Macri trata de evitar que su Gobierno arranque con un conflicto social

La campa?a electoral argentina fue una especie de ficci¨®n. Todo el mundo sab¨ªa que tanto Mauricio Macri como Daniel Scioli iban a tomar medidas dif¨ªciles si ganaban, pero no dieron ni una sola mala noticia. Lleg¨® la hora y Macri trabaja contrarreloj para evitar un estallido social con sus primeras medidas, sobre todo con la devaluaci¨®n prevista que provocar¨¢ p¨¦rdida de poder adquisitivo para los trabajadores. Y una de las claves para eso son los sindicatos. Antes de la campa?a Macri busc¨® como aliado a Hugo Moyano, el sindicalista m¨¢s conocido de Argentina, jefe de los poderosos camioneros. La influencia de Moyano es de tal calibre que Macri anunci¨® el mi¨¦rcoles todo su Gobierno salvo un puesto: el ministro de Trabajo. Todo parece indicar que Moyano y otros sindicalistas vetaron al nombre previsto, Jorge Lawson, porque es un hombre demasiado cercano a la patronal. Macri negoci¨® con ellos alguien m¨¢s cercano para evitar conflictos desde el primer momento y este jueves nombr¨® a Jorge Triaca, un dirigente de su partido pero que es hijo de un famoso sindicalista fallecido.

La primera batalla a la que se enfrentar¨¢ es la de los maestros, los primeros en negociar sus sueldos para el curso siguiente, que empieza en marzo.

El puesto es clave. La Argentina de Macri se encamina a una fuerte devaluaci¨®n y el presidente quiere evitar que se dispare la inflaci¨®n presionando a los empresarios para que no suban los precios y a los trabajadores para que contengan sus salarios, la receta antiinflacionaria cl¨¢sica. El ministro de Trabajo es quien negocia lo que en Argentina se llama ¡°paritarias¡±, esto es los convenios colectivos que fijan la subida salarial anual de los distintos sectores. Los sueldos altos en la ¨¦poca de bonanza ha sido una de las claves del kirchnerismo para mantenerse en el poder y arrasar en las elecciones durante 12 a?os, hasta la derrota por la m¨ªnima del domingo pasado. La inflaci¨®n en Argentina es galopante pero los salarios de los trabajadores en blanco sub¨ªan sistem¨¢ticamente por encima de los precios. En las ¨²ltimas paritarias, con una inflaci¨®n del 24% seg¨²n los c¨¢lculos de las provincias, el Gobierno fij¨® un tope del 27% pero algunos sectores llegaron a aumentos del 35%. Macri no ha querido hablar de salarios durante la campa?a pero ahora llega la hora de la verdad.

La primera batalla a la que se enfrentar¨¢ es la de los maestros, los primeros en negociar sus sueldos para el curso siguiente, que empieza en marzo. Ya est¨¢n anunciando huelgas en la provincia de Buenos Aires la pr¨®xima semana, antes incluso de que llegue el nuevo Gobierno. La nueva gobernadora de esta provincia clave, del tama?o de Italia, la macrista Mar¨ªa Eugenia Vidal, ha dejado claro que la situaci¨®n financiera que le deja su antecesor, Daniel Scioli, el candidato kirchnerista que perdi¨® contra Macri, es catastr¨®fica. Tiene un d¨¦ficit de 15.000 millones de pesos (1.550 millones de d¨®lares) y a¨²n no sabe c¨®mo har¨¢ en diciembre para pagar los sueldos de los empleados p¨²blicos, en especial los maestros.

El macrismo evita la palabra devaluaci¨®n pero el presidente electo insiste en que el 11 de diciembre se acaba el cepo (control de cambios) y el d¨®lar va a flotar libre. Rogelio Frigerio, uno de los hombres clave del equipo econ¨®mico de Macri y futuro ministro del Interior, anunci¨® adem¨¢s que se crear¨¢ un billete de 500 pesos (55 d¨®lares). El kirchnerismo se neg¨® a esta petici¨®n de las empresas porque no quer¨ªa admitir la enorme inflaci¨®n. De manera que el billete m¨¢s alto es de 100 pesos (10,5) d¨®lares. Eso, sumado a una econom¨ªa que funciona con mucho dinero negro, hace de Buenos Aires una de las ciudades del mundo con m¨¢s m¨¢quinas de contar dinero y m¨¢s camiones de m¨¢xima seguridad para trasladarlo. Ir a comprar un objeto de altos valores como un mueble o un coche, si no se hace a trav¨¦s del banco, supone tener que llevar grandes bolsas llenas de billetes. Macri va a cambiar eso pero a la vez asume as¨ª indirectamente que viene una devaluaci¨®n.

De hecho algunas empresas ya han comenzado a aumentar los precios de sus productos. Los carniceros cuentan que la carne vacuna, plato omnipresente de la dieta argentina, se ha encarecido 15% en noviembre. Los supermercados advierten de que sus proveedores les informan incrementos de precios de hasta 20%. Las petroleras encarecieron el combustible el 4,5%. La harina de trigo subi¨® un 80%.

La consultora del economista Miguel Bein, que asesor¨® en la campa?a al candidato presidencial kirchnerista Daniel Scioli, advierte de que la inflaci¨®n subir¨¢ en noviembre del 1,5% mensual de media de los meses anteriores al 3% por esas expectativas de devaluaci¨®n y por la decisi¨®n el Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner de postergar aumentos de precios, como el del combustible de la estatal YPF, hasta despu¨¦s de las elecciones del pasado domingo. Bein, un economista prestigioso en el mundo financiero argentino, no descarta el d¨®lar suba de 9,67 pesos hasta 15 por las medidas de Macri para despu¨¦s quedarse entre 13,50 y 14. Nadie sabe con certeza qu¨¦ pasar¨¢ pero el presidente electo trata de buscar aliados entre los sindicatos ante las turbulencias que se avecinan. Ya lo hizo como alcalde de Buenos Aires, donde logr¨® evitar los conflictos sindicales. Pero ahora el reto es mucho mayor.