El Papa ante la herida profunda en M¨¦xico
Cuando la evoluci¨®n se estanca, la ¨²nica alternativa es la revoluci¨®n pero no como la entendemos desde la l¨®gica de las armas o la violencia
El Papa Francisco lleg¨® a M¨¦xico en un momento cr¨ªtico. ?l conoce muy bien la realidad latinoamericana y ha expresado su dolor por ese M¨¦xico que, lejos de lo que las conversaciones diplom¨¢ticas le quieren maquillar, sobrevive a la miseria, la violencia, la corrupci¨®n y el abuso que parecen no tener l¨ªmite.
¡°Voy como misionero de la misericordia y de la paz¡± dijo antes de llegar. No ha venido a confrontar a nadie pero s¨ª ha dejado claro que la corrupci¨®n, ese c¨¢ncer que ha gangrenado la mayor¨ªa de nuestras instituciones, es absolutamente inadmisible. ¡°Pecadores s¨ª, corruptos jam¨¢s. El primero reconoce con humildad ser pecador y pide continuamente el perd¨®n para poderse levantar, mientras que el corrupto es elevado a sistema, se convierte en un h¨¢bito mental, en un modo de vida¡±.
No ha venido a confrontar a nadie pero s¨ª ha dejado claro que la corrupci¨®n es absolutamente inadmisible
El mensaje del Papa apela al coraz¨®n de la gente, no a la raz¨®n de quienes se empe?an en seguir perpetuando un sistema que muestra importantes s¨ªntomas de decadencia. En un M¨¦xico donde el liderazgo se ha convertido en una expresi¨®n de vanidad, donde la soberbia del poder impide ver la realidad tal cual es, en donde no existe la voluntad de muchos para reconocer, replantear, corregir y mejorar, la esperanza est¨¢ cimentada en un cambio de mirada profundo, en la posibilidad de construir un nuevo paradigma a partir de lo que nos une y no de lo que nos divide.
La raz¨®n nos dice que, cada d¨ªa todo est¨¢ peor. Sin embargo, desde el coraz¨®n, la salida se ve cada vez m¨¢s cerca. El Papa lo sabe y por ello utiliza armas mucho m¨¢s poderosas que la raz¨®n no alcanza a comprender: el amor, el perd¨®n, la humildad y el ejemplo. Cuando la evoluci¨®n se estanca, la ¨²nica alternativa es la revoluci¨®n pero no como la entendemos desde la l¨®gica de las armas o la violencia.
El secreto del Papa es el mismo que han guardado los jesuitas durante siglos: apostar a la m¨ªnima probabilidad para que el milagro suceda. Por eso el Papa sorprende una y otra vez pues no dice ni hace lo que todos esperan, ¨¦l se mueve en un plano donde todo es posible, el del coraz¨®n, el ¨²nico logar donde puede sanar la herida profunda.
Olas de cambios han sido adelantadas por quienes nunca han dejado de estar conectados con las ra¨ªces profundas de esta tierra, los pueblos ind¨ªgenas. Estamos en un momento de transici¨®n hacia una transformaci¨®n profunda. Como explica Santiago Pando, un sistema es un conjunto de creencias que, cuando dejan de creerse, colapsa y nace algo nuevo. M¨¦xico est¨¢ en un momento de parto, hay dos energ¨ªas luchando entre s¨ª, contracci¨®n y expulsi¨®n; quienes se resisten a cualquier cambio buscando que todo permanezca igual versus quienes luchan incansablemente para que M¨¦xico sea un pa¨ªs seguro, libre, solidario, justo y pr¨®spero. Entre m¨¢s r¨¢pido se mueven y chocan, m¨¢s cerca est¨¢ el parto. Una nueva conciencia colectiva est¨¢ naciendo.
El cambio de paradigma que se aproxima ser¨¢ la transformaci¨®n de un sistema que se sostiene en todo lo que nos divide a uno cimentado en todo aquello que nos une pues lo que nos une, es lo que nos hace parte. M¨¦xico est¨¢ ¨¢vido de una reconciliaci¨®n nacional y el Papa sabe que puede contribuir, por ello ha tra¨ªdo un mensaje de amor, perd¨®n y paz; no como algo abstracto sino como una posibilidad real en manos de todos. Ya se ven los primeros s¨ªntomas de una masa cr¨ªtica que empieza a cambiar su estado de conciencia y decide contagiar a los dem¨¢s.
Los j¨®venes hacemos un llamado a romper con el ego¨ªsmo y la indiferencia. El Papa Francisco ha pedido que no permitamos que la cultura del bienestar nos anestesie, volvi¨¦ndonos incapaces de compadecernos ante las necesidades de los dem¨¢s. En este llamado a la unidad, su exhorto es contundente, al pedir que nuestras manos estrechen las manos de quienes sufren, que nos acerquemos para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y fraternidad.
Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocres¨ªa y el ego¨ªsmo. Si lo hacemos, estaremos contribuyendo a que la herida profunda de tantos siglos empiece a sanar; estaremos logrando que esta nueva conciencia transforme para siempre la realidad no s¨®lo de M¨¦xico pero tambi¨¦n de Am¨¦rica Latina y, ?porque no? del resto del mundo.
Armando Regil Velasco es Presidente Fundador del Instituto de Pensamiento Estrat¨¦gico ?gora A.C. (IPEA). Twitter: @armando_regil
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