Albany, museo de corrupci¨®n
La condena de uno de los pol¨ªticos con m¨¢s poder de Nueva York reaviva el estigma Un vecino impulsa un museo en la capital del estado para conjurar la lacra
Albany, una ciudad de menos de 100.000 habitantes, con grandes edificios p¨²blicos y una m¨¢s bien discreta oferta de ocio, es la capital del Estado de Nueva York y todo un todo un s¨ªmbolo de la corrupci¨®n, para disgusto de sus vecinos. Aunque uno de ellos, el profesor de m¨²sica Bruce Roter, ha decidido hacer de la necesidad virtud y busca fondos para abrir el primer Museo de la Corrupci¨®n Pol¨ªtica, un centro para el que no se pagar¨¢ entrada, sino sobornos, y que ofrecer¨¢ un recorrido visual por la ¡°rica historia¡± del Estado.
¡°Ya que tenemos esa fama, podemos sacar algo bueno de ello, convertirlo en un atractivo tur¨ªstico, pero con un trasfondo muy serio: explicar y concienciar sobre la corrupci¨®n, traer a escolares y celebrar conferencias, que pol¨ªticos arrepentidos puedan venir a contar su experiencia¡±, explica con entusiasmo Roter, con el plano en las manos.
La proximidad con Wall Street y un r¨¦gimen de incompatibilidades poco estricto favorecen las corruptelas pol¨ªticas
Entre los candidatos a formar parte del hall de la verg¨¹enza, zona que exhibir¨¢ a los grandes pillastres, est¨¢ Sheldon Silver, uno de los pol¨ªticos m¨¢s importantes de Nueva York, que la semana pasada fue condenado por siete cargos de corrupci¨®n. Silver control¨® la Asamblea como portavoz durante dos d¨¦cadas, hasta que en enero lo arrestaron por aceptar unos cuatro millones de d¨®lares a cambio de usar fondos p¨²blicos y promover medidas legales para beneficiar a firmas privadas.
El portavoz de la mayor¨ªa republicana del Estado en el Senado, Dean Skelos, fue a su vez arrestado en mayo y acusado de corrupci¨®n junto a su hijo. En los ¨²ltimos ocho a?os, una treintena de legisladores estatales se han visto envueltos en casos de corrupci¨®n, seg¨²n los c¨¢lculos del Centro de Investigaci¨®n del Inter¨¦s P¨²blico en Nueva York.
?Por qu¨¦ Albany? Es en esta peque?a Albany donde se deciden las pol¨ªticas de uno de los Estados m¨¢s ricos de EE UU, con un presupuesto p¨²blico de m¨¢s de 150.000 millones de d¨®lares. ¡°Hay mucho dinero en movimiento aqu¨ª, sobre la mesa, y se nota la presi¨®n de los poderes de Wall Street¡±, apunta Russ Haven, del mencionado centro.
"Nuestra comunidad est¨¢ llena de gente trabajadora y con talento y esos casos de corrupci¨®n son casi siempre cometidos por gente que ni siquiera es de Albany", se queja la alcaldesa
Ha habido algunas mejoras, pero no suficientes. El gobernador Andrew Cuomo ha recibido fuertes cr¨ªticas por cerrar una comisi¨®n contra la corrupci¨®n p¨²blica que hab¨ªa abierto en 2013 alegando que ya hab¨ªa completado el trabajo. El estigma se ha construido a lo largo de muchos a?os.
La sala m¨¢s noble del museo que proyecta Rotter se llamar¨ªa Tammany Hall, tal y como se conoc¨ªa a la maquinaria del partido dem¨®crata con la que en el siglo XIX se controlaban los negocios y la pol¨ªtica de Nueva York.
A la alcaldesa, Kathy Sheehan, no le hace ninguna gracia. ¡°Esta ciudad carga con una reputaci¨®n que no es justa, nuestra comunidad est¨¢ llena de gente trabajadora y con talento y esos casos de corrupci¨®n son casi siempre cometidos por gente que ni siquiera es de Albany; la mayor¨ªa de ellos son de Nueva York o de otros sitios¡±, defiende.
El marco legal del Estado puede favorecer la corruptela. Las normas impiden que los grupos de inter¨¦s hagan obsequios caros a los legisladores, pero no las donaciones a su partido, con lo que ¡°ese tipo de pagos se pueden hacer igualmente v¨ªa indirecta, porque no hay suficiente control en el uso que se hace de las donaciones¡±, dice. Adem¨¢s, los legisladores trabajan en su funci¨®n pol¨ªtica a tiempo parcial, y eso es fuente interminable de conflictos de intereses. ¡°Un legislador puede salir de la C¨¢mara y luego trabajar como abogado o como agente de seguros¡±, advierte Haven.
El fiscal que impuls¨® la investigaci¨®n contra Silver, Preet Bharara, bram¨® en su d¨ªa contra una pr¨¢ctica pol¨ªtica que a la que se refiri¨® como la de ¡°los tres hombres en una habitaci¨®n, en referencia a que, aunque hubiera m¨¢s de 2000 legisladores, eran tres (el gobernador, el portavoz de la Asamblea y el l¨ªder del Senado) los que trabajaban con poca transparencia para tomar de decisiones.
Aunque menos conocida que Nueva York, Albany tambi¨¦n es la ciudad que nunca duerme
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