El ascenso populista golpea a Merkel y a los socialdem¨®cratas alemanes
La crisis de refugiados impulsa al partido antiinmigraci¨®n AfD, que en dos Estados supera al SPD
Los 12,7 millones de alemanes llamados el domingo a las urnas en unas elecciones regionales dieron un sonoro toque de atenci¨®n a la canciller Angela Merkel y a sus socios de Gobierno. El malestar social ante la llegada masiva de refugiados impulsa a los populistas de derechas de Alternativa para Alemania (AfD), que confirman su capacidad para sacudir el sistema pol¨ªtico. La humillaci¨®n es enorme para los socialdem¨®cratas, que en dos de los tres Estados en juego quedan por detr¨¢s de AfD. Tras estos resultados, las cr¨ªticas internas a Merkel y el nerviosismo en las filas democristianas crecer¨¢n a un a?o de las elecciones nacionales.
Alemania acaba de vivir un terremoto pol¨ªtico que afecta a todos los partidos. Merkel, que se hab¨ªa esforzado, por ofrecer ¡°una cara amable¡± a los refugiados que huyen de la guerra o la persecuci¨®n, ha sido penalizada. Excepto algunos ¨¦xitos atribuibles sobre todo a motivos personales, el ¨²nico gran vencedor es AfD. Se rompe as¨ª la excepcionalidad alemana, que a diferencia de sus pa¨ªses vecinos no contaba con una fuerza populista antiinmigraci¨®n que condicionara la agenda pol¨ªtica.
Los Verdes, por primera vez los m¨¢s votados
Al margen de los populistas xen¨®fobos, la noche de ayer deja dos claros vencedores. El primero es Winfried Kretschmann, el presidente de Baden-Wurtemberg que hace cinco a?os se convirti¨® en el primer pol¨ªtico verde en liderar un Estado federal. Este representante del ala conservadora de los ecologistas logra ahora otro r¨¦cord: colocar a su partido por primera vez como el m¨¢s votado en un land.
La segunda triunfadora es la socialdem¨®crata Malu Dreyer. Con su ¨¦xito en Renania-Palatinado evita a su partido la cat¨¢strofe total. Los dos l¨ªderes, afectados tambi¨¦n por el terremoto pol¨ªtico en Alemania, lo tendr¨¢n dif¨ªcil para formar Gobierno y es probable que no les quede otra opci¨®n que acabar en una coalici¨®n con la CDU.
La derrota de la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU) no admite paliativos. Hace unos meses, las huestes de Merkel ten¨ªan todo a su favor para recuperar los Estados de Baden-Wurtemberg y Renania-Palatinado. En ambos han fracasado; y cada una de las dos derrotas duele por motivos distintos. La primera, porque este rico y poblado land hab¨ªa sido durante 58 a?os un feudo conservador. Los Verdes, que llegaron al poder en 2011 impulsados por la cat¨¢strofe de Fukushima, confirman ahora su fuerza all¨ª y desplazan a la CDU como primera fuerza. El fracaso en Renania-Palatinado es a¨²n m¨¢s sorprendente. La candidata democristiana, Julia Kl?ckner, era una de las figuras con m¨¢s proyecci¨®n del partido y hace tiempo que daba por descontada la victoria.
Pero el mill¨®n de refugiados llegados el a?o pasado a Alemania han cambiado las reglas de juego. A Merkel solo le queda el consuelo de que los dos derrotados de su partido hab¨ªan marcado distancias con su pol¨ªtica migratoria. Y, parad¨®jicamente, los dos vencedores ¡ªun verde y una socialdem¨®crata¡ª hab¨ªan defendido la gesti¨®n de la crisis de la canciller con mucho m¨¢s convencimiento que los democristianos. As¨ª, los votantes han premiado en estos dos Estados a los l¨ªderes m¨¢s proasilo; y han castigado a los que parec¨ªan distanciarse de la canciller por motivos electoralistas.
Los resultados anticipan futuras turbulencias en la CDU. Sus hermanos b¨¢varos de la CSU, que en los ¨²ltimos meses han ejercido de oposici¨®n dentro del Gobierno, no tardaron en reaccionar, y ya exigen un cambio de pol¨ªtica.
Nadie espera que estos comicios tengan un efecto equivalente a los de 2005. Entonces, una derrota regional impuls¨® al canciller Gerhard Schr?der a adelantar las elecciones nacionales, lo que a la postre supuso el fin de su Gobierno y el inicio de la era Merkel. Todo apunta a que la l¨ªder aguantar¨¢. Pero el golpe sufrido promete convertir en un calvario el a?o y medio que queda de legislatura.
Los efectos de AfD
La situaci¨®n es a¨²n m¨¢s dram¨¢tica para los socios de Gobierno de Merkel, los socialdem¨®cratas del SPD. En Sajonia-Anhalt y Baden-Wurtemberg quedan ligeramente por encima del 10% y claramente por detr¨¢s de AfD, un partido que consideran no democr¨¢tico. Han logrado salvar los muebles con la victoria en Renania-Palatinado, pero la situaci¨®n para el l¨ªder del partido, Sigmar Gabriel, es de extrema debilidad. ?l mismo reconoci¨® que estas elecciones suponen un punto de inflexi¨®n. Gabriel pide a los miembros del Gobierno poner fin a las disputas que les han consumido en los ¨²ltimos meses, que al final solo benefician a AfD.
Una muestra de hasta qu¨¦ punto estas elecciones cambian el panorama pol¨ªtico es que la gran coalici¨®n ¡ªuna f¨®rmula que siempre quedaba como ¨²ltima opci¨®n para formar Gobierno¡ª no basta en dos de los tres Estados. La consolidaci¨®n de AfD ¡ªpresente ya en ocho de los 16 Parlamentos regionales¡ª complica as¨ª la b¨²squeda de mayor¨ªas en un sistema pol¨ªtico tan necesitado de pactos como el alem¨¢n. El segundo efecto que traer¨¢ el ¨¦xito de los populistas es la radicalizaci¨®n y polarizaci¨®n del debate p¨²blico.
Sorprende especialmente el ¨¦xito de los radicales en Sajonia-Anhalt. Este peque?o Estado oriental es territorio propicio para los que agitan el miedo a la inmigraci¨®n. En el este de Alemania naci¨® el movimiento islam¨®fobo de Pegida; y all¨ª son m¨¢s numerosos los ataques a solicitantes de asilo. Pero ning¨²n sondeo preve¨ªa el 24% de votos cosechado por AfD, que le coloca como segunda fuerza regional. El trasvase de votos se explica all¨ª no solo por antiguos democristianos que han abandonado a Merkel por su centrismo. Die Linke (La Izquierda), el partido heredero de los comunistas, tambi¨¦n ha sufrido un fuerte desgaste. Se confirma as¨ª la experiencia de otros partidos radicales europeos, apoyadas por personas de las m¨¢s variadas procedencias ideol¨®gicas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.