La primavera ¨¢rabe de 2011 cont¨® desde el primer minuto, justo al empezar la revuelta en T¨²nez, con la desagradable compa?¨ªa de los profetas del desastre. Primero fue el escepticismo sobre los efectos de las protestas tunecinas, que mal pod¨ªan derribar un r¨¦gimen al que todos daban por estable y al que, por cierto, algunos como el Gobierno franc¨¦s de Nicolas Sarkozy contribuyeron a sostener con el suministro de material antidisturbios hasta su ¨²ltimo suspiro. Luego empezaron las frases lapidarias en las que los agoreros se pillaron los dedos: Egipto no era T¨²nez, dec¨ªan tras la ca¨ªda de Ben Ali, y de ah¨ª que no pudiera caer el fara¨®n Mubarak, piedra clave del statu quo en Oriente Pr¨®ximo y de la seguridad de Israel. Cuando cay¨®, las profec¨ªas tomaron otros derroteros: visto que los ¨¢rabes pod¨ªan derribar a sus tiranos, seguro que no podr¨¢n construir reg¨ªmenes democr¨¢ticos. Por la raz¨®n fundamental de que la democracia no pod¨ªa ser compatible con el islam.
De todo esto ahora hace cinco a?os. Las protestas empezaron el 25 de enero, declarado D¨ªa de la Rabia por la oposici¨®n egipcia, convocadas en buena parte a trav¨¦s de las redes sociales hasta llegar a la ocupaci¨®n de la plaza de Tahrir de El Cairo, s¨ªmbolo y epicentro de las libertades ¨¢rabes. El 1 de febrero, el presidente Mubarak dio un paso atr¨¢s y renunci¨® a presentarse de nuevo a las elecciones; el 4 fue declarado D¨ªa de la Partida por los manifestantes, y el 11 cay¨® el dictador, obligado a renunciar por el Ej¨¦rcito. Ahora la historia parece dar la raz¨®n a aquellos agoreros que ya despotricaban entonces. No hay que poner urnas, dec¨ªan, porque ganar¨¢n los islamistas y terminar¨¢n dando el poder a los yihadistas. Hay que apoyar a los reg¨ªmenes policiales porque lo que importa son la estabilidad y la seguridad y no la libertad y la democracia. El ¡°yo ya lo dec¨ªa¡± se oye aqu¨ª y all¨ª, en las capitales occidentales y en los pa¨ªses del Golfo.
Solo en un pa¨ªs, el m¨¢s peque?o, se mantiene viva la esperanza. En T¨²nez se ha producido una transici¨®n democr¨¢tica entera. La Constituci¨®n que se ha redactado y aprobado es la m¨¢s liberal del mundo ¨¢rabe y una de las m¨¢s feministas. Cuesti¨®n crucial fue su car¨¢cter inclusivo y consensual; por cierto, como en la transici¨®n espa?ola. Y a pesar de todo, no est¨¢ claro que vaya a terminar bien. La econom¨ªa se halla maltrecha. El turismo no se ha recuperado desde 2011, sobre todo por los ataques terroristas ¡ªen el Museo del Bardo, en la playa de Susa, contra la guardia presidencial¡ª, que han ahuyentado a los extranjeros. Del T¨²nez profundo ha salido la mayor aportaci¨®n de yihadistas al Estado Isl¨¢mico: al menos 3.000, seg¨²n algunas evaluaciones. Y el pa¨ªs se halla al borde de la explosi¨®n social.
La lista de los fracasos o de las lecciones pol¨ªticas que se deducen de las revueltas va m¨¢s all¨¢ de las ideas antidemocr¨¢ticas de los monarcas ¨¢rabes, y de sus protectores occidentales. Veamos algunas. Las redes sociales pueden servir para la ignici¨®n de las revueltas, pero no para organizar las transiciones, e incluso pueden trabajar en sentido contrario. Los j¨®venes laicos y pro occidentales que protagonizaron las protestas pronto fueron barridos por la fuerza del islamismo, principalmente de los Hermanos Musulmanes, la poderosa cofrad¨ªa panisl¨¢mica que observ¨® primero las revueltas desde la ventana, luego se hizo con la direcci¨®n y termin¨® tomando el poder por las urnas. El fracaso de los Hermanos, con su incapacidad de consenso, su p¨¦sima gesti¨®n econ¨®mica y su idea de un islam pol¨ªtico sectario e iliberal, es uno de los datos m¨¢s trascendentes, porque alimenta el argumento que declara incompatibles islamismo y democracia.
No termina aqu¨ª el repertorio. Ah¨ª est¨¢ la maldici¨®n del r¨¦gimen militar egipcio, m¨¢s represivo ahora incluso que con Mubarak. Como todo golpista, el mariscal Al Sisi, que derroc¨® al presidente Mohamed Morsi, no ha limitado su represi¨®n al islamismo, sino que alcanza a toda expresi¨®n de pluralismo. Los militares echaron a Mubarak, tutelaron la transici¨®n y mantuvieron bajo vigilancia a los Hermanos Musulmanes en el poder hasta que la impopularidad de Morsi les permiti¨® echarlo a ¨¦l tambi¨¦n con el benepl¨¢cito de la oposici¨®n laica y progresista. Al Sisi hizo con Morsi, que le nombr¨®, algo similar a lo que Pinochet hizo con Salvador Allende en 1973. Ambos presidentes intentaron casar su doctrina, el marxismo del chileno, el islamismo del egipcio, con la democracia, pero no lo consiguieron y fueron derrocados por los mismos militares a los que ellos hab¨ªan promocionado.
Tanta raz¨®n ten¨ªan las casandras como que el domin¨® que deb¨ªa convertir, uno detr¨¢s de otro, a todos los pa¨ªses ¨¢rabes en democracias ha terminado en una serie de estados fallidos y en guerras civiles: Libia, Yemen, Siria, que se suman a Irak, Sud¨¢n del Sur, Somalia y a las debilidades de Nigeria, Mal¨ª, Chad, lugares todos ellos donde acampan las huestes del califato terrorista, el Estado Isl¨¢mico, ¨²ltimo y perverso reto?o de unas revueltas que empezaron orient¨¢ndose hacia Occidente y han terminado dirigidas contra Occidente.
El fracaso en su dimensi¨®n geopol¨ªtica es occidental, de Estados Unidos y de Europa, que han soltado las palancas que ten¨ªan sobre la regi¨®n y cedido espacio de maniobra a pa¨ªses como Arabia Saud¨ª, Turqu¨ªa o Ir¨¢n. Las revueltas empezaron en una ins¨®lita atm¨®sfera de posmodernidad tecnol¨®gica y prooccidental que suscit¨® muchas esperanzas, pero el resultado es una desoccidentalizaci¨®n que ha permitido el regreso del presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, con su intervenci¨®n en Siria, transformado parte de las revueltas en enfrentamientos sectarios y convertido a la Uni¨®n Europea en un sujeto pasivo de la crisis, incapaz de actuar sobre Siria y de gestionar la huida de su poblaci¨®n hacia la Europa m¨¢s rica.
Francis Fukuyama ha comparado la primavera ¨¢rabe de 2011 con las revoluciones burguesas europeas de 1848, que tambi¨¦n fracasaron y desembocaron en reacciones autoritarias (ver su ¨²ltimo libro, Orden y decadencia de la pol¨ªtica; editorial Deusto, 2016). El pensador, que acu?¨® la idea del fin de la historia, considera que la democracia solo pudo triunfar en Europa despu¨¦s de pasar un severo sarampi¨®n identitario, y m¨¢s concretamente nacionalista, que en el caso ¨¢rabe se expresa a trav¨¦s del islamismo. Esta idea le hace pensar que la democracia tardar¨¢ todav¨ªa mucho tiempo en llegar a los pa¨ªses ¨¢rabes que protagonizaron aquella primavera de 2011.
Comentarios
De eso puedes estar seguro, hasta que en los pa¨ªses ¨¢rabes no se den cuenta de la deshumanizaci¨®n del islamismo m¨¢s radical, no empezar¨¢n a pensar en otra forma de gobernar sus pa¨ªses, pero para eso tiene que pasar el tiempo, sufrirlo en sus propias carnes para que lo comprendan o que lo aprendan.
" algo similar a lo que Pinochet hizo con Salvador Allende en 1973" ?Lo destron¨®? Claro, pero no en igualdad de condiciones, ni por las mismas razones. Pinochet, apoyado por las Fuerzas Armadas Chilenas respetuosas de la Constituci¨®n y el Pueblo Chileno, procedieron a remover a un gobernante ilegal que se acababa de dar un auto-golpe de estado para permanecer en el poder ante el repudio de la poblaci¨®n chilena a quienes ten¨ªa sin comida, trabajo y futuro (al buen uso comunista.) Un gobernante que se hizo "proteger" de guardaespaldas CUBANOS porque no confiaba en sus compatriotas. Cuando las Fuerzas Armadas atacaron el Palacio de la Moneda, casa presidencial chilena, y los ocupantes se vieron perdidos, el guardaespaldas cubano-comunista-fidelista, siguiendo sus ordenes dadas por Fidel Castro, mat¨® a Allende para evitar la verg¨¹enza a la Revoluci¨®n Comunista de que se rindiera. Las tropas lo encontraron muerto. M. Morsi fue instalado bajo presi¨®n del islamista Obama y su Secretaria de Estado Clinton, marxista-leninista desde su juventud. Obama y Clinton sab¨ªan perfectamente que Morsi era miembro de La Hermandad Musulmana, pues la asistente primaria de Clinton, Huma Abedin, es miembra de la Hermandad al igual que sus padres. Obama lo sab¨ªa por ser miembro secreto de la organizaci¨®n. El general Al-Sisi lo derroc¨® a las primeras de cambio ante el repudio general de la poblaci¨®n de Egipto, procedi¨® a ajustar cuentas con los seguidores y miembros de la Hermandad Musulmana. Le agradecer¨ªa nos iluminara sobre lo que hace parecidos los dos hechos aparte de que los dos son expresiones directas de la voluntad del pueblo en general. Espero que ya haya entendido que el Islam no es compatible con la Democracia. Ya hay demasiados ejemplos, (al igual que el socialismo es un desastre irredimible,) pero dudo que alguna vez acepte haberse equivocado. Antes contra PP, hoy apoyando PP, o por lo menos a la enanita vicepresidente, o trabajando bajo sus ordenes, que viene a ser lo mismo. Los "socios" deben ser "flexibles", lo importante es la Causa.
El islamismo como antidemocr¨¢tico es una realidad, su prueba es m¨¢s que evidente en la trayectoria de la mal llamada primavera ¨¢rabe. Como lo fue todo r¨¦gimen patrocinado por la religi¨®n a lo largo de la historia. El islamismo es incompatible a toda ideolog¨ªa que conduzca al mundo, en este caso el ¨¢rabe, a una etapa pol¨ªtica y a una forma de vida digna de llevar a su poblaci¨®n hacia un bienestar y un sistema pol¨ªtico civil. El islamismo no representa a una naci¨®n, ya que para muchos islamistas, si no a la vasta mayor¨ªa, el islam no tiene fronteras y deja lamentablemente al nacionalismo en segundo puesto e inoperante, si no como un rival perseguido. La prueba la tenemos en las distintas agrupaciones que forman a los armados de Daesh, Jabhat Al Nusra o Jaish al Islam. Les importa un musulm¨¢n de otro pa¨ªs m¨¢s que a los propios ciudadanos pero que profesan otra religi¨®n. El nacionalismo ¨¢rabe que resurgi¨® a ra¨ªz de la ca¨ªda del imperio otomano fue liderado al principio por partidos pol¨ªticos nacionalistas que en seguido fueron metidos bajo la umbrela de los movimientos de liberaci¨®n posterior a la Segunda GM. Recordemos el papel que desempe?aron Francia y Gran Breta?a cuando establecieron su mandato colonial sobre la herencia de este imperio enfermo y debilitado, y que fueron secuestrados por los militares, adem¨¢s de facilitar la creaci¨®n de la entidad sionista en Palestina. Siria y Argentina formaron los dos pa¨ªses que m¨¢s golpes de estado hayan sufrido en la segunda mitad del siglo pasado. Esto fue bien recibido por occidente, el primer golpe de estado protagonizado por Husn¨ª el Zaim en Siria el 11 de abril de 1949 fue apoyado y patrocinado por la CIA. Igual pas¨® en Ir¨¢n contra Mussadaq en 1953.Es importante saber que el mundo ¨¢rabe le queda aun muchos a?os de batallas internas para entender lo que la democracia podr¨ªa ofrecer. Hace falta tres o m¨¢s futuras generaciones con ense?anzas distintas a las actuales que han dejado a la gente rehenes en manos del clero m¨¢s regresivo y ignorante como el peor enemigo del estado. Generaciones que deber¨ªan sacudir el polvo arcaico salafista y lavarse de todo fanatismo religioso fundado por el wahabismo gracias a su riqueza petrolera que le ha permitido extenderse m¨¢s all¨¢ de las fronteras del pa¨ªs que forma su cuna, Arabia Saud¨ª, que tambi¨¦n fue por una parte contra el nacionalismo ¨¢rabe, cuya cuna fue Bilad El Sham ( la Siria natural que form¨® el L¨ªbano, Palestina, Jordania y Siria) y siendo Siria su coraz¨®n, y por otra en contra de los Hashimitas del Hijaz a principios del siglo pasado en otra y contra su intento de formar un reino ¨¢rabe en Bilad El Sham .?Podr¨¢ el mundo ¨¢rabe liberarse de su mal interno como de las influencias interesadas externas? Lo dudo mucho. Y el mundo ¨¢rabe jam¨¢s ha sido due?o de s¨ª mismo desde las conquistas del islam catorce siglos atr¨¢s. Una revoluci¨®n sin clara ideolog¨ªa est¨¢ siempre condenada al fracaso.
1?) ?ERA Mubarak ''pieza clave'' de la seguridad de Israel? Es obvio que NO, ya que desde que cay¨® Mubarak Israel no est¨¢ mas inseguro sino todo lo contrario.2?) Mubarak no fue volteado por su pueblo sino por Husein Obama, empecinado en voltearlo y llevar a los terroristas de Mursi al poder.3?)Las urnas no funcionan con Terroristas. La ley electoral en Espa?a margin¨® a Batasuna, pero en Egipto Obama aval¨® a los Hermanos Musulmanes del terrorista Mursi.4?) Los j¨®venes de la Plaza Tahrir calentaron la olla, pero el guiso se lo comieron husein Obama y sus terroristas H.M. de Mursi. Al Sisi vino aponer ¨®rden y sensat¨¦z frente a un pa¨ªs en ruinas. Por eso cont¨® y cuenta hoy con tanto apoyo.5?) Tambi¨¦n fracasaron los fachaprogres que cre¨ªan ver el fin de Israel y un nuevo holocausto jud¨ªo en esa ''primavera ¨¢rabe''. Hoy los ¨¢rabes se matan entre ellos mientras Israel los contempla cada vez mas seguro.
ES buena la comparaci¨®n entre Allende y Mursi, yo ya predije en su momento que el 2? acabar¨ªa como el primero, era harto evidente!! Ambos espantaron al Capital y arruinaron sus pa¨ªses; el egipcio introduciendo el fanatismo islamista, y el chileno introduciendo el fanatismo stalinista, estatizando la economia, y negando a Alemania la extradici¨®n de los nazis residentes en Chile.
La relaci¨®n entre Augusto Pinochet y Allende siempre fue constitucional, veamos:El 22 de agosto de 1973, la C¨¢mara de Diputados de Chile, por 81 contra 47 votos, acuerda: ¡°PRIMERO: Representar al se?or Presidente de la Rep¨²blica y a los se?ores Ministros de Estado miembros de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros, el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la Rep¨²blica que entra?an los hechos y circunstancias referidos en los considerandos quinto a duod¨¦cimo precedentes. SEGUNDO: Representarles, asimismo, que, en raz¨®n de sus funciones, del juramento de fidelidad a la Constituci¨®n y a las leyes que han prestado y, en el caso de dichos se?ores Ministros, de la naturaleza de las instituciones de que son altos miembros, y cuyo nombre se ha invocado para incorporarlos al Ministerio, les corresponde poner inmediato t¨¦rmino a todas las situaciones de hecho referidas que infringen la Constituci¨®n y las leyes, a fin de encauzar la acci¨®n gubernativa por las v¨ªas de derecho y asegurar el orden constitucional de nuestra patria y las bases esenciales de convivencia democr¨¢tica entre los chilenos. TERCERO: Declarar que, si as¨ª se hiciere, la presencia de dichos se?ores Ministros en el Gobierno importar¨ªa un valioso servicio a la Rep¨²blica. En caso contrario, comprometer¨ªa gravemente el car¨¢cter nacional y profesional de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros, con abierta infracci¨®n a lo dispuesto en art¨ªculo 22 de la Constituci¨®n Pol¨ªtica y grave deterioro de su prestigio institucional, y CUARTO: Transmitir este acuerdo al se?or Presidente de la Rep¨²blica y a los se?ores Ministros de Hacienda, Defensa Nacional, Obras P¨²blicas y Transportes y Tierras y Colonizaci¨®n. Este Acuerdo Constitucional, que sustancialmente eliminaba la legitimidad al Gobierno de Allende y que expl¨ªcitamente invocaba una intervenci¨®n militar fue ratificado al d¨ªa siguiente, el 23 de Agosto de 1973 por el Senado de Rep¨²blica de Chile. En raz¨®n de lo anterior, en la Naci¨®n de Chile los sectores que no comparten la mentira izquierdista llaman a la intervenci¨®n militar en Chile, ¡°Pronunciamiento Militar¡± y no Golpe Militar, ya que las FFAA de Chile obedecen al Llamado Constitucional del Poder Pol¨ªtico establecido por el Senado y la C¨¢mara de Diputados.
El conjunto revueltas sociales que se conocen como La Primavera ?rabe, tuvieron solo algo en com¨²n, estar impulsadas por exiliados. Estar promovidas por familias, grupos de poder, exiliados de los pa¨ªses en las que se produjeron. Exiliados, pro-occidentales, pero aunque parezca una contradicci¨®n no por ello partidarios de los valores y principios que imperan en las principales democracias occidentales, como demostr¨® su evoluci¨®n. En mi opini¨®n, lo ocurrido, el fracaso desde una perspectiva occidental de dichas revueltas, nos deber¨ªa conducir a preguntarnos ?Democracia, liberalismo, defensa de los derechos humanos, son conceptos y principios compatibles con la cultura isl¨¢mica? La historia da a conocer que hasta ahora no lo han sido, tal vez lo puedan ser dentro de 100 a?os, todo es posible.La influencia de las nuevas tecnolog¨ªas, en concreto de lo que se conoce como las redes sociales, sobre los procesos pol¨ªticos y sociales, revolucionarios, etc., est¨¢ sobrevalorada, contribuyendo a distorsionar lo que realmente ocurre. Occidente sufre un claro proceso de decadencia, y ello l¨®gicamente se nota en su influencia en la esfera internacional. La UE, como conjunto, es completamente irrelevante a nivel internacional. Los cambios sociales, con capacidad de influir electoralmente, est¨¢n provocando cambios en la pol¨ªtica norteamericana, en concreto en su pol¨ªtica exterior y de defensa. Tambi¨¦n es cierto que las elites dirigentes europeas deben aclararse sobre que prefieren, unos Estados Unidos d¨¦bil en un mundo multipolar, y por tanto poco intervencionista en la pol¨ªtica internacional, o por el contrario unos Estados Unidos fuerte, hegem¨®nico, con capacidad para promocionar y defender la democracia, la defensa de los derechos humanos, un determinado orden internacional, etc.
PINOCHET puso ¨®rden en lo politico, y competitividad en la economia, haciendo de Chile el pais ejemplar de A. Latina. La prueba es que el capitalismo ''salvaje'' que dej¨® no fue modificado en nada esencial por los socialistas que lo sucedieron. Mientras, en Europa seguimos con la mentira del ''capitalismo humanitario'' y cada vez mas a la cola de las nuevas potencias.
No solo, pero una de las se?as de identidad por la que se conoce a la primavera ¨¢rabe, igual que a la revoluci¨®n francesa, es la decapitaci¨®n. Aunque es verdad que la decapitaci¨®n ha sido una pr¨¢ctica muy habitual en todas las ¨¦pocas y en todas las culturas, ha vuelto a reeditarse hoy con la primavera ¨¢rabe. Los nost¨¢lgicos contempor¨¢neos buscan en su inconsciente colectivo, im¨¢genes que reflejar en el espejo plateado de sus principios los hechos que hemos dado en llamar primavera ¨¢rabe, t¨¦rmino acu?ado en Occidente. Es decir, mientras en Oriente Medio no sab¨ªan que lo que estaban protagonizando era una primavera ¨¢rabe, en Occidente ya lo sab¨ªamos, debe ser porque aqu¨ª tenemos mucha experiencia en hacer revoluciones y asignarles nombres originales. Como en la revoluci¨®n francesa se ha querido ver en la primavera ¨¢rabe, que era el pueblo de forma espont¨¢nea, el que dio los primeros pasos revolucionarios, movidos por leg¨ªtimos sentimientos basados en principios de igualdad fraternidad y solidaridad, o algo relacionado con los derechos humanos, signifique lo que signifique. Lo que un an¨¢lisis desapasionado sugiere es que, como en todas la revoluciones (tambi¨¦n la francesa), las clases populares fueron manipuladas por intereses, queda demostrado, no eran los suyos a tenor de los resultados objetivos obtenidos sobre el terreno. Solo hay que fijarse en cualquiera de los pa¨ªses atravesados como un rayo por este fen¨®meno, para darse cuenta que el pueblo, o los de aquellos que han sobrevivido a la primavera ¨¢rabe, est¨¢ mucho peor hoy que antes del inicio de estos movimientos. Muerte, guerra, desplazados, refugiados y por supuesto decapitaciones. Queda sin embargo un rinc¨®n para la esperanza, por el hecho de que, a aquellos que est¨¢n en la tramoya no parece haberse podido salir con la suya. Esto es muy posible que beneficie a la postre a aquellos que fueron sacrificados como combustible de la revoluci¨®n.
Y ahora, nuestro futuro. Gracias a nuestros esclarecidos gobernantes, aqu¨ª y en Bruselas.... "Britain¡¯s Health Service ¡®On Its Knees¡¯ Thanks to Mass Migration, Says Cancer Specialist" "El Servicio de Salud brit¨¢nico 'de rodillas' gracias a la migraci¨®n masiva, dice especialista en c¨¢ncer" Otra prueba que la mentalidad pol¨ªtica europea es suicida, y para ayudar, Obama le promete a Matarella mandar m¨¢s buques al Mediterraneo para "ayudar" a Italia a transportar migrantes mas seguros, r¨¢pido y mejor. Nada es tan bueno como un iluminado de izquierda para hundir pa¨ªses a alta velocidad. Viendo la foto de los dos muy abrazados, no pude decidir cu¨¢l era el m¨¢s idiota.
Otro de los reflejos recurrentes que proyectan su figura sobre el espejo de nuestros deseos, es aquel de la democracia. Entendida esta como un fin en si misma y no como un medio para que los individuos sean, digamos, m¨¢s libres, signifique esto lo que signifique. Seg¨²n decimos la democracia es el fin mismo de toda revoluci¨®n o primavera. Aunque los jardineros ¨¢rabes no sepan en realidad que es esto, nosotros los occidentales damos por hecho que es lo que al fin y al cabo desean y quieren aquellos que promovieron la primavera. A¨²n hoy mantenemos esto a pesar de los resultados vistos sobre el terreno. Incluso en las mentes bien pensantes de aquellos que han sufrido en sus carnes los desgarros de la primavera ¨¢rabe, admitieran que fuera este el camino emprendido hacia la democracia y la libertad que desde Occidente les queremos mostrar, dudo que estos individuos aceptaran de buen grado el sacrificio que hacen para alcanzar el objetivo incierto de la democracia, que solo les ha reportado, en las ¨²ltimas d¨¦cadas; sangre guerra y destrucci¨®n. Sean primaveras o luchas contra el mal, a fin de cuentas guerras patrocinadas todas por Occidente y su industria militar pujante. Otros menos ingenuos habr¨ªan dicho, de ser preguntados, que si estos son los intereses que deben pagar para obtener algo que ni siguiera conocen, mejor qu¨¦dense occidentales con su estupenda democracia y d¨¦jennos que busquemos nuestro propio destino por muy vulgar que sea, seguramente nada parecido a su satisfactoria democracia. Nosotros los occidentales, que nos creemos el mbligo del mundo, estamos convencidos que la democracia bien entendida, signifique esto lo que signifique, solo pude deparar progreso, felicidad y riqueza. No entender¨ªamos una democracia en la que sus ciudadanos fuesen pobres o infelices. Ahora sin embargo nuestras dudas aumentan al comprobar nuestro estado de cosas no solo por la corrupci¨®n institucional rapante en la que vivimos, por el rechazo a los emigrantes que llegan a las fronteras de la democracia. Por muy mal que lo veamos ayer pod¨ªamos decir que al menos si no felices y libres, somos ricos gracias a la democracia y disfrutamos de un bienestar que ya lo quisieran muchos. Incluso esto esta hoy en cuesti¨®n y ya no sabemos cuando vendr¨¢ la siguiente crisis o si a caso estamos cabalgando a lomos de una desbocada, imposible ya de controlar que no sabemos muy bien donde nos conduce.
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Escribe en EL PA?S columnas y an¨¢lisis sobre pol¨ªtica, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ¡®El a?o de la Revoluci¨®n' (Taurus), sobre las revueltas ¨¢rabes, ¡®La gran verg¨¹enza. Ascenso y ca¨ªda del mito de Jordi Pujol¡¯ (Pen¨ªnsula) y un dietario pand¨¦mico y confinado con el t¨ªtulo de ¡®Les ciutats interiors¡¯ (Galaxia Gutemberg).