La modernizaci¨®n de T¨¢nger deja atr¨¢s a los barrios perif¨¦ricos
La transformaci¨®n de la ciudad marroqu¨ª remarca el atraso de las barriadas populares
El rezo de los viernes apenas ha dejado de resonar por los altavoces de la mezquita cuando vuelve a ponerse en marcha la excavadora que levanta ruidosamente una acera junto al paseo mar¨ªtimo de T¨¢nger. A pocos metros, un grupo de obreros se mete con palas en una zanja. Las calles, casi vac¨ªas durante la oraci¨®n, recobran la actividad en torno a la fachada litoral de la ciudad, que est¨¢ inmersa en obras de remodelaci¨®n para potenciar el turismo de cruceros y atraer al de yates. La construcci¨®n de la nueva d¨¢rsena deportiva es uno de los proyectos del plan de modernizaci¨®n en el que se afana la gran urbe del noroeste marroqu¨ª. Una transformaci¨®n que ha salpicado esta ciudad de un mill¨®n de habitantes de gr¨²as que levantan bloques de viviendas y nuevos hoteles en torno al centro hist¨®rico, la medina que encierra el pasado multicultural de T¨¢nger y el sabor y bullicio de los zocos ¨¢rabes que atraen a miles de turistas cada a?o.
El desarrollo del segundo centro econ¨®mico de Marruecos tras Casablanca contrasta con la expansi¨®n desordenada de los grandes barrios periurbanos nacidos del ¨¦xodo rural como Beni Makada, en el sureste, donde queda al descubierto la otra cara de la ciudad. ¡°La T¨¢nger pobre crece m¨¢s que la moderna¡±, constata Khalid Elmesseri, coordinador de AICEED, una asociaci¨®n que tiene su sede en el Centro Solidario para la Educaci¨®n y el Deporte, situado en medio de un paisaje de casas abigarradas, calles por asfaltar y sin servicios b¨¢sicos en el que malviven alejadas de los planes de transformaci¨®n cerca de 400.000 personas.
El centro ofrece apoyo escolar y talleres de iniciaci¨®n profesional a j¨®venes e intenta rescatar del ¡°alto¡± abandono escolar a menores como Ikram Bechtaoui, de 15 a?os. Vestida de negro y con la cabeza cubierta con un pa?uelo de un rosa el¨¦ctrico, cuenta que tiene ocho hermanos y que su padre solo tiene empleo ¡°de vez en cuando¡±. Por eso Ikram trabajaba en un taller de confecci¨®n hasta hace tres a?os (la edad m¨ªnima oficial para trabajar en Marruecos es de 15 a?os), cuando convencieron a sus padres de que la dejaran acudir al centro junto a varios de sus hermanos. ¡°Quiero estudiar para tener un trabajo mejor¡±, asegura antes de entrar en una de las aulas. Elmesseri, que ha traducido sus palabras del ¨¢rabe, explica que la adolescente recorre desde otra barriada un largo camino todos los d¨ªas para ir a las clases.
Haytham Merizak, de 20 a?os, ha acabado sus estudios y ha participado en el mismo centro en un taller de orientaci¨®n para aprender a moverse en el dif¨ªcil mercado laboral marroqu¨ª. El paro en el pa¨ªs ronda el 10%, pero se dispara hasta el 40% entre los j¨®venes de ¨¢reas urbanas y alcanza al 20% entre los que tienen formaci¨®n, seg¨²n datos de 2015 del Banco Mundial. ¡°Hace un a?o que busco trabajo. He ido a empresas y he tenido entrevistas. Siempre dicen que te llamar¨¢n, pero al final no hay respuesta¡±, explica Haytham, que tiene un diploma de formaci¨®n profesional en log¨ªstica y gesti¨®n.
Su oportunidad podr¨ªa estar en las nuevas zonas francas y parques industriales surgidos en torno al gran puerto comercial de Tanger Med, en proceso de ampliaci¨®n a unos 40 kil¨®metros de la ciudad con la aspiraci¨®n de disputarle el primer puesto al de Algeciras en el Mediterr¨¢neo. Pero de momento, Haytham no ha tenido suerte y empieza a pensar en emigrar. Con la puerta a Europa fuertemente vigilada por Espa?a en el Estrecho de Gibraltar, ha presentado su curr¨ªculum en una oficina de contrataci¨®n de trabajadores dispuestos a marcharse a Canad¨¢.
Muchos otros no pueden esperar a que cambie su situaci¨®n. Es el caso de Ayob Mansouri, que dej¨® de estudiar cuando su madre se qued¨® viuda. Con muchas bocas que alimentar, este joven de 22 a?os se ve afortunado por su empleo en una tintorer¨ªa de Beni Makada en la que gana 200 euros (el salario m¨ªnimo est¨¢ entre 220 y 250). No tiene contrato, como casi el 63% de los asalariados marroqu¨ªes, seg¨²n un estudio oficial.
Los planes de expansi¨®n de T¨¢nger han atra¨ªdo a una migraci¨®n interna de trabajadores con formaci¨®n y a mano de obra barata que se asienta en los suburbios y grandes barrios de la periferia. ¡°Hay mucha gente que viene de otras ciudades que es f¨¢cilmente recalificable, pero tambi¨¦n hay un nicho de personas con dificultades de inserci¨®n laboral y sin formaci¨®n¡±, apunta Assid Mohamed Houbane, de la direcci¨®n de la Confederaci¨®n General de Empresas de Marruecos (CGEM) en la regi¨®n de T¨¢nger-Tetu¨¢n. Existe un plan nacional para favorecer la inserci¨®n en el mercado laboral, ¡°pero no atiende suficientemente a la poblaci¨®n en situaci¨®n de exclusi¨®n o vulnerabilidad¡±, opina, por su parte, Rajae Tazi Sidqui, encargada de responsabilidad social corporativa de la patronal marroqu¨ª.
A esa poblaci¨®n desfavorecida a la que no llegan los necesarios recursos estatales dedican sus esfuerzos ONG como AICEED o Chifae, que desde 1998 trabaja para mejorar las condiciones de vida en el barrio perif¨¦rico de Bir Chifae, con cursos de alfabetizaci¨®n (un 30% de los adultos no sabe escribir ni leer, seg¨²n Unicef) y formaci¨®n profesional como la que ha recibido durante unos meses Nora Zohra Ouahabi, de 23 a?os, que ahora trabaja en un hotel. La necesidad de ayudar a la familia tras la muerte de su padre la llev¨® a las puertas de Chifae, donde ha recibido clases de reposter¨ªa y orientaci¨®n para encontrar trabajo.
Una veintena de asociaciones, entre ellas las citadas, recibe soporte en su tarea de desarrollo comunitario de la ONG catalana Casal dels Infants, que comenz¨® a trabajar en T¨¢nger hace tres lustros. La ONG, adem¨¢s, coordina desde 2009 a 10 de estas entidades en T¨¢nger y Casablanca -entre ellas, dos centradas en el apoyo a las mujeres y la lucha contra la desigualdad-, que participan en el programa Incorpora de integraci¨®n laboral de personas en situaci¨®n o riesgo de exclusi¨®n de la Obra Social La Caixa. La entidad aporta unos 180.000 euros anuales a las entidades para cursos de formaci¨®n y la contrataci¨®n de t¨¦cnicos de inserci¨®n laboral. En la iniciativa colabora tambi¨¦n la patronal CGEM. Unos galardones anuales dan visibilidad al trabajo de las entidades y las empresas colaboradoras. Los de este a?o se entregaron el pasado viernes en un acto en un hotel de T¨¢nger, al que asisti¨® invitado EL PA?S. El a?o pasado, el programa atendi¨® a 1.960 personas, de las que 529 consiguieron un trabajo. Un 36% eran mujeres. Entre ellas estaba Nora Zohra Ouahabi.
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