Las peleas internas impiden al Gobierno alem¨¢n endurecer el asilo
Los socialdem¨®cratas del SPD acusan a la CSU de estar rompiendo la coalici¨®n tripartita
La hasta hace poco tranquila pol¨ªtica alemana se ha convertido en los ¨²ltimos tiempos en un campo de minas. La crisis de refugiados ha enrarecido el ambiente entre los tres partidos gobernantes ¡ªdemocristianos de la CDU, sus aliados b¨¢varos de la CSU y los socialdem¨®cratas del SPD¡ª hasta el punto de que no hay d¨ªa en el que no aparezcan nuevas propuestas que contradigan la l¨ªnea del Gobierno, cartas amenazantes o reproches entre sus miembros.
Las hostilidades se han extendido a todo el Gobierno, en una especie de juego de todos contra todos. La ¨²ltima muestra ha sido la incapacidad de acordar un nuevo paquete legal para endurecer la pol¨ªtica de asilo en una triple direcci¨®n: acelerar el proceso para decidir si alguien obtiene asilo o no, facilitar la expulsi¨®n de aquellos a los que se les ha denegado la protecci¨®n y dificultar el reagrupamiento familiar. Las discrepancias en este ¨²ltimo aspecto entre el SPD y sus socios conservadores son las que han impedido cerrar esta semana el acuerdo.
El ¨²ltimo episodio del enfrentamiento ha llegado a ra¨ªz de una misiva en la que el l¨ªder de la CSU, el b¨¢varo Horst Seehofer, amenaza con denunciar ante el Tribunal Constitucional al Gobierno en el que su propio partido participa. Esta carta supone, a ojos de los socialdem¨®cratas, ¡°el anuncio de la ruptura de la coalici¨®n¡±. Thomas Opperman, l¨ªder parlamentario del SPD, considera "insoportable" que la CDU y la CSU protagonicen cada d¨ªa nuevas peleas que hacen a¨²n m¨¢s dif¨ªcil buscar una soluci¨®n a la crisis de refugiados. Seehofer dirige desde hace meses constantes ataques a la canciller Angela Merkel por la pol¨ªtica respecto a los asilados.
La imagen de descoordinaci¨®n del Gobierno se acent¨²a a menos de dos meses de tres elecciones regionales en las que los dos grandes partidos se enfrentan al ascenso de los populistas de derechas de Alternativa por Alemania (AfD). Una encuesta publicada el martes por el diario Bild otorga a este partido una intenci¨®n de voto del 13%, un nuevo r¨¦cord que, si hubiera ahora elecciones nacionales, les catapultar¨ªa como la tercera fuerza del pa¨ªs y l¨ªder de la oposici¨®n frente a la coalici¨®n de democristianos y socialdem¨®cratas.
El malestar ante un problema que parece fuera de control amenaza tambi¨¦n la cohesi¨®n interna de la CDU, como este fin de semana ha demostrado la propuesta lanzada por Julia Kl?ckner, una importante dirigente que ha sonado como posible sustituta de Merkel y que el 13 de marzo se juega su futuro pol¨ªtico en las elecciones del Estado de Renania-Palatinado. Kl?ckner hizo p¨²blico un plan para reducir el flujo de refugiados que, disfrazado con otros nombres y alg¨²n que otro elemento novedoso, incluye dos medidas que Merkel lleva meses rechazando de forma rotunda: fijar un contingente de llegadas en funci¨®n de las capacidades del pa¨ªs y levantar centros en las fronteras desde los que devolver a los reci¨¦n llegados que no tengan posibilidades de obtener el derecho de asilo.
El portavoz de Merkel se neg¨® a responder el lunes si la canciller apoya esta propuesta, que tild¨® de iniciativa ¡°independiente¡± gestada en el seno del partido. Esta respuesta muestra hasta qu¨¦ punto el Gobierno y su m¨¢xima jefa est¨¢n entre la espada y la pared: Merkel no puede dar marcha atr¨¢s en unos principios en los que ha comprometido todo su capital pol¨ªtico, pero al mismo tiempo sabe que algo tiene que hacer ante una presi¨®n creciente, cada vez m¨¢s insoportable. Y m¨¢s a¨²n poco antes de unas elecciones que servir¨¢n como term¨®metro del malestar de la poblaci¨®n con su pol¨ªtica migratoria.
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