasta los Kirchner, que luego estigmatizar¨ªan ¡°los noventa¡±, apoyaron las privatizaciones. El peronismo se reconcili¨® con el capitalismo y no fue demasiado tarde, sobre todo si se tiene en cuenta que el Partido Laborista brit¨¢nico reci¨¦n lo hizo en 1997 con Tony Blair, por citar un ejemplo.
El peronismo volvi¨® a perder la elecci¨®n de 1999 ¡ªtomen nota quienes adem¨¢s lo llaman ¡°hegem¨®nico¡±¡ª pero Argentina hab¨ªa arribado a un consenso sobre la democracia capitalista. No era poca cosa, justo en el momento que la recesi¨®n y el default arrasar¨ªan con todo. Cuando la sociedad gritaba ¡°que se vayan todos¡± en las calles de aquel diciembre de 2001 no exceptu¨® al peronismo. La consecuencia inmediata fue que tres peronistas compitieran entre s¨ª por la presidencia en 2003 mientras un cuarto la ejerc¨ªa, Eduardo Duhalde. Signific¨® la consolidaci¨®n de una manera facciosa de hacer pol¨ªtica, una modalidad que perme¨® al r¨¦gimen pol¨ªtico en su conjunto. Fue el comienzo del fin¡ del peronismo.
N¨¦stor Kirchner fue elegido presidente. Su mayor talento fue darse cuenta antes que nadie de la profundidad de aquella crisis, de la irreversibilidad de la fragmentaci¨®n. La us¨® a su favor y la profundiz¨® desde el Estado, incluyendo al peronismo. El boom de precios internacionales le otorg¨® recursos sin precedentes para ejercer el poder y reescribir la historia a discreci¨®n, el tan remanido relato. Surgi¨® el kirchnerismo, que se imagin¨® continuador del peronismo, nada menos, narrativa funcional a su propia perpetuaci¨®n.
Hasta los Kirchner, que luego estigmatizar¨ªan ¡°los noventa¡±, apoyaron las privatizaciones
Ostenta un auto conferido certificado de autenticidad peronista pero, salvo en la ret¨®rica, no podr¨ªa haber sido m¨¢s diferente. Si fuera como el original habr¨ªa organizado al sindicalismo de forma monop¨®lica para centralizar su representaci¨®n, pero lo fragment¨® tambi¨¦n. Habr¨ªa estimulado la industrializaci¨®n, pero su pol¨ªtica cambiaria ¡ªel cepo al d¨®lar¡ª impide a los sustituidores acceder a las divisas necesarias para importar bienes de capital. Habr¨ªa hecho pol¨ªtica social contra la pobreza, pero ni siquiera la mide y en su voracidad fiscal hace tributar ganancias a los jubilados y los asalariados de bajos ingresos.
Argentina vota, seg¨²n tantos analistas para decidir cu¨¢l versi¨®n de peronismo elige. En realidad vota al post-peronismo, sobre las ruinas, setenta a?os mas tarde, del que fue el movimiento pol¨ªtico y social m¨¢s importante de su historia. Si la inevitabilidad de esa misma historia explica ese final, debe recalcarse que fue el kirchnerismo quien escribi¨® su certificado de defunci¨®n.
El gigantesco desaf¨ªo que enfrenta Argentina es encontrar un nuevo r¨¦gimen pol¨ªtico
El gigantesco desaf¨ªo que enfrenta Argentina es encontrar un nuevo r¨¦gimen pol¨ªtico, construir una rep¨²blica capaz de garantizar derechos¡ªciviles, pol¨ªticos y sociales¡ªy retomar la prosperidad duradera, no la de ef¨ªmeros booms ex¨®genos. En ese camino, el legado peronista ser¨¢ uno m¨¢s y lo ser¨¢ para todos. Fracasar en esa construcci¨®n significar¨¢, por el contrario, la perpetuaci¨®n del legado kirchnerista, el del faccionalismo y la fragmentaci¨®n.
Twitter @hectorschamis
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