Venezuela grita libertad
Cinco mandatarios internacionales condenan los excesos del Gobierno con la oposici¨®n
En el pensamiento pol¨ªtico de los verdaderos dem¨®cratas, Montesquieu sigue siendo una referencia insoslayable. La separaci¨®n de poderes es considerada inherente al nacimiento de la democracia. La independencia de la justicia, la libertad de opini¨®n y expresi¨®n y el respeto del sufragio universal tambi¨¦n est¨¢n ligados indisociablemente a la cultura pol¨ªtica occidental y, por tanto, de toda Am¨¦rica Latina. De hecho, una de las mayores referencias intelectuales y pol¨ªticas latinoamericanas, el humanista universal Andr¨¦s Bello, cuyo aniversario acabamos de celebrar el 29 de noviembre, dedic¨® su vida a hacer de Am¨¦rica Latina un pilar fundamental de la cultura y de los valores occidentales.
En casi todos los Estados latinoamericanos, por tanto, la Constituci¨®n consagra estos principios fundadores de la democracia. As¨ª, no se debiera ser v¨ªctima de persecuciones o de hostigamientos, ni encarcelado arbitrariamente simplemente por oponerse pac¨ªficamente al Gobierno en el poder. Tampoco es aceptable ser condenado sin un proceso justo. Liberal o popular, la democracia, sin m¨¢s adjetivos, es una y universal.
Venezuela no es ni debiera ser excepci¨®n. La Constituci¨®n de la Rep¨²blica Bolivariana de Venezuela tambi¨¦n erige como principios fundamentales los valores de libertad, justicia y pluralismo pol¨ªtico, as¨ª como el ejercicio democr¨¢tico de la voluntad popular. Asimismo, consagra la prevalencia sobre el derecho interno de los tratados de derechos humanos que hayan sido ratificados por el pa¨ªs. A este respecto, cabe recordar el art¨ªculo 9 de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos: ¡°Nadie podr¨¢ ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado¡±. Y, por tanto, tambi¨¦n cabe insistir en que el Gobierno de Venezuela debe respetar y aplicar su propia Constituci¨®n.
Con motivo de las manifestaciones pac¨ªficas que se iniciaron en febrero de 2014, muchos opositores, estudiantes o dirigentes pol¨ªticos fueron objeto de detenciones arbitrarias, que incluyeron tambi¨¦n a ciudadanos europeos. Algunos incluso murieron. Los que han sido juzgados no han podido ejercer libremente su defensa. El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, su grupo de trabajo sobre la Detenci¨®n Arbitraria y su comit¨¦ contra la Tortura, as¨ª como la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos y las principales organizaciones no gubernamentales de defensa de los derechos humanos exigen la liberaci¨®n inmediata de todas las personas detenidas arbitrariamente, entre ellas el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma; el alcalde de San Crist¨®bal, Daniel Ceballos, y el dirigente de la oposici¨®n Leopoldo L¨®pez. Este ¨²ltimo ha sido recientemente condenado a casi 14 a?os de c¨¢rcel, pr¨¢cticamente en aislamiento y con pruebas falsas.
Encarcelar a un dem¨®crata es traicionar la democracia. Hacemos un llamamiento a Venezuela para asegurar una Justicia independiente. Y hacemos un llamamiento a la Justicia venezolana para que libere inmediatamente a Leopoldo L¨®pez y a todos los opositores pol¨ªticos encarcelados.
Venezuela es un gran pa¨ªs, que ha sido ejemplar y generoso. Despu¨¦s de la Guerra Civil espa?ola y de la Segunda Guerra Mundial, cientos de miles de emigrantes y de exiliados europeos encontraron en Venezuela una esperanza renovada, con nuevas oportunidades. Tras el cataclismo mundial, los venezolanos abrieron sus brazos y las puertas de su patria. En consecuencia, el Parlamento Europeo, entre otros, fue claro en su ¨²ltima resoluci¨®n sobre la situaci¨®n en Venezuela (12 de marzo de 2015), pues ¡°insta a la UE, a sus Estados miembros y a la comunidad internacional a que hagan declaraciones y tomen medidas para mostrar su solidaridad con el pueblo venezolano en este dif¨ªcil per¨ªodo¡±. No hacemos, por tanto, sino devolver solidaridad por solidaridad.
El 6 de diciembre se celebran las elecciones legislativas para renovar la Asamblea Nacional de Venezuela. Varios candidatos han sido inhabilitados por las autoridades pol¨ªticas, que adem¨¢s rechazan la presencia de los observadores internacionales independientes propuestos por la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) y la Uni¨®n Europea. Esta actitud es muy preocupante. El Secretario General de la OEA ya ha resaltado su inquietud por las condiciones electorales, en una carta p¨²blica sin precedentes dirigida a la presidenta del Consejo Nacional Electoral de Venezuela. No ha recibido explicaciones sino insultos inaceptables. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha vuelto a expresar su preocupaci¨®n tras el asesinato, el 25 de noviembre, de un dirigente opositor en un acto electoral con Lilian Tintori, esposa del l¨ªder encarcelado Leopoldo L¨®pez. Nos unimos a sus pronunciamientos: la democracia no funciona cuando el ambiente electoral est¨¢ dominado por la violencia, las amenazas y la intimidaci¨®n a la oposici¨®n.
El presidente Maduro es el garante de la Constituci¨®n. Debe asegurarse de que se celebran elecciones verdaderamente libres, transparentes y en paz. Y deber¨¢ respetar el resultado. Es una condici¨®n esencial para la convivencia pac¨ªfica del pueblo venezolano.
No podemos ser indiferentes ante las leg¨ªtimas reclamaciones de la oposici¨®n democr¨¢tica venezolana. No decir nada tambi¨¦n es tomar partido. Reclamar la libertad, la democracia y el respeto de los derechos humanos en Venezuela no es injerencia: es nuestra obligaci¨®n como dem¨®cratas. Se trata de valores universales que defendemos para todo el mundo, no solo para nosotros.
Los abajo firmantes hacemos un llamamiento al conjunto de las democracias para que se unan a nuestra petici¨®n y protejamos juntos nuestro patrimonio c¨ªvico com¨²n. Denunciemos lo arbitrario y defendamos la democracia y la libertad.
Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, Espa?a
David Cameron, primer ministro, Reino Unido
Thorbj?rn Jagland, secretario general, Consejo de Europa
Felipe Gonz¨¢lez, expresidente del Gobierno, Espa?a
Ricardo Lagos, expresidente del Gobierno, Chile
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