Maternidad libremente elegida

Sexo seguro. Es la recomendaci¨®n de la mayor¨ªa de las autoridades sanitarias ante la expansi¨®n del virus del Zika y su posible vinculaci¨®n al desarrollo de microcefalia en beb¨¦s nacidos de mujeres infectadas. Ese ha sido el consejo de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), de las autoridades estadounidenses y europeas, as¨ª como de los Gobiernos de pa¨ªses como Ecuador, Colombia o El Salvador. Sin embargo, es una recomendaci¨®n dif¨ªcil de cumplir en Am¨¦rica Latina ¡ªque concentra el brote¡ª, donde el acceso a los anticonceptivos es limitado y desigual. Se calcula que en la regi¨®n, donde muchas mujeres no tienen la opci¨®n de una maternidad libremente elegida, el 56% de los embarazos son no planificados.

La ONU estima que unos 220 millones de mujeres casadas o que conviven con su pareja carecen de acceso a m¨¦todos anticonceptivos modernos en los pa¨ªses en desarrollo. M¨¢s de 24 millones de ellas viven en Am¨¦rica Latina. All¨ª, conseguir condones, la p¨ªldora o un DIU es pr¨¢cticamente imposible para el 33% de esas mujeres? en Hait¨ª, el 17% de las guatemaltecas, el 15% de las argentinas o el 12% de las salvadore?as. A las barreras financieras, religiosas, culturales y sociales se suma el grav¨ªsimo problema de violencia contra la mujer en el continente.

En estos pa¨ªses, adem¨¢s, las organizaciones contrarias a los derechos sexuales y reproductivos combaten con fuerza cualquier apertura a las opciones para que las mujeres puedan decidir sobre su maternidad. Un discurso que no se ha apagado durante la epidemia de zika y al que poco hab¨ªa contribuido la iglesia cat¨®lica. En algunos pa¨ªses, como Puerto Rico, la jerarqu¨ªa se ha pronunciado directamente contra la contracepci¨®n. Lo que pone m¨¢s peso sobre los hombros de las mujeres. La planificaci¨®n familiar salva vidas y disminuye la necesidad de recurrir al aborto, prohibido en cinco pa¨ªses americanos ¡ªRep¨²blica Dominicana, Chile, El Salvador, Hait¨ª, Honduras, Nicaragua y Surinam¡ª y muy limitado casi todo el resto.

Porque, como alertan los expertos, tener leyes m¨¢s restrictivas no frenan las interrupciones voluntarias del embarazo.?S¨®lo las convierten en peligrosas y en un problema real de salud p¨²blica ¡ªlos abortos inseguros representan un 13% de las muertes maternas¡ª. Una mujer que necesite interrumpir su embarazo tratar¨¢ de hacerlo, sin importar las restricciones y las consecuencias, como indica una investigaci¨®n del Instituto Guttmacher y la OMS.

La ONU inst¨® hace unas semanas a los pa¨ªses afectados por el zika a garantizar el acceso a m¨¦todos anticonceptivos y al aborto. Pero pocos de ellos han puesto en marcha campa?as y programas intensos para fomentar, por ejemplo, el control de natalidad. De hecho, no es la primera vez que los Gobiernos de la regi¨®n desoyen recomendaciones similares. Como El Salvador, al que Naciones Unidas y otras instituciones internacionales le ha dado el toque de atenci¨®n m¨¢s de una vez por su prohibici¨®n total de la interrupci¨®n voluntaria del embarazo. En ese peque?o pa¨ªs centroamericano, una veintena de mujeres est¨¢n privadas de libertad por complicaciones durante el embarazo que se consideraron abortos fallidos u homicidios agravados ¡ªpor lo avanzado de la gestaci¨®n¡ª.