A las armas, ciudadanos, con la fuerza del silencio
Los periodistas de EL PA?S describen el minuto de recogimiento de los parisinos
De manera espont¨¢nea, los parisinos se han concentrado en los rincones de la ciudad m¨¢s emblem¨¢ticos del terror para guardar esta ma?ana un minuto de silencio. Los sesenta segundos no han sido suficientes para quienes se han concentrado junto al Bataclan, el lugar m¨¢s castigado por la masacre. Las cabezas segu¨ªan agachadas minutos despu¨¦s, los ojos en l¨¢grimas, las miradas perdidas. Como la de Maxime Tutrim, estudiante de 20 a?os, sentado solo en un bordillo a pocos metros de la sala. "No est¨¢bamos aqu¨ª con mis amigos la noche de los ataques por mi culpa, o gracias a m¨ª. Hab¨ªamos salido la v¨ªspera y estaba cansado", cuenta emocionado.
Acabaron la velada de madrugada precisamente sentados en el banco frente al Bataclan "como casi siempre". Entre los cientos de personas que han querido homenajear a las v¨ªctimas junto a la sala de conciertos, donde los investigadores siguen trabajando bajo una gigante pancarta que reza "La libertad es un monumento indestructible", se encuentra Fabienne, de 42 a?os, que ha viajado desde la otra punta de la ciudad. "No me ve¨ªa guardando un minuto de silencio sola delante de la tele", comenta. Thomas Pujol, joven estudiante de periodismo, estaba fuera el fin de semana. Lleg¨®, ha dejado la maleta, y ha venido directo al Bataclan. "Estoy totalmente en estado de shock. Pero admiro tambi¨¦n la actitud de los parisinos, solidarios, aqu¨ª reunidos¡±.
Cerca, la plaza de la Rep¨²blica, convertida en el lugar de reuni¨®n para homenajear a las v¨ªctimas, se ha llenado de gente tambi¨¦n poco antes del mediod¨ªa. Entre ellos, muchos j¨®venes y mucha emoci¨®n. Los vecinos se han sumado al recogimiento desde los balcones. Muchos ciudadanos, con claros distintivos jud¨ªos, han acudido al lugar. Finalmente, se ha entonado colectivamente La Marsellesa: "?Aux armes, citoyens!" (A las armas, ciudadanos), han cantado con emoci¨®n; palabras que ahora cobran un nuevo significado.
El metro se ha paralizado a las doce en punto. La megafon¨ªa de la l¨ªnea 8 lo ha anunciado previamente. "La RATP [compa?¨ªa de transporte p¨²blico] les invita a observar un minuto de silencio por las v¨ªctimas del atentado del viernes", solicita. En la parada de Libert¨¦, una veintena de pasajeros se pone en pie y aguarda en silencio. Media docena rompe a llorar en la extra?a intimidad del vag¨®n, antes que los sesenta segundos terminen y el tren siga con su recorrido.
A las puertas de la universidad de La Sorbona cientos de estudiantes se han concentrado. El edificio estaba cerrado para la mayor¨ªa ellos con motivo de los atentados y porque el presidente Fran?ois Hollande estaba dentro con parte de su Gobierno sum¨¢ndose al silencio. Todos conocen o saben de alguien pr¨®ximo que ha sido v¨ªctima de los atentados. ¡°Han ido a por los j¨®venes¡±, dice M¨¦lanie, que apenas puede hablar por la emoci¨®n. Las l¨¢grimas afloran con facilidad. Tras un minuto de silencio absoluto, como ha ocurrido en otros lugares, todos han entonado La Marsellesa. ¡°Tenemos miedo, claro¡±, dec¨ªa despu¨¦s el estudiante de Historia Arthur Messi, ¡°pero ahora vamos a salir m¨¢s que nunca¡±. ¡°Tenemos veinte a?os. No pueden ganarnos¡±, a?ade a su lado Laure Calixte.
Bajo el Arco de Triunfo, en la plaza de ?toile, medio centenar de personas han guardado el minuto de silencio con los espectaculares Campos El¨ªseos a la vista. ¡°Estoy aqu¨ª por solidaridad y para demostrarles [a los terroristas] que vamos a seguir haciendo una vida normal¡±. Lo dice Yvanna, de 25 a?os, que trabaja en el simb¨®lico monumento parisino.
Su compa?era, Isa, est¨¢ m¨¢s afectada: ¡°He ido muchas veces a Bataclan. Para m¨ª, ya no se le puede llamar sala de fiestas¡±. Las dos cuentan que el ataque indiscriminado marcar¨¢ sus vidas para siempre. ¡°Todos estamos en riesgo en todos los sitios, pero no me voy a encerrar en casa¡±, comenta Yvanna.
En la plaza de ?pera, los trabajadores y viandantes se han concentrado ante el imponente edificio, uno de los s¨ªmbolos de Par¨ªs. Algunos han roto a llorar al final y ha habido muchos abrazos y miradas tristes. Sin embargo, el hecho de que no se detuviese el tr¨¢fico en las arterias m¨¢s transitadas de la ciudad ha roto el silencio con el sonido constante de los coches. Algo parecido ha pasado en los Campos El¨ªseos, donde suele haber un tr¨¢fico intenso.
Informaci¨®n de ?lex Vicente, Ana Teruel, Carlos C¨®rdoba, Guillermo Altares, Carlos Y¨¢rnoz y Gabriela Ca?as.
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